Probablemente todos ya sabréis que los biorritmos son procesos relacionados con los ciclos biológicos y energéticos regulares de nuestro cuerpo y sistema sutil y que afectan a nuestro bienestar físico, emocional, intelectual, espiritual, álmico, etc. Hace ya algunos años hicimos una introducción a este tema y, si lo deseáis, podéis volver a leer los artículos en este enlace. Como recordatorio, y como muchos ya sabréis, el ser humano (igual que todos los seres vivos) se rige y posee múltiples ciclos que permiten el funcionamiento continuo y balanceado del conjunto, siendo tres de los más conocidos los siguientes:
Ciclo físico: Este ciclo tiene una duración de 23 días y afecta la energía, la fuerza, la resistencia y la salud en general. Cuando este ciclo está en su punto máximo, nos sentimos más enérgicos y saludables, mientras que cuando está en su punto más bajo, solemos experimentar un mayor cansancio, falta de ganas y fuerzas, etc.
Ciclo emocional: Este ciclo dura 28 días y se relaciona con el estado de ánimo y la estabilidad emocional. Como ya podéis imaginar, está muy relacionado con los ciclos lunares. Cuando este ciclo está en su punto máximo, solemos sentirnos más animados y emocionalmente equilibrados, mientras que cuando está en su punto más bajo, es cuando uno está más propenso a sentirse más triste, apagado, emocionalmente irascible y todo el conjunto de este tipo de emociones.
Ciclo intelectual: Con una duración de 33 días, este ciclo afecta la capacidad mental, el pensamiento lógico y la creatividad. En su punto máximo, solemos experimentar una mayor claridad mental y facilidad para aprender, mientras que en su punto más bajo pueden aparecer dificultades para concentrarse y tomar decisiones, somos más propensos a la confusión, a la falta de claridad, etc. A este respecto, en el primer nivel de la formación de la EMEDT explicamos cómo podemos cambiar el ciclo mental a una duración de 42 días, pues el número 33, como ya podéis suponer, está codificado para hacernos sintonizar nuestro cuerpo mental con la LT33, que es la LT en bucle para la mayoría de la humanidad, y que impide el paso de nivel evolutivo al mantener una recurrencia cada pocos años, volviéndonos a “mandar hacia atrás”, evolutivamente hablando, cada vez que llegamos a un fin de ciclo en esta línea. Al cambiar el ciclo intelectual a 42 días, el ritmo del cuerpo mental se sintoniza más fácilmente con la LT42 y todo ello facilita el trabajo energético que hemos de hacer para movernos a esa otra línea temporal.
Los ciclos de la semana
Como energía que son, todos los ciclos siguen la ley de las octavas. De hecho, todo lo que existe funciona y se rige por esta ley que marca cómo funciona algo desde que empieza hasta que acaba, independientemente de que dure 80 años o un milisegundo, pues el tiempo es la duración que va desde el inicio de la octava hasta el final de esta y, las “notas” (como en la escala musical), son los pasos intermedios que la energía del proceso recorre desde que arranca hasta que finaliza.
Por lo tanto, cualquier cosa que sucede está regida por su propio ciclo, sea nuestro crecimiento como seres humanos, sea el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del sol, o sea el tiempo que tarda en crecerte el pelo. Igualmente, la semana es un ciclo, el mes es un ciclo y un milenio también en un ciclo, donde algo empieza y algo acaba, y, entremedias, ha debido de recorrer siete estadios para poder completar el trabajo correspondiente a ese proceso concreto.
Además, cada ciclo tiene unas energías determinadas. Y existe algo que vamos a llamar la “corriente portadora de ciclo” que viene a ser algo así como la señal portadora que va debajo de la señal de voz o datos cuando hablas por el móvil. Es decir, para que tu conversación o tus mensajes puedan ser emitidos hacia la torre de comunicaciones y de ahí reenviados hacia la persona que sea, las redes de comunicaciones superponen los datos o la conversación encima de una señal que actúa como portadora, y es la que lleva toda la “carga energética” necesaria para poder transmitir el contenido del punto A al punto B.
Así, por el mismo procedimiento, todos los ciclos llevan una energía «portadora» del ciclo, y esa energía contiene una serie de características que SC aprovecha muy bien para determinar en qué fechas, en qué momentos, en qué etapas del proceso poner algo en marcha o parar algo o desviarlo. REC lo ha usado continuamente para gestionar los grandes procesos macro de la humanidad, el SER de la Humanidad usa estas portadoras para cohesionar los escenarios que los Yoes Globales acuerdan y cohesionan para darle sentido a la realidad común que todos vemos como el mundo “exterior”, las jerarquías demiurgas usan las portadoras de ciclos para cohesionar los ICs de los que son “responsables” o en los que están imbuidos, etc.
A un nivel más cercano a nuestra rutina semanal, cada día de la semana es un ciclo completo en sí mismo, y, por lo tanto, hacer unas cosas en lunes es diferente a hacer cosas en jueves. Quizás es obvio, y, además, estoy seguro de que psicológicamente sabéis que es mejor hacer “eso” un miércoles que un sábado, porque notáis o sentís que cuadra mejor que así sea (imperativos laborales, de agenda o citas de obligado cumplimiento que se ponen porque sí aparte). Pero si uno tiene libertad para elegir cuando hacer algo, en general, sentimos si es apropiado empezarlo hoy o hacerlo dentro de dos días (y dejando aparte, también, aquellas personas que evidentemente usan calendarios solares, lunares, astrológicos o lo que sea para regirse en sus actividades cotidianas).
Entonces ¿Qué energías circulan por la “corriente portadora de ciclo” de cada día de la semana? Pues vamos a verlo de forma genérica y así, quizás, os sirva para decidir si vale la pena poner algo en marcha hoy o mejor mañana, porque quizás no haya gran diferencia al final, pero siempre nos puede ayudar a que algo salga mejor, tenga más fuerza, llegue más lejos o cumpla mejor su objetivo si está alineado con la corriente portadora del ciclo en el que se inicia el proceso.
¿Quién gestiona y decide qué parámetros rigen cada ciclo?
A pesar de que es correcto, al menos de forma general, que las influencias planetarias y astrológicas tienen impacto en todas estas energías y biorritmos, la corriente portadora de ciclo depende exclusivamente de las fuerzas de la naturaleza y las jerarquías que asisten a nuestro planeta, que gestionan las corrientes de prana y flujo vital que hacen funcionar todos los procesos que mantienen la biosfera y la estructura sutil del planeta funcionando. Por lo tanto, estas corrientes portadoras están calibradas según las necesidades del planeta lo requieren y, cuando circulan por todo el sistema energético del globo, pasan en determinados momentos por determinados carriles temporales que nosotros percibimos como los días de la semana.
Así, cuando la corriente portadora energética que circula el lunes llega a nosotros en el momento del tiempo que percibimos como un lunes, tiene las características y parámetros que os voy a explicar, cuando la corriente portadora que circula en otro momento llega a nosotros en el carril temporal que percibimos como martes, tiene otras características, etc. De ahí que, conociendo al menos de forma general estos parámetros, podamos ajustar aquello que tengamos que hacer para aprovecharlos lo mejor posible a las energías de cada día de la semana y que nos sirvan para ir a favor del viento y de la fuerza de estas corrientes y, con ello, al menos tengamos algo más de ayuda para alcanzar los objetivos o cumplir las tareas que cada uno tenga en su agenda.
