Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Viajando en el Tiempo (nuevo modelo dinámico del sistema solar)

Desde que conozco el trabajo del Proyecto Resonance (del físico Nassim Haramein) estoy alucinado y encantado con la avalancha de nueva información que va saliendo respecto a los nuevos paradigmas de la astrofísica, y cómo se relacionan temas que a veces nos parecen dados sólo a la espiritualidad, la psicología o las ideas «new age». El viaje en el tiempo «mental» es algo que muchos de nosotros decimos poder hacer cuando entramos en meditación. Se usa en cosas como la terapia regresiva a vidas pasadas, se usa cuando accedes a sucesos del pasado o del futuro, directamente o a través de los llamados archivos akáshicos, o cuando te proyectas mentalmente a un punto en el futuro y puedes obtener información sobre lo que está sucediendo en esa línea de tiempo (pues existen tantos futuros como probabilidades de que algo ocurra).

Todo esto es fantástico, y hasta ahora, al menos personalmente, lo hago simplemente y no me preguntó si existe o no un modelo matemático o físico que pueda explicar este acceso hacia delante o hacia atrás (en esta dimensión en la que vivimos, en el espacio- tiempo).

Cada evento deja una impronta

Todos sabemos que todo es energía, y, por ende, cada cosa que pasa, cada situación, cada pensamiento, deja una impronta energética en el momento y lugar en el cual fue hecha. Es decir, si hoy miércoles me levanto a las 9.00h y me tomo un café, este evento se queda energéticamente «marcado» en la posición y en el tiempo (la fecha y el lugar). Pero puesto que nosotros medimos el tiempo en relación a nuestra posición respecto al Sol, lo que estamos haciendo es marcar unas coordenadas y una posición en el espacio de cuando este evento ha sucedido (es decir, cuando me tomaba el café, la Tierra estaba en un momento específico de su órbita respecto al Sol, en un lugar concreto del espacio exterior, marcado por unas coordenadas espacio- temporales que nos dan la posición exacta y el tiempo exacto en que esto ocurrió). Puesto que la energía no se destruye en ningún momento (solo se transforma), esta impronta energética ha quedado guardada y archivada, en esa posición espacio-temporal.

El modelo actual de dinámica del Sistema Solar

Todos sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol. Que tardamos 365 días en completar una vuelta a nuestra estrella y  que eso es lo que llamamos un año. Ahora bien, nuestro modelo actual nos dice que la Tierra vuelve a su posición en el espacio cada 365 días, al haber completado una vuelta, de forma que volvemos a pasar por las mismas coordenadas espaciales año tras año.

Lo que esto originaría, es que cada vez pasamos por ese mismo punto, los eventos generados en ese momento, se irían acumulando y sobreponiendo unos encima de otros (capas energéticas, por decirlo así) y cuando quisiéramos acceder mentalmente a ese evento, probablemente nos encontraríamos con un montón de improntas energéticas de todo lo que ha pasado a lo largo de toda la historia de la humanidad cada vez que la Tierra ha estado en el mismo punto de su órbita alrededor del Sol. Y no tiene mucho sentido.

El nuevo modelo, órbita tridimensional y el desplazamiento del Sol

El trabajo de científicos como Nassim Haramein, lo que nos viene a explicar es que el Sol también se desplaza (bueno, esto ya lo sabía, y está bastante documentado) a unos 200 km. por segundo, en una órbita alrededor del centro de nuestra galaxia. La novedad es que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es «plana» en el sentido en que nos lo han enseñado en el cole, sino elíptica, como un cono. Así, cada instante que vivimos tiene una posición «geográfica» en el espacio única, jamás repetida, pues cuando hemos completado una vuelta completa y ha pasado un año, estamos a billones de kilómetros de donde estábamos en el mismo día del año pasado.

Podemos entender entonces que cada impronta energética de cada cosa que ha sucedido, tiene unas coordenadas propias no compartidas con absolutamente nada más (un lugar en la Tierra, un fecha, y un lugar diferente en el espacio).

Viajando en el Tiempo

Así se hace mucho más fácil entender el concepto del viaje en el tiempo «mental». El acceso a través de la mente, de la meditación o de la proyección astral (si vamos hacia fuera del cuerpo) a otro punto del tiempo no sería nada más que, matemáticamente hablando, localizar las coordenadas concretas y específicas de ese hecho y acceder a leer la impronta energética que dejó aquello que estamos reviviendo. El acceso a coordenadas futuras es algo más complejo de explicar, pero podemos decir que es como si accediéramos a la línea espiral de la Tierra (su posición espacial, para cada uno de nosotros) del evento que tiene más probabilidades de suceder según los acontecimientos ya sucedidos. En cualquier caso, este nuevo modelo explica, a mi gusto de forma clara, cómo se puede acceder a esos eventos que sucedieron alguna vez sin que encontremos un batiburrillo de improntas energéticas de todo lo que sucedió al mismo tiempo cada vez que la Tierra se encontraba en el mismo punto del espacio, en el sistema solar, al haber completado una vuelta de un año.

 

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