Creo que muchos habréis visto por los artículos del blog, y por las noticias, que estamos en una época bastante «revuelta» en muchos sentidos, a nivel energético y físico, en prácticamente todos los rincones del planeta.
Las razones creo que ya las conocéis, más allá de las «habituales» manipulaciones de la realidad para mantener un poco el caos, el desorden y a la humanidad en los niveles de vibración y frecuencia más bajos posibles, las acciones que se están llevando a cabo para limitar, acorralar y tratar de expulsar a aquellas razas en control, y al sistema de gestión del ser humano que de ellas depende, está provocando que estén intentando «contra-atacar» con todos los medios posibles «cargando» el ambiente, causando revuelos, dando órdenes a todos los entes y fuerzas que dependen de ellos para que «activen» por todos los medios posibles los ataques sobre quienes representan un «peligro» o, al menos, una «incomodidad» mayor para el sistema, etc.
Como podéis imaginar, todos los que tenéis el conocimiento sobre DM (Desprogramación Mental) y SE (Sanación Energética), sobre cómo funciona parte de este sistema y que ponéis en práctica las herramientas de sanación y asistencia a otros que ya tenéis, poseéis lo que llamamos «códigos de peligrosidad» algo más elevados que el resto de personas que desconocen este tipo de mecanismos y técnicas.
¿Y qué son estos «códigos de peligrosidad»?
Son unos pequeños paquetes energéticos que se instalan por defecto en todos los seres humanos al momento de nacer, tanto en el cuerpo etérico como en el cuerpo mental, y que se van actualizando ellos solos por conexión con el inconsciente colectivo donde, el propio sistema de control, y razas como asimoss que tienen la gestión del mismo bajo su poder, posee un «perfil energético y psicológico», vamos a llamarlo así, de cada ser humano presente en el planeta, de manera que, ciertos procesos automáticos que recopilan información de todo lo que hacemos, física, tecnológica y energéticamente, va «variando» el tipo de «código» que se nos asigna por estos mismos sistemas para «catalogar» a cada persona como «inocua», «poco problemática», «problemática», «peligrosa», «extremadamente peligrosa» y otros cuantos grados intermedios, pues no funciona con «adjetivos» sino con números del 1 al 100 aproximadamente, siendo el 100 el código de «hay que terminar con esta persona» (aunque eso no significa que lo consigan). Yo tengo asignado este código 100, por ejemplo, desde hace ya varios años.
Entonces, ¿cómo hacemos para dejar de estar «marcados» y eliminar estos paquetes de nosotros? Podemos jugar al «gato y al ratón», cambiándolos a través de nuestro Yo Superior, pues es simplemente un «número» energético insertado en nosotros que se puede borrar y alterar y, con ello, vamos a pedirle a nuestro YS que recodifique los «códigos de peligrosidad» a «inocuo» y todo ente que pase por vuestro lado, o que por cualquier razón se encuentre por la zona donde estés, a no ser que realmente note algo raro u «os conozca», en general tenderá a dejaros más en paz que a otros con códigos algo superiores, pues esas son las «órdenes» dadas por el sistema de control a todos sus «colaboradores».
Es posible que dentro de algún tiempo los códigos que tenéis vuelvan a adaptarse automáticamente al mismo nivel que ahora, porque no vais a bajar de nivel evolutivo o frecuencial para realmente ser personas «inocuas», pero aún así, al ir borrándolos regularmente, estaréis mucho más protegidos y tranquilos en vuestro día a día.
La petición por lo tanto es la siguiente:
«Solicito a mi Yo Superior y doy permiso permanente para revisar y recodificar los «códigos de peligrosidad» presentes en mi estructura etérica y mental y cambiarlos por códigos «inocuos» que me permitan pasar lo más desapercibido posible en el entorno físico-energético en el que me muevo como parte de mi realidad. Solicito que se borren de forma regular las actualizaciones de estos códigos para que cuando supere el umbral de persona «molesta», más allá del nivel 20, vuelvan a reconfigurarse por debajo del nivel 10 de nuevo automáticamente. Solicito y doy permiso a mi Yo Superior para que ponga en bucle esta petición liberando a mi personalidad consciente de reactivarla cuando estos códigos superen el umbral codificado y que se actúe de forma automática para reducirlo. Gracias».
Con esto ganareis tranquilidad y podréis escapar un poco de la presión y el acecho al que estamos sometidos todos últimamente.