Lunes
La portadora energética del ciclo de los lunes se usa como energía para hacer el diseño y planificación de las diferentes tareas y funciones que han de ponerse en marcha en los siguientes ciclos. El lunes, por lo tanto, las jerarquías y fuerzas de la naturaleza aprovechan la energía que circula por los meridianos y canales de la Tierra para insertar las plantillas y “moldes” de aquello que ha de ser trabajado, permitiendo así que el diseño y las instrucciones de lo que se tiene que llevar a cabo circulen por todo el entramado energético del planeta y, con ello, se puedan iniciar los preparativos para llevarlo a cabo. A nivel humano, por lo tanto, esta energía nos sirve a nosotros para tomar el lunes como el día de planificación y preparación del resto de cosas que tenemos que hacer, en la medida de lo posible, pero sabiendo que los “paquetes de información” y flujos que circulan por el entramado terrestre lleva consigo los parámetros para que todo lo que se planifique este día, pueda encontrar un buen carril para ser ejecutado en los días siguientes.
Martes
El martes es el día de “descanso” para el planeta, por decirlo de alguna forma, ya que es el momento de la octava semanal en el que se reducen las corrientes y flujos energéticos que circulan por todos los canales y meridianos de la Tierra para permitir que las fuerzas de la naturaleza entren en todos los rincones donde hay procesos en marcha para trabajar sobre ellos. Es, digamos, el momento en el que se vacía a la mitad la piscina de agua para que operarios entren a revisar el estado del suelo y las paredes, las tuberías y los desagües de esta. En este sentido, no hay descanso para muchos grupos de las jerarquías planetarias que están trabajando en cosas que hay que hacer, pero sí que lo hay en los procesos de poner en marcha nuevas iniciativas, incrementar la potencia de otras, mandar más energía a unas o activar nuevas acciones. A nivel humano, es el día en el que menos energía y flujo vital corre por todo nuestro entramado etérico y físico-energético, con lo cual, es un día para no poner nada nuevo en marcha y trabajar con relativa tranquilidad en lo que ya tengamos entre manos.
Miércoles
La portadora del ciclo temporal que para nosotros corresponde al miércoles contiene instrucciones y parámetros para reforzar y reactivar aquello que se puso en marcha en el ciclo, o ciclos, del viernes anterior. Es un día en el que las fuerzas de la naturaleza y jerarquías logóicas vuelven a enviar energía a todo aquello que se ha activado e iniciado recientemente, para que pueda avanzar correctamente por su octava sin detenerse o frenarse demasiado. Por lo tanto, el miércoles, en términos humanos, es el día perfecto para reforzar algo que se está haciendo, para darle un empujón, para poner un poco más de esfuerzo en lo que sea, para reactivar algo que está un poco decaído, etc. Si eso lo extrapoláis a nivel profesional, por ejemplo, pues es el día perfecto para hacer algo que mantenga el empuje de lo que se puso en marcha el viernes, que luego veremos.
Jueves
El jueves es el día en el que las fuerzas de la naturaleza pasan “la aspiradora” por el planeta, o, dicho de otra forma, la energía de la portadora de ciclo de este día se usa para limpiar los restos y las acumulaciones energéticas, “sobrantes”, bolsas estancadas, desechos, etc., que existen por la red de canales de la Tierra. Por este motivo, la energía de este ciclo lleva ciertos códigos de poder que le permiten arrancar aquello que está atascado, obstruido, limitado, etc., en las diferentes capas, estratos, canales, carriles temporales, etc., del planeta. A nivel humano, de alguna manera, esto equivale al día en el que hacer limpieza del tipo que sea es más efectivo, en el sentido de que las energías que van a circular por todo el entramado de meridianos y canales del planeta van a estar fuertemente enfocadas en llevarse aquello que ya no es necesario. Es un día en el que va bien cerrar procesos, dar por concluidos acuerdos, eliminar esto o aquello de nuestra vida, quitar cosas de la agenda que ya no queremos hacer, etc.
