Vamos a tocar hoy un tema controvertido, que suscita inquietud, preocupación, que enfrenta a millones de personas unas con otras, pues tiene tantos seguidores como detractores, y que es la base para otra de las manipulaciones que sufre el ser humano desde hace ya bastante tiempo.
Al igual que hicimos con las explicaciones sobre la telefonía móvil, lo que pasa con cada generación de antenas y para qué se usan cada una de ellas (tenéis la serie de artículos en los archivos del blog del mes de Abril y Mayo), vamos a indagar en la cuestión de las vacunas en los niveles de realidad que nos conciernen: físico, etérico y mental, y veremos que ni todo lo que se dice en contra de ellas es del todo verdad ni todo lo que se dice a favor lo es tampoco.
Como siempre, REC y SC usan elementos impuestos por ellos mismos para crear un cierto problema y así luego presentar soluciones a lo creado, facilitadas y presentadas como «algo positivo» para nosotros, que luego, como siempre, tiene «truco» y les sirve para otros propósitos más allá de lo que se explica a la población o lo que se haya promocionado como beneficio. Así que, tanto si estamos a favor o en contra de las vacunas, vamos a ver si arrojamos un poco de luz sobre lo que hay detrás, tanto como parte positiva, en ciertos y limitados aspectos, como en parte negativa, en otros más amplios y desconocidos.
Investigación y desarrollo
Todo proceso de crear una vacuna pasa por decenas de miles de horas de investigación, y eso se hace en centenares de empresas, y hay miles de profesionales buscando cómo prevenir enfermedades. Así que entraremos directamente al tema explicando que, en la vacuna, los elementos que se usan principalmente contra la humanidad, están diluidos en la solución acuosa que se usa de base para el antígeno y los adyuvantes, que son los componentes «activos», siendo esta solución acuosa lo que las empresas farmacéuticas necesitan para poder crear un producto inyectable en el sistema sanguíneo.
Componentes de las vacunas
Grosso modo, y para dar algunas pinceladas que nos permitan desarrollar la teoría, toda vacuna se compone de lo siguiente:
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Antígeno inmunizante. Es básicamente el principio activo de la vacuna, aquello que causa la respuesta inmunológica en el organismo ante el virus de la enfermedad que se esté tratando de prevenir.
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Líquido de suspensión acuoso. Suele ser una solución salina, agua destilada o en ocasiones productos derivados de los cultivos necesarios para la obtención de las vacunas.
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Preservantes, estabilizantes y antibióticos. Son sustancias utilizadas para estabilizar los distintos componentes de la vacuna o para impedir la contaminación por otros microorganismos o la degradación de la misma. En ocasiones, pueden producir reacciones alérgicas o tóxicas (se usan gelatinas, aminoglucósidos, polimixina B, formaldheído, etc.).
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Adyuvantes. Son compuestos incorporados a las vacunas para aumentar la inmunogenicidad de los antígenos o prolongar su efecto, haciendo posible la disminución de la cantidad de estos y el número de inyecciones que nos han de poner para que la respuesta del organismo sea la mínima necesaria. En general, provocan un estímulo que potencia la respuesta inmune. Los adyuvantes más utilizados en vacunas son por ejemplo sales de aluminio, otros que reciben los nombres de MF59, AS04, virosomas, etc. En la red tenéis información detallada si quieres profundizar en ello.
Las vacunas, por lo tanto, en su efectividad, serán más o menos buenas, tendrán más o menos efectos secundarios, serán un problema o dejarán de serlo según el antígeno y cuánto o cómo ayuden al sistema inmunitario a lidiar con virus, patógenos y demás, pero este no es el objetivo de REC y SC, y que una vacuna nos provoque una reacción alérgica o efectos secundarios leves o graves no es algo que les importe. Lo que les importa es que se pueda inyectar, y que entren en nuestro sistema sanguíneo los componentes imbuidos en la disolución acuosa que sirve como sustrato para la vacuna.
Nanoides, tecnología microscópica
Aquí empieza lo que quizás algunos ya consideréis ficción. Las vacunas contienen nanoides. Son unas partículas ínfimas, microscópicas, que se mezclan con la solución acuosa, normalmente una solución salina isotrópica que permite que los componentes «normales» de la vacuna puedan ser imbuidos en una jeringa para luego ser inyectados en el cuerpo.
Estos nanoides son como micro-micro-micro chips, y cada ml contiene millones de ellos. Como los habréis visto en películas o habréis leído sobre ellos, el nombre no os sonará raro. Es tecnología asimoss, entregada a empresas de SC que son los que dotan a las farmacéuticas de la base líquida para que luego estas fabriquen los millones de dosis que han de poner en circulación en el mercado. Por lo tanto, no importa que farmacéutica cree la vacuna para tal enfermedad o tal otra (eso ya se deja a las peleas y reparto de poder en los niveles inferiores de SC por llevarse el mayor trozo del pastel económico asociado al tema).
Como todas llevan una solución acuosa única en la que se diluye el producto final investigado y desarrollado, todas las vacunas del mundo tienen nanoides, vengan de la farmacéutica que vengan. Todo el mundo, todos los seres humanos, desde la primera vacuna que nos ponen de pequeños, tenemos millones de componentes de esta nanotecnología corriendo por nuestro torrente sanguíneo y causando micro disfunciones en el organismo.
¿Qué son los «nanoides»? ¿Qué hacen?
La tecnología y los sistemas de creación de «chips» han avanzado tanto, que nuestros procesadores más modernos, un Intel de última generación de lo que sea, por ejemplo, llevan millones de transistores en un espacio de micrómetros. Eso se puede ver con un potente microscopio y se puede observar para trabajar sobre ellos. Ahora, pues, imaginaros chips millones de veces más pequeños, con la misma potencia y las mismas capacidades, pero imposibles de ser captados por nuestros equipos más potentes actualmente. Eso es nanotecnología y son los nanoides que se usan, en este caso, en las vacunas.
Es un desarrollo de asimoss, a niveles de escala que ellos, con sus sistemas tecnológicos, dominan, con lo que si tuviéramos un microscopio lo bastante potente y pusiéramos un vial de una vacuna bajo el mismo, veríamos estos «nanochips» flotando en el interior entre los átomos del agua. Además, estos nanoides están programados para «hacer cosas», así que cuando entran en el organismo se adhieren a ciertos órganos, se imbuyen en los componentes de la sangre, se insertan en el núcleo de nuestras células, se acoplan a las neuronas cerebrales, etc.
¿Cuándo y porqué empezaron a usarlos en nosotros?
Se empezaron a desarrollar en el momento en el que asimoss vieron la posibilidad de manipular el avatar «desde dentro», además de todo lo que ya se hace «desde fuera», y empezaron a experimentar y comprobar sus efectos y buscar la mejor manera de obligar a que todos los seres humanos llevaran estos nanoides corriendo por su interior.
Puesto que la única forma de que todo el mundo, o una gran parte de la población, acepte inyectarse algo así (sin saberlo) es creando problemas de salud en el propio cuerpo, empezaron a generar más y más enfermedades, que luego procuraban que se pudieran prevenir con vacunación en la mayoría de los casos, para que la población aceptara, poco a poco, la necesidad de vacunas porque, en general, viéramos que pueden ser efectivas contra algunas enfermedades que REC y SC han querido usar como laboratorio de pruebas y «caballo de Troya».
Una vez la humanidad «ve» que ciertas enfermedades disminuyen o desaparecen con el uso de vacunas (de ahí que tengan parte de efectividad, cierta veracidad y uso preventivo, porque así se ha querido para poder «demostrar» su eficacia y convencer de su necesidad) se ha ido concienciando de la obligación de que, desde pequeños, todos estemos vacunados, y, por ende, todos los avatares físicos del planeta contengan nanoides, que limiten, bloqueen, activen, dañen o manipulen a la persona desde «dentro», a nivel fisiológico, químico y orgánico.
Todo esto de forma sutil, general, global, poco a poco, a lo largo de décadas, sin que haya forma de probar (en algunos casos si, en la mayoría es imposible) que la degeneración del cuerpo está producida por un lado por los propios procesos de «caducidad» natural que tenemos, y, por otro lado, por la acción de la nanotecnología que va dañando poco a poco el avatar para que su funcionamiento sea con el tiempo cada vez más deficiente y la salud general de la población no supere unos ciertos límites «aceptados». Pero eso es solo el principio.
¿Por qué este control de la «salud» del avatar?
Si recordáis, en la monografía sobre la creación del ser humano, hemos mencionado que tenemos ADN de unas 20 razas, que dieron algún gen por aquí algún gen por allá, para que asimoss crearan el modelo «homo sapiens» que ahora «conducimos».
Puesto que el ADN de todas estas razas, si estuviera activo, funcional, no inhibido ni bloqueado nos dotaría de potenciales enormes, llegó un momento en la historia de la humanidad en el que la propia frecuencia de vibración del planeta, y con ello de las células de nuestro cuerpo, podía, por «resonancia», empezar a activar parte de ese ADN «dormido» y latente, así como las capacidades energéticas asociadas al mismo.
Así que, desde el punto de vista de REC, había que poner algo que, «desde dentro» del cuerpo, limitara y redujera el potencial del propio cuerpo, evitara la activación no deseada de genes «no humanos», y consiguiera que el avatar no manifestara el propio potencial asimoss imbuido en nosotros, más el potencial amoss, más el potencial de la raza tal, más el potencial de la raza cual, así, hasta las 20 o por ahí de las que tenemos todas o muchas de sus capacidades.
Por otro lado, no solo se trata de bloquear el potencial imbuido en esos genes «dormidos», sino impedir la aparición de las propias características físicas que estos manifiestan, ya que algunos de esos genes podrían resultar, si se activan con todo su contenido genético, en potenciales físicos heredados de aquellos que nos dotaron de su ADN, etc.
Esto significa que los nanoides, en general, están y sirven para evitar la activación indeseada de lo que tenemos por «defecto» imbuido y codificado en nosotros, y para ello se adhieren a las hélices de ADN, se imbuyen en las células, se acoplan a las redes neuronales del cerebro y del corazón, etc., y, mediante pulsos energéticos, y mediante «barreras» creadas por unión de muchos millones de nanoides, evitan que el cuerpo desbloquee nada que, originariamente, no querían que usáramos o manifestáramos como parte del potencial y características «naturales» presentes en nuestro avatar.
Un «problema reciente»
Esta posible activación «espontánea» del ADN «basura» y «dormido» no fue un problema hasta, digamos, hace un par de siglos a lo sumo, pues antes la frecuencia del planeta no era lo bastante alta como para que, por resonancia, nuestros propios genes empezaran a activarse sin control. Así que cuando REC y SC detectaron los primeros casos de activación y desinhibición de potenciales, así como de malformaciones físicas en los avatares, y vieron que se les iba a ir de las manos en cuanto todo el mundo elevara su vibración uno o dos hercios más, por simplemente estar pisando el suelo de este planeta, decidieron que la solución era introducir en el organismo tecnología microscópica que mantuviera esas capacidades limitadas y el ADN bloqueado en la medida de lo posible.
Para ello, entregaron poco a poco el conocimiento médico a la humanidad sobre cómo prevenir enfermedades a través de la vacunación, pero, antes, crearon montones de enfermedades por todo el planeta para poder suministrar y crear vacunas para ello (problema creado- solución «facilitada»), entregaron la tecnología que permitía la vacunación masiva y la fabricación de millones de dosis (los avances científicos del último siglo en este campo), imbuyeron, no en la vacuna, sino en el sustrato líquido todos los nanoides programados de forma genérica para lo que os he explicado, y, desde entonces, para mantener el control sobre la vacunación, y obligar a todo el mundo a que se vacune para que toda la población tenga nanoides, siguen creando regularmente enfermedades como esta que estamos viviendo, y siguen desarrollando nuevas vacunas para curarlas o mantenerlas a raya, no erradicarlas porque esto supone que entonces hay una dosis de vacunas que ya no usas (si hubiera vacuna definitiva contra la gripe, que existe, ya no habría que hacer vacunación anual, por ejemplo).
Luego, si finalmente deciden erradicar una enfermedad de algún sitio, como la polio que hace un par de meses la OMS declaró erradicada en África, es para mantener la narrativa de que las vacunas funcionan y que, gracias a ellas, tal enfermedad ya no existe en tal zona.
Con ello, y siguiendo la lógica secuencial que os expliqué en el artículo anterior de «si esto luego lo otro«, la psique humana «ve» y acepta que el proceso de enfermedad- luego vacunación- luego desaparece enfermedad (con los años) es correcto, lo valida, lo considera coherente y, por lo tanto, lo sostiene como parte de la realidad «aceptada» y consensuada por todos para el conjunto de la humanidad.
¿Y los efectos secundarios de las vacunas?
Existen, y son muchos, y casi todos son todos debidos a los nanoides, alguno puede que sea culpa de los antígenos, y de la combinación de elementos usados para ello que no siempre son compatibles con todos los cuerpos humanos, pero, la mayoría, es debido a la nanotecnología que se inserta en el cuerpo.
Y es que es lógico en cierta manera, nuestro sistema inmunitario no está preparado para lucha contra «microchips«, con lo que, cuando los detecta y percibe, trata de atacarlos con todo lo que tiene, elevando la temperatura del cuerpo por ejemplo, siendo la fiebre una reacción muy común a las vacunas. Así, dependiendo de la configuración que tenga cada avatar, tanto a nivel físico, como según sea tu grupo sanguíneo, como a nivel energético, los síntomas pueden variar y el cuerpo puede lidiar con más o menos capacidad contra este elemento invasor, hasta que la programación imbuida en los nanoides inserta las instrucciones de «somos amigos» (lo vamos a poner así para entendernos) en los programas de gestión del avatar y el cuerpo deja de luchar contra ellos al recibir los «códigos químicos» de que «eso» no es un «invasor».
Muchos elementos implicados
El tema es complicado, y en el siguiente artículo entraré más en detalle, pero para que se entienda el proceso, cuando los nanoides entran en el cuerpo empiezan a soltar pulsos con información de «somos amigos» a las células del sistema inmune. Esto tarda entre unas horas y un par de días en ser recogido por estas, traspasado al cerebro, y, de ahí, procesado por la programación del patrón metabólico, en la esfera mental pre-consciente, que los «acomoda» en su base de datos como parte de los elementos «naturales» del cuerpo.
Una vez los programas de gestión del cuerpo aceptan que los nanoides no son «malos», el programa ego de gestión de toda la psique le da las órdenes al centro instintivo (ubicado a nivel etérico y mental en el segundo chakra) de que acepte las instrucciones y «operaciones» que los nanoides hagan en el cuerpo, y, entonces, ni los órganos los rechazan después de un par de días de luchar contra ellos, ni el conjunto del sistema inmunitario los considera ya un peligro.
Gestionando los nanoides «por control remoto»
Pero la cosa no termina aquí. ¿Cómo saben los nanoides que deben ir hacia el ADN o cómo saben que tienen que ir a bloquear una serie de redes neuronales o cómo saben que deben inhibir «algo» que se está activando en el ser humano?
Pues se hace por «control remoto». Pero este control remoto también está en nuestra mente, ya que se encarga de ello unos programas que se ubican en la esfera mental consciente, que han sido instalados en esta a través de la esfera mental preconsciente.
¿Y de dónde recibe la esfera mental pre-consciente los programas de control de los nanoides?
Pues como ya hemos dicho muchas veces, toda la programación del ser humano, o la mayoría, viene a través de la conexión del inconsciente colectivo de la LT33, desde donde se «vuelcan» todas las rutinas y programas de control del avatar, estos se bajan e instalan en la psique humana, y a través de ellos, se les «ordena» a los nanoides que hagan una función u otra según lo que asimoss tengan en mente en cada «campaña» de vacunación anual, pues, como sabéis, cada año se recomienda vacunarnos contra la gripe por ejemplo, y sobre todo a los niños, hasta los 12 o 13 años se les vacuna contra diversas enfermedades cada X tiempo.
De alguna forma, es literalmente como insertar coches teledirigidos en el circuito de carreras que representa la sangre y el cuerpo, y colocar los mandos de control remotos en la mente, con los programas sobre cómo dirigir los nanoides desde el patrón metabólico y el centro instintivo. Pero estos programas no vienen imbuidos de serie en nosotros, pues no fuimos creados para sostener nanotecnología en nuestra programación base, así que desde el IC 33 se instalan los comandos que luego se pasan a la esfera consciente que luego dirigen el funcionamiento de los nanoides en el cuerpo.
¿Necesitamos vacunas para prevenir enfermedades?
No, pero con matices. Hay que tener en cuenta que la mayoría de enfermedades que pretenden prevenir, han sido creadas por REC y SC, y se crean para afectar al mayor número de personas posibles en algún área concreta del planeta. Por nuestra base troodón y homínida, desde el manu y el lhulu, tenemos un sistema inmune que es capaz de lidiar con cualquier cosa que exista en la Tierra de forma natural, esto es, todos los virus, patógenos y bacterias del planeta, no nos pueden hacer enfermar si tenemos un sistema inmunológico sano y fuerte.
Por lo tanto, como la base «animal» que poseemos ya está codificada para prevenir enfermedades del entorno natural en el que nos hemos desarrollado, REC y SC han tenido que crear enfermedades «no naturales» (por mucho que digan lo contrario), ya que ningún virus en su estado natural es un problema para el sistema inmune del cuerpo en su estado óptimo de funcionamiento.
Para evitar esto, pues si nadie enferma de forma natural no hay forma de convencer de la necesidad de vacunarse, todas las enfermedades de los últimos siglos son producto de variación manipulada y genética de elementos patógenos, virus y bacterias presentes en nuestro ecosistema natural. Cuando modificas un pequeño virus para que el sistema del cuerpo ya no lo reconozca, y entonces enferme por las instrucciones energéticas codificadas en el virus (ya hemos explicado cómo funciona esto en este otro artículo), es cuando se ofrece una “solución” médica basada en la prevención de enfermedades a través de la vacunación, creando los antígenos que van a ayudar al sistema inmune a lidiar con algo que no sabe cómo solucionar (porque no es «natural» y no tenemos instrucciones codificadas de serie para ello) y consiguiendo así que, dentro de la vacuna, se imbuyan millones de nanoides que tienen otras funciones más allá de la prevención o de preocuparse de la salud de nuestro cuerpo.
¿Son conscientes las farmacéuticas de esto?
Algunos de los miembros de estas si, otros no. Algunas empresas se encargan de la investigación sobre los antígenos, los principios activos, y los componentes destinados a paliar una enfermedad, y no se preocupan, conocen o forman parte, pues se externaliza a terceros, del proceso de fabricación masiva que se necesita para crear millones de dosis cuando ya tienes el compuesto final, la «vacuna master», por llamarlo así.
Dirigentes de empresas del sector farmacéutico que pertenecen a SC, y son muchos, lo conocen perfectamente, quizás los investigadores, médicos y técnicos de laboratorio no tengan ni idea ni puedan jamás detectar este tipo de nanotecnología, pues no se introduce en lo que ellos desarrollan ni durante los periodos de pruebas ni las fases por las que el desarrollo de una vacuna pasa para probar su efectividad, sino que solo se introduce al final en el momento de la producción masiva y, como hemos dicho, dentro del sustrato acuoso y líquido que facilita que una vacuna sea inyectable.
¿Se puede hacer algo contra esto?
Si, en el próximo artículo nos ponemos con el trabajo para desprogramar e inutilizar los nanoides presentes en nosotros, que se puede hacer sin problemas, y hablaremos del tema de la vacuna que se está preparando para «solucionar» esta «pandemia» ahora que ya tenemos la base teórica, espero, aunque suscite incredulidad en muchos, para entender los procesos que REC y SC buscan con cada enfermedad que lanzan y luego con los procesos de curación que proponen para ello.
Recordad que tenéis varios métodos para comprobar esta información con vuestro YS, y, así, algunos programas de la esferas mentales activados para desechar este tipo de conocimiento no se activarán tanto y podréis integrar y dejar pasar a través de los filtros de la mente esto y lo que vamos a seguir explicando en siguientes publicaciones.