Todos tenemos y pasamos por decenas de ciclos en los cuales parece que una misma experiencia se repite una y otra vez, con diferentes actores y en diferentes escenarios, pero con el mismo tema de fondo. Estos ciclos aparecen en todas las áreas de nuestra vida, desde situaciones relacionales con parejas del mismo estilo, hasta experiencias laborales que parece que son siempre igual por mucho que cambiemos de empresa o situaciones en la vida en la cual sospechosamente todo parece que ha sido vivido ya de nuevo anteriormente. Estos ciclos no son otra cosa que el resultado de experiencias que seguimos atrayendo y manifestando porque no nos damos conscientemente cuenta del mensaje, lección o aprendizaje que implícitamente no traen y nos quieren mostrar.
Generando el ciclo
La razón por la que nos vemos envueltos en este tipo de situaciones que parecen repetirse una y otra vez es la necesidad de romper alguna barrera interna, de superar algún miedo o de asimilar alguna faceta nuestra que no queremos asimilar o integrar. Somos nosotros mismos los que, inconscientemente la mayoría de las veces, nos metemos una y otra vez en el mismo tipo de situación porque nuestro interior nos está empujando hacia aquello que tenemos pendiente o que nos urge resolver. La forma de atraer estas situaciones no tiene mayor misterio, siendo nuestra realidad interior la causa de nuestra realidad exterior, no hay más que «emitir» una cierta vibración a través del cuerpo emocional para que la máxima universal de «iguales se atraen» se ejecute con toda su intensidad. Todo depende de lo que a nivel de «alma» y de subconsciente estemos tratando de solucionar, aprender o desbloquear, ya que una vez hecho este desbloqueo o aprendido la lección que el ciclo traiga consigo, no hay mayor razón para que este se siga repitiendo.
Rompiendo el ciclo
La forma de romper un ciclo experiencial es entenderlo, es darnos cuenta de cuál es la razón y el patrón común que tienen todas esas situaciones por muy dispares que nos puedan parecer. Las razones no son del tipo «todas mis parejas son morenas y de ojos negros», sino más bien «todas mis parejas me hacen sentir de tal forma» , o «todos los trabajos terminan exigiendo que haga tal cosa». Se trata de entender que es lo que ese ciclo de situaciones nos quiere hacer ver, pues tras haberlo «visto», se rompe automáticamente. El hecho de incorporar a nuestra mente consciente el propósito de cada uno de esos ciclos lo da por visto bueno, y nos «sintoniza» con una nueva frecuencia en la cual ya dejamos de atraer y generar este tipo de situaciones, para pasar, si es necesario a otro que vuelva a traernos un crecimiento personal y nos haga dar un paso adelante en nuestro camino evolutivo.
Simplemente necesitamos habilidades de observación, dejar a un lado el papel de víctima de la vida (o de la gente) y plantearnos cual es el denominador común de cualquier ciclo por el que parezca estamos pasando. Nos vemos envueltos en aquello que por la razón que sea necesitamos vernos envueltos, por ende, a mayor poder de observación y habilidad para entender porque estamos en ese ciclo, mayor facilidad para salir de él, reforzados y más preparados para atacar el siguiente, si es que hemos de hacerlo.