Viernes
El viernes es, por muy absurdo que parezca, el mejor día para poner algo nuevo en marcha. Parece contraintuitivo, porque la mayoría de nosotros el viernes estamos deseando cerrar pronto el ordenador e irnos a casa, cerrar la semana y empezar el descanso del finde. Sin embargo, las fuerzas de la naturaleza y las corrientes que circulan por este ciclo temporal que para nosotros representa este día de la semana no tienen esta concepción de “último día de trabajo antes de descansar”, y son múltiples los procesos de limpieza, regeneración o reconstrucción de mil cosas por aquí y por allá en el planeta que se ponen en marcha los viernes. Por lo tanto, para aprovechar las “olas” que jerarquías planetarias activan durante esta parte de la octava semanal, si tenéis que empezar algo, poner en marcha algo o iniciar cualquier cosa, la portadora de ciclo que circula por la Tierra durante este día es la que os ayudará a hacerlo con más “impulso” y fuerza.
Sábado
El ciclo que está en marcha cada sábado por todos los canales y meridianos del planeta se usa para la reconfiguración y reparametrización de los procesos puestos en marcha el viernes anterior, y que necesiten ser reajustados, de manera que, habiendo hecho una primera evaluación del resultado de las octavas iniciadas por la portadora energética del viernes, el flujo que se pone a circular el sábado lo que hace es ajustar y corregir cualquier desfase o desajuste presente en estos procesos para que puedan seguir su curso y hacer su labor tal y como hayan sido planificados. Por lo tanto, a nivel “humano”, el sábado es un día propicio para evaluar los procesos y proyectos que tenemos en marcha y hacer cambios y ajustes acorde a ese análisis. La verdad es que parece que, a nivel de sociedad, vamos a contracorriente de las energías que circulan los días que, en general, nosotros nos tomamos como “descanso” mientras que las fuerzas de la naturaleza son cuando más activas están, al menos en ciertos aspectos relacionados con el trabajo que han de llevar a cabo y cuando efectuar correcciones a este.
Domingo
La portadora energética que las fuerzas de la naturaleza ponen en marcha los domingos (siempre pensando en nuestro calendario social, para ellas no representa un día más especial que cualquier otro) lleva los parámetros necesarios para cerrar las octavas que ya se han completado. Es decir, cuando alguno de los procesos que tienen que darse por millones cada día a lo largo y ancho de la estructura energética del planeta ha finalizado, debe cerrarse debidamente la octava añadiendo códigos energéticos que “todo ok, proceso cerrado”. Estos códigos se añaden al flujo que cada domingo circula por meridianos y canales del plano físico, etérico y mental del planeta, y todas las cosas que ya pueden ser “cerradas” se dan por buenas y se marcan como completadas, pudiendo pasar a otros temas o moverse a la siguiente tarea o lo que sea que se tenga que hacer.
Por lo tanto, desde nuestro punto de vista y uso de esta portadora de energía dominical, el domingo es un día en el que podemos revisar y dar por cerrado y finalizado definitivamente aquello que ya lo esté o queremos cerrar aunque se haya quedado a medias, en el sentido de que es un buen día para decidir, de las mil cosas que tenemos entre manos, cuales ya no tienen sentido o a cuales ya no les vamos a dedicar tiempo y energía y sacarlas definitivamente de la lista de cosas por hacer que tengamos en nuestra agenda. Todo lo que haya que cerrar y concluir, es ideal hacerlo en domingo para aprovechar estos códigos energéticos de finalización que circulan durante todo el día por el entramado energético del planeta.
Espero que con este conocimiento ya podáis ajustar, dentro de lo posible, algunas de las cosas que hacéis cada día, para aprovechar mejor los flujos y parámetros que corren en las energías que nos rodean acorde a como están siendo puesto en práctica por las diferentes jerarquías y fuerzas de la naturaleza. Todo se puede hacer siempre en cualquier momento, pero hay diferencia entre conseguir que algo más o menos tire para adelante y conseguir que las cosas vayan bien de verdad si se aprovecha el estado del entorno en el que nos encontramos cada día para ello.