Ahora que ya tenemos en marcha un par de procesos genéricos para reforzar nuestra estructura energética y los mecanismos de retroalimentación entre partes de la misma, tal y como hemos visto en los últimos artículos, podemos empezar con otros procesos de desprogramación y limpieza algo más profundos, y quizás más complejos, que pueden asistirnos a seguir moviéndonos hacia niveles superiores de la línea temporal en la que estemos.
En anteriores explicaciones, hemos dado pautas sobre el funcionamiento de la esfera mental preconsciente y su conexión con el IC para crear la realidad individual a partir de las proyecciones de nuestra glándula pineal, para poder proceder con el trabajo de hoy, aquellos que no tengáis reciente este material, aconsejamos su relectura en los archivos del blog para traer de nuevo a la consciencia el conocimiento base sobre el funcionamiento de la psique y cómo se proyecta y materializa el mundo que consideramos “sólido” y físico.
Una vez hecho, adentrémonos pues en el funcionamiento de otra parte de esta misma esfera mental, para eliminar unos programas que nos dificultan o impiden el trabajo de elevación frecuencial. En este caso, los programas y arquetipos de la “materialidad” o “fisicalidad”.
¿Qué es un programa de “materialidad”? Por llamarlo de alguna forma que intuitivamente entendamos, se trata del contenido en nuestra esfera mental preconsciente, y con una “carpeta de datos” en la esfera subconsciente, y en su capa correspondiente del cuerpo mental, que registra todos aquellos valores frecuenciales y parámetros que marcan los límites de lo que la mente humana considera que es y forma parte del mundo sólido y físico.
¿Qué significa esto? Que tenemos codificados en nosotros mismos los límites frecuenciales y energéticos de todo aquello que tiene que ser decodificado e interpretado como perteneciente a la realidad física, para desechar o filtrar y guardar sin usar los datos de todo aquello que cae fuera de esos mismos límites. De esta manera, todos nuestros sentidos tienen unos topes máximos y mínimos sobre los umbrales frecuenciales, los parámetros de las “ondas” y los límites vibracionales que han de registrar, impidiendo que cosas que caen ligeramente más allá de esos límites sean percibidas, por ejemplo entrando en las frecuencias por encima del violeta que pocas personas son capaces ya de captar visualmente, o en el límite superior de las frecuencias auditivas normales para todo ser humano, que ya no captamos, porque se filtra y es desechado por la mente, con todo lo demás que no estamos programados para aceptar.
Entonces, ¿cómo me impide este acotamiento de parámetros la subida de vibración de mis cuerpos sutiles? Lo que hace es que impide que las partículas del cuerpo físico en su parte energética, vayan o puedan ir más allá en vibración de un cierto tope frecuencial, que es el que marca la vibración que nuestra programación le asigna al plano “físico”, por lo tanto, si queremos subir hasta el subnivel 21 de la línea temporal 42, que posee una vibración altísima, podremos solo subir la frecuencia de nuestras partículas mientras no haya programas en la mente que nos digan (internamente) que de ese tope “no podemos pasar”. De esta forma, al quitar o modificar estos topes frecuenciales, podremos elevar mucho más la contrapartida energética del cuerpo físico (es decir, los cuerpos del 1.2 al 1.7 como habíamos explicado en la pregunta #87).
¿Qué sucede si el cuerpo físico-energético no puede subir su vibración más allá de un cierto límite? Que entonces los cuerpos superiores no llegarán tampoco tan altos como podrían, por el “anclaje” que supone tener el cuerpo físico-energético en un nivel mucho más bajo. Es decir, hemos explicado en el último año que para subir a la línea 42 íbamos moviendo primero el cuerpo causal, luego el mental, el emocional, el etérico y luego el físico. Como hemos visto en el artículo anterior, además, todos los componentes están conectados entre si, de manera que al subir el cuerpo causal, también se altera el físico en cierto grado, y al mover o sanar cualquier cuerpo para subirlo de subnivel dentro de la línea temporal, se altera en cierto grado también todo el resto. De manera que si el cuerpo físico-energético está bloqueado cuando lleguemos a un cierto nivel de vibración porque hay programas en las esferas mentales que indican que la parte física solo puede vibrar hasta un cierto umbral X, el resto de cuerpos se verán abocados a no poder subir mucho más allá hasta que la parte más densa que poseemos no pueda ser elevada por encima de este umbral y límite frecuencial actual.
Esto tiene consecuencias positivas en muchos aspectos, ya que pudiera ser que al quitar ciertos umbrales de percepción y elevación frecuencial, también se modifiquen los parámetros de decodificación de la realidad que ahora no vemos, haciendo que, puede, y solo puede, lleguemos a percibir algo más a nivel visual y auditivo de lo que ahora podemos percibir ya que habremos cambiado el umbral mínimo y máximo de lo que se considera parte del plano físico por nuestros programas de decodificación de la realidad, y se darán por buenos paquetes de datos que hasta ahora son almacenados directamente en el subconsciente por pertenecer, por programación, a la parte “etérica” o energética de la realidad y, por ende, no necesarios para la gestión del día a día por parte del programa ego.
Para eliminar estos límites y modificarlos acorde a las necesidades de cada uno, usaremos la siguiente petición:
Solicito que se eliminen los filtros, topes y umbrales que limitan en la programación de mis esferas mentales y cuerpo mental la percepción de los paquetes de datos y energías que provienen de la parte energética del llamado plano físico, de manera que lo que mis sentidos captan y pasan a las esferas mentales y que ahora está siendo almacenado, filtrado o desechado por no ser útil para la gestión del programa ego, sea incluido en los paquetes y datos que van a ser decodificados por la esfera mental consciente como parte de la realidad tangible a mis sentidos. Solicito que se eliminen los filtros, programas, arquetipos y programas de protección, así como firewalls y elementos distorsionadores del proceso de recepción, decodificación e interpretación de estos mismos paquetes de datos, eliminando a su vez los topes que marcan el límite de lo que se considera mi realidad física, y permitiendo así a las partículas que forman mi estructura físico-energética poder subir de vibración y frecuencia acorde a los parámetros establecidos por mi Yo Superior para la línea temporal en la que me encuentro. Gracias.
A partir de aquí, esta desprogramación nos permitirá iniciar un proceso de subida frecuencial más fácilmente a la vez que nos dota de mayor capacidad para percibir, como dice el subtitulo del blog, “el mundo que no vemos”.