Cuando estaba completando la tercera parte de El Yugo de Orión, tenía en la cabeza una pregunta bastante insistente, ¿Cómo es posible que muchísima gente no vea muchas de las cosas que otros si que ven, sobre como es el mundo “real” de ahí fuera?. Entender este mundo que nos rodea pasa por romper multitud de ideas preconcebidas y multitud de creencias sobre la realidad del planeta en el que vivimos, donde, a nivel físico, económico, financiero, educativo y social estamos limitados y restringidos prácticamente al 100% por unas estructuras claramente instauradas para suprimir nuestro libre albedrío, poder, voluntad y deseos, cuando estos van en contra de aquellos que andan en la parte más alta de la pirámide de control del planeta.
Esto no es una simple teoría. Hay miles de pruebas, de informaciones, de informes, de investigaciones, de consecuencias, para darnos cuenta que todo lo anterior no es la fantasía de un grupo de personas interesadas en conspiraciones y en aliens. Sