Creo que todos habréis oído mucho hablar sobre los problemas psicosomáticos. Se trata de enfermedades, malestares, problemas físicos que, según la medicina, neurociencia o profesionales de la salud en general, tienen su origen en creencias de la persona y en «procesos mentales» y terminan reflejándose como situaciones a nivel físico y material que realmente nos producen dolor, malestar, disfunciones o molestias.
Si en el anterior artículo vimos y explicamos cómo es posible que muchos problemas que tenemos terminen en el cuerpo físico habiéndose originado en el cuerpo mental, causal, etérico o emocional, incluso en el alma, debido a los filamentos energéticos que los unen y que permiten que energías discordantes y negativas «bajen» de uno a otro y vayan «cayendo» hacia la parte más densa de nuestro avatar, hoy miraremos de explicar cómo se crean estos problemas «psicosomáticos» que, siendo un proceso mental en su totalidad, terminan afectando de forma tan clara a nivel orgánico.
La razón por la que a veces disfunciones energéticas bajan con más «fuerza» al cuerpo físico habiéndose originado varios cuerpos por encima de este, depende del «canal» que esa energía toma y escoge, en cierta forma, para «bajar». No es lo mismo que formas emocionales densas y negativas del cuerpo emocional vayan moviéndose por los pequeños filamentos que unen el emocional con el etérico y luego este con el físico, para que podamos decir que tengo ira en el hígado o tristeza en el pulmón, que cojan la «autopista» que representa el cordón de plata o el cordón dorado o línea del Hara.
Este primero, el cordón de plata, es mucho más «ancho» en capacidad energética que los filamentos inter-corporales, de manera que, si por la razón que sea, formas energéticas emocionales de baja vibración se «anclan» o se «cuelan» en el cordón de plata, o en el cordón dorado, pueden entrar con más facilidad y con más fuerza y densidad hacia los cuerpos inferiores.
En el caso del cuerpo mental, esto sucede con bastante regularidad, debido a que siendo el cuerpo mental el responsable del almacenamiento de todos los procesos cognitivos de la persona, sus ideas, creencias, memoria, conocimiento, programas de gestión de la realidad, etc., tiene que tener un canal más amplio para poder traspasar todos estos datos tanto hacia los cuerpos inferiores como hacia los superiores y hacia el alma, de manera que, en general, la mayoría de paquetes de datos y comunicaciones que entran y salen del cuerpo mental lo hacen o bien por el cordón de plata o por la línea del Hara.
Esto es positivo, está diseñado para que pueda transmitirse información sobre la parte «mental» de la existencia que es la que marca el mundo en el que vivimos y como proyectamos y decodificamos la realidad, pero tiene el inconveniente de que, por el mismo motivo, todo tipo de energías mentales y formas de pensamiento negativas también pueden moverse con mayor facilidad hacia esos otros cuerpos, ya que no se hace distinción entre qué tipo de energías circulan por esos canales.
Por lo tanto, una energía muy alta de estrés o ansiedad en el cuerpo mental puede impactar muy fuertemente el cuerpo etérico y físico, un tipo de pensamiento de baja vibración, un ente acoplado al cuerpo mental, o cualquier tipo de disfunción en esta parte de nuestra estructura, puede terminar produciendo efectos físicos denominados «psicosomáticos» pues el soma, el cuerpo, es influenciado por la psique, la mente, y reacciona a los paquetes, energías y formas mentales que vienen de esta.
Para reducir un poco la transmisión de formas negativas desde el cuerpo mental, además de haber realizado la petición del artículo interior para reforzar los canales y filamentos entre cuerpos, podemos solicitar a nuestro Yo Superior que refuerce tanto el cordón dorado como el cordón de plata para que no filtren tan fácilmente energías de baja vibración, y que sus propias «paredes frecuenciales» impidan que parte del contenido mental «negativo» salga del mismo y se «cuele» hacia otros cuerpos. Para ello, la petición seria la siguiente, múltiples veces hasta que confirméis con vuestro YS que se ha completado el refuerzo de ambos cordones y canales de comunicación.
«Solicito a mi Yo Superior y le doy permiso permanente para que refuerce y actualice los códigos presentes en las partículas que forman el llamado cordón de plata y el llamado cordón dorado o línea del Hara, de manera que se impida, en la medida de lo posible, la entrada a estos canales de comunicación de formas energéticas cuya vibración, codificada en los códigos de esas partículas, esté formada principalmente por monadas de carga negativa. Solicito que se refuercen las «paredes» de estos canales de comunicación intracorporales para evitar la entrada a los mismos de cualquier tipo de acumulación o forma energética no acorde a mi bien mayor, a mi salud, bienestar y funcionamiento físico y energético mas optimo y adecuado para mi crecimiento, evolución y desarrollo. Gracias.»
Con esto, y lo explicado en el artículo anterior, podremos disminuir los efectos físicos de problemas energéticos, y nos permitirá trabajar sobre ellos en su cuerpo de origen sin tener que esperar a que somaticen o los notemos a nivel corporal para detectarlos e iniciar los protocolos de sanación de los mismos.