Hace un par de años hicimos una introducción al concepto de la “esencia” o energía “esencial”, que es el flujo bidireccional de un cierto tipo de energía que conecta a todos los seres vivos con el logos de la galaxia en la que estos se encuentran.
Dijimos, en su momento, que siempre estamos conectados a las jerarquías superiores, planos, sistemas y estructuras a las que pertenecemos por medio de diferentes “hilos” y filamentos, por lo que, de igual manera que nuestro sistema energético está fuertemente entrelazado con los campos y estratos de la Tierra, y tenemos algunas conexiones con campos energéticos del sistema solar, teníamos tambien este “vórtice” dimensional ubicado en el Hara o tantién inferior que nos conecta al campo de consciencia de la galaxia en la que nos encontramos. Podéis revisar el artículo en este enlace.
Ahora bien, la conexión con Eur mediante la “esencia” ¿es el nivel “más alto” al que estamos conectados? No, pues también existen un cierto tipo de elementos en nuestra estructura que nos unen al campo de consciencia del universo, Uan en Irdin y, por supuesto, también existe “algo” que nos conecta a la Fuente, AUM en Irdin también.
Los mecanismos de conexión con Uan los dejaremos para otro artículo y nos vamos a centrar hoy en explicar un concepto que muchos ya conoceréis, y que hace referencia a una “partícula” o “chispa divina” presente en todos los seres humanos, de hecho, presente en todos los seres de todos los confines de toda la Creación. Sin embargo, hemos de huir de asociaciones religiosas o relacionadas con temas de “divinidad” pues, ya sabéis, estos conceptos de Dios y dioses, con mayúsculas y con minúsculas, fueron creados e insertados en la psique de los primeros modelos de “homos” cuando asimoss creo nuestra especie. Por lo tanto, tanto la “esencia”, como otras conexiones logóicas, como la que vamos a ver hoy, no tienen, por decirlo de alguna manera, ningún tinte “divino” asociado, sino que son mecanismos energéticos que vienen “de serie” en todos los seres vivos y, sin ellos, no podríamos, literalmente, existir como tales.
Mónadas para crear “todo”
Hace muchos años, allá por el 2014, os explicaba que la “Creación” se divide, si podemos decirlo así, en la “zona de la creación no manifestada” y en la “zona de todo lo que existe”. Dijimos también cuando hablábamos de los conceptos de numerología, que “la Fuente” no es un ser, no es un logos, sino que es “otra cosa”, muy difícil de explicar, pero cuya mejor definición en estos momentos es la de “mecanismo de generación de existencia” a partir de algo que se denomina “plasma de existencia”, y que la Fuente genera por sí misma.
Esta “Fuente”, Aum, es literalmente un mecanismo energético y autoconsciente, auto creado y atemporal, que crea y emite sin cesar mónadas desde su núcleo hacia una primera región “estática” donde se almacenan, antes de ser entregadas a los logos de los universos para que estos dispongan cómo usarlas y con qué configuración. La manera en la que Aum genera las mónadas es el equivalente a una máquina troqueladora cortando en puntitos muy pequeños un flujo de plasma “existencial”. Es posiblemente muy complejo de entender, pero es la mejor analogía que tengo en estos momentos para representarlo.
Por lo tanto, la “zona de lo no manifestado” es un “lugar” atemporal y adimensional donde la Fuente, en sí misma, almacena las mónadas que crea troquelando el plasma de existencia que ella misma genera y, estas mónadas, no tienen aún polaridad ni están activadas en sus aspectos consciencia, energía y materia. Son mónadas inertes y “apagadas”, lo mismo que cuando coges un aparato electrónico del estante de una tienda y están todos guardados en sus cajas esperando a ser encendidos y puestos en funcionamiento.
Por lo tanto, en este estado de “existencia” todas las partículas mónadicas son iguales y no existe diferencia alguna entre ellas, y solo cuando son “entregadas” a los logos, que ya se encuentran en la “zona de lo manifestado”, la “Creación”, entonces se configuran sus vectores de consciencia, de energía y de materia como se considere necesario para formar un tipo de estructura aquí, una pared dimensional por otro lado, una nube en un planeta allá o un avatar para un ser vivo en cualquier otro lado. Todo está hecho de mónadas, los legos de la Creación, y sus infinitas combinaciones da lugar a todo lo que existe.
Mónadas Aum
Entonces, al igual que este mecanismo de generación de existencia crea mónadas “estándar”, todas iguales inicialmente, también genera un tipo de mónada “especial”, que vamos a denominar mónadas “Aum”, y que tienen la peculiaridad de que ellas mismas contienen una versión de todo lo que existe en la Creación. Es decir, digamos que, la Fuente, todo lo que crea, lo “copia” continuamente en una serie de “mónadas Aum”, haciendo un back up completo de todo lo que existe en cada mónada Aum, habiendo, por lo tanto, trillones de trillones de versiones de la Creación almacenadas en cada mónada Aum creada por la Fuente.
El cómo es posible que todo lo que exista, en su completa totalidad, se pueda almacenar dentro de una mónada, por muy “especial” que sea, tampoco es algo fácil de entender ni de explicar, pero así es como cada uno de nosotros, como ahora veremos, poseemos una copia completa de una versión completa de toda la Creación en nosotros, pues lo macro y lo micro son al final lo mismo, y todo el infinito existe en cada simple grano de arena.
¿Y qué se hace con estas mónadas Aum?
Se insertan en todos los seres vivos. Literalmente. Por lo tanto, tú, yo, el árbol de enfrente, el gatito de tu vecino, las ardillas del parque, las ballenas de los océanos, y cualquier otro ser vivo en cualquier otro planeta en cualquier parte de cualquier galaxia dentro de cualquier universo, tiene una mónada Aum, ubicada en su corazón u órgano equivalente, y con una copia de todo lo que existe en esta Creación al completo.
¿Para qué se usan o cual es el cometido de estas partículas?
Básicamente es dotarte de una versión de la Creación individual para ti solo. Ya hemos explicado que tu creas tu propia realidad, y que el mundo en el que existes es único para ti, a pesar de que, por sobreposición de realidades, todos vivimos en un mundo que aparenta ser común para todos. Pues bien, no solo tienes tu propia realidad en este planeta, sino que, en realidad, tienes tu propia versión de toda la Creación al completo en toda su complejidad, en tu interior. Y esa mónada Aum es la base de datos que te permite crear tu versión de todo el universo, tu versión de todas sus estrellas y planetas, tu versión de todos los seres vivos y tu versión de todo de todo lo que existe en todos lados. Todo lo que ves es tu versión del cosmos, del universo, de la galaxia, del sistema solar y del planeta en el que estás, por lo tanto, eres el centro de esa versión de la Creación, como cada ser vivo es el centro de su propio universo, pero no hablando de forma poética, sino de forma puramente física, energética y matemática. Allá donde estés, eres el centro de toda la Creación, porque la “Creación” que tu ves, es la emitida y proyectada por tu mónada Aum, que contiene una versión exclusiva para ti de todo lo que existe.
Como decía antes, intentar explicar cómo cabe todo lo que existe dentro de una partícula ínfima como una única mónada no es tarea que nos tenga que preocupar ahora, pues los conceptos de grande y pequeño no tienen sentido en este aspecto. Por muy grande que parezca el planeta, no dejar de ser una proyección holográfica de la mente del propio logos planetario, y cabe perfectamente junto con infinitas proyecciones de todas las demás cosas en una única mónada, pues una versión de todo está contenida en todo y todo existe dentro de todo.
¿Podemos acceder al contenido de esta mónada Aum?
Si alguna vez habéis escuchado los conceptos de “nirvana” o “iluminación” creo que podríamos usarlos para describir qué se siente cuando una parte de la psique conecta con el campo energético de la mónada Aum presente en nuestro corazón (no dicho como expresión poética, sino como ubicación literal, en el ventrículo izquierdo, justo donde el cordón de plata conecta con el átomo simiente físico-energético de nuestro avatar).
Así como tenemos diferentes “yoes” en nuestra programación mental que realizan funciones de interconexión con diferentes niveles “superiores” de nuestra estructura (el yo álmico conecta con el alma, el yo “espiritual” con el espíritu, etc.), tenemos tambien “yoes” que conectan con los campos de consciencia de las jerarquías logóicas a las que pertenecemos (el planeta donde estamos, el sistema solar al que pertenecemos, la región de la galaxia en la que nos encontramos, el “yo” que conecta con el logos de esta, etc.). Por lo tanto, en uno de los niveles más profundos de la programación de las esferas mentales existe un “Yo Aum” que hace de puente entre la psique y estructuras de la personalidad humana y la mónada Aum, que hemos dicho contiene una copia de todo lo que existe en toda la Creación, siendo esa copia tu versión individual de esa “Creación”.
Si, por alguna razón, tus yoes de la personalidad “externa” (los que me definen como David, los que forman los rasgos de mi carácter) conectaran con el Yo Aum (en un estrato tan profundo de la psique que pocas veces se da este hecho) y el Yo Aum se “asomara” al mundo externo a través de la personalidad, entonces es cuando, literalmente, tienes una sensación de estar conectado con “todo”, de ser todo, de formar parte de todo, pues es a través de tu mónada Aum que ese flujo y energía fluye desde una parte profunda nuestra hacia la parte “exterior” y “observadora” de la personalidad. Y no solo es que te sientes conectado con todo, sino que “eres” todo, te “sientes” todo, y eres ese pájaro que está posado en esa rama y eres esa piedra que está en la acera, y eres ese árbol o esa planta. Y de nuevo, además de que te sientes parte de todo, literalmente, (de nuevo no juego a hacer expresiones poéticas, sino que son sensaciones de “ser” todo lo que existe a la vez), sabes que eres el Creador de todo eso que existe, y tú eres simultáneamente esa roca, ese pájaro, esa flor o esa nube.
Para ver el mundo en un grano de arena
y el cielo en una flor silvestre
abarca el infinito en la palma de tu mano
y la eternidad en una hora
Y es que, como cada mónada Aum contiene una copia de toda la Creación y además está conectada al mecanismo consciente que es la Fuente, tu mónada Aum se sabe y reconoce como esa Fuente en tu versión de la Creación, de manera que, si existe algo en este universo en el que estás, es porque tú lo has creado, y tu mónada Aum ha sido la responsable de ello a través de los mecanismos de proyección de la realidad “ampliados” (los que abarcan más allá de la realidad personal que ves, y que son los que proyectan tu versión del planeta, tu versión del sistema solar, tu versión de esta galaxia, tu versión de este universo, tu versión de “todo”, etc.).
Por lo tanto, y si tu YS y tus jerarquías superiores en algún momento quieren hacerte sentir como el creador de todo lo que existe, porque así es en realidad, puede “puentear” cualquier yo de tu personalidad externa con los yoes internos de la psique como el Yo Aum y, entonces, se produce el efecto que algunas personas han podido sentir de estar unido a todo, ser todo a la vez, y sentirse conectado con todo, además de sentirse el creador de todo (y no hay vanidad ni prepotencia en ello, sino una profunda humildad y sentimiento de pertenencia a todo).
Que esto ocurra, sabiendo porqué ocurre y qué está ocurriendo, es una experiencia brutal y muy enriquecedora. Entiendes entonces que todo es una verdadera ilusión a todos los niveles, pero una ilusión que permite que todo sea, que todo exista, que todo evolucione, que todo se expanda, que todo aprenda de todo, que todo se pueda vivir y experimentar. Claro, aquí “todo” incluye literalmente “todo”, en todos sus aspectos, en todas sus polaridades, en sus extremos más radicales tanto hacia lo positivo como lo negativo pasando por lo neutro, en todas sus configuraciones y con todas las posibles versiones de todo coexistiendo a la vez en múltiples niveles de realidad.
Como ya podéis imaginar, cuando te ha sucedido algo así, no quieres que tu Yo Aum se retire y deje paso a los yoes “normales” de la personalidad externa, porque es brutal vivir con esa consciencia al mando de tu personalidad, pero, al menos, si alguna vez te sucede, te haces consciente de cómo es la “existencia” y experimentas lo que, desde esos otros niveles profundos de uno mismo se percibe sobre cómo son las cosas.
Luego, volvemos al día a día, al trabajo, a los atascos, a los problemas y a las historias de cada uno, pero ya tienes presente otra forma de ver el mundo, tu vida, tu realidad, etc., que, al final, has creado tu tal cual, aunque sea imposible de entender por qué lo hemos hecho, así como es y no de las mil otras maneras que se nos ocurren que podría ser, pero que son también reales, en alguna otra versión de la Creación almacenada en alguna otra mónada Aum de algún otro ser vivo que también se pregunta como es posible que su versión de la Creación sea como es y no de alguna otra forma, por ejemplo, la tuya.