Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano

Sueños recurrentes, pesadillas y sueños lúcidos

Ahora que hemos completado la serie de artículos sobre el «PH», tenía pendiente explicar algunos aspectos interesantes de lo que he ido viviendo a lo largo de todo el trabajo que he hecho estos meses explorando mi propio mundo onírico, y también indagando en las experiencias de otras personas, para comprender qué es lo que podemos llegar a experimentar durante el soñar, y qué es lo que os enseño a investigar por vosotros mismos en el curso que os presenté hace unas semanas.

Una de las cosas que sobresale en cualquier libro, artículo, experiencia o estudio sobre el sueño de manera más importante es que, entre los diferentes tipos de sueños que despiertan, posiblemente, más interés y curiosidad en todos nosotros, por tener un impacto profundo en nuestra vida, se encuentran los sueños recurrentes, las pesadillas y los sueños lucidos.

Como podéis imaginar, son tres tipos de procesos y sueños distintos entre sí, aunque todos forman parte de los procesos psíquicos que se dan por la noche mientras la programación subconsciente hace su trabajo de gestión del material en el cuerpo mental. Sin embargo, mientras que los sueños recurrentes y las pesadillas suelen indicar la existencia de conflictos internos o emociones no resueltas, los sueños lúcidos, cómo os explico en el curso, ofrecen una oportunidad de explorar y transformar el mundo onírico de manera consciente. He llegado a entender que comprender estas experiencias y trabajar con ellas puede ser clave para alcanzar un equilibrio emocional, mejorar la calidad del sueño y fomentar el autoconocimiento de aquello que nos sucede en nuestra vida de vigilia, pues muchas veces, prestando atención y dándole validez real a lo que se sueña, se obtienen pistas para entender procesos en marcha en nosotros a los que igual no habíamos llegado a prestar atención. Vamos a ver un poco sobre cada uno de ellos.

Sueños Recurrentes

Como su nombre indica, los sueños recurrentes son aquellos que se repiten con cierta frecuencia, presentando temas, escenarios o personajes similares en cada ocasión. Estos sueños suelen indicar que hay un problema o «tema» no resuelto en la psique de la persona que necesita ser atendido, por lo que suelen reflejar patrones de pensamiento, situaciones no procesadas o comportamientos repetitivos en nuestra vida que siguen sin ser trabajados del todo. Estos patrones pueden estar relacionados con temores, inseguridades, conflictos interpersonales o «cosas» para las que no hemos sabido encontrar una respuesta consciente (siendo, incluso, que ni siquiera seamos plenamente conscientes de ello).

A menudo, estos sueños muestran aspectos de la psique que se han ignorado (no necesariamente a propósito, sino por falta de conocimiento de la personalidad de vigilia al respecto), por lo que pueden actuar como una llamada de atención para que la persona aborde ciertos temas emocionales o psicológicos que necesitan integración. Precisamente por ello persisten en el tiempo, pues, mientras se sigan dando, los sueños recurrentes indican que el tema pendiente subyacente no ha sido resuelto y sigue afectándonos en nuestra vida consciente.

Pesadillas

Como os decía en el articulo de preguntas de hace unas semanas, las pesadillas son sueños intensamente negativos que causan miedo, ansiedad o angustia, y suelen despertarnos por la noche de forma repentina. Se producen por el traspaso hacia la personalidad de vigilia de procesos de limpieza y trabajo con el «inframundo» de la persona, aquellos niveles emocionales y mentales asociados a los estratos de la psique donde residen, y se almacenan, diferentes tipos de energías emocionales, vivencias, datos y elementos de una vibración menor y asociados a conceptos «negativos».

Las pesadillas reflejan, a menudo, miedos profundos o traumas no resueltos que emergen en el estado onírico. En algunos casos más intensos o complicados, por su recurrencia o carga emocional, pueden estar relacionadas con trastornos de ansiedad o estrés postraumático, incluso temas que llevemos arrastrando desde la infancia o desde situaciones complejas por las que hayamos pasado. El problema con las pesadillas es que su intensidad emocional indica que se está lidiando con conflictos internos de difícil procesamiento y que están tratando de ser enviadas a la personalidad consciente, para que ésta los intente resolver. Las pesadillas son, por lo tanto, una vía para expresar y liberar estas emociones o formas mentales «atascadas», aunque suelen causar incomodidad y temor, primero por que no las entendemos, y, luego, porque nos hacen sentir realmente asustados en muchas ocasiones.

Además, si en algún momento se mezcla este tipo de sueño con el anterior, nos encontramos con que las pesadillas recurrentes pueden afectar bastante a la calidad del descanso y a la salud mental de la persona, aumentando el nivel de ansiedad en la vida diaria, y provocando miedo al dormir, por lo que es importante reconocer que no son un tema que se tenga que tapar sin más, sino que es una parte de uno mismo que está pidiendo ayuda para sanar algo que existe en nosotros, y que no encuentra la vía de expresión para ser liberado.

Sueños Lúcidos

En tercer lugar, cómo también os había comentado, los sueños lúcidos son aquellos en los que el soñador es consciente de que está soñando y, en muchos casos, puede influir o controlar los eventos del mismo. Este tipo de sueño nos permite experimentar el mundo onírico con plena conciencia y utilizar esta experiencia para explorar y transformar aspectos de la psique y de nuestra realidad mental y energética.

Los sueños lúcidos ofrecen una herramienta poderosa para el autoconocimiento y el crecimiento personal, ya que permiten a la persona interactuar conscientemente con el contenido y lo que vivimos en éste, ya que se puede experimentar una libertad y creatividad sin las limitaciones del mundo físico, lo que facilita la expresión de deseos, emociones y necesidades no resueltas, el descubrimiento de potenciales presentes en nosotros, la resolución de problemas, la obtención de conocimientos y respuestas a nuestras dudas, etc. Esta experiencia consciente en el sueño nos ayuda a superar miedos, resolver conflictos, aprender cosas nuevas, movernos por otros niveles de realidad, hablar con otros personajes o experimentar con diferentes aspectos de nuestra identidad, promoviendo la integración de diferentes aspectos de la psique y el desarrollo de nuestras capacidades mentales internas.

Relacionando los tres tipos entre sí 

Entonces, como decíamos anteriormente, los sueños recurrentes y las pesadillas pueden estar interrelacionados cuando se presentan temas o miedos persistentes que nos afectan emocionalmente. Ambas experiencias suelen reflejar la presencia de procesos internos y emociones no resueltas, que necesitamos atender.

Por otro lado, los sueños lúcidos pueden utilizarse como una herramienta para trabajar tanto con las pesadillas como con los sueños recurrentes. La capacidad de reconocer que se está soñando nos permite afrontar nuestros miedos, bloqueos, limitaciones, «cosas» que cada uno tiene por resolver, etc., conscientemente y experimentar un mayor control sobre la narrativa del sueño.

Luego, tanto los sueños recurrentes, las pesadillas, como los sueños lúcidos, ofrecen oportunidades de crecimiento y autoconocimiento personal. Mientras que los dos primeros permiten comprender patrones y miedos, los sueños lúcidos facilitan la exploración consciente y la transformación de estos problemas a partir de la transformación del sistema de creencias, usando la creación de escenarios conscientes durante el sueño que te permiten transformar algún aspecto de tu personalidad.

Si queréis imbuiros en este fascinante aspecto de la realidad humana, os invito al curso que tenéis disponible en el apartado de formación de la escuela. El despertar de la memoria onírica, el empezar a recordar y relacionar lo que sueñas con lo que te pasa, el aprender a controlar paulatinamente tu mundo onírico y el explorar otros niveles de realidad a través del sueño, son cosas que abren nuevas puertas para conocer el potencial que tenemos y las capacidades latentes que existen en nosotros, y que se ponen cada noche «en marcha» pero que, luego, solemos olvidar rápidamente cada mañana al despertarnos.

 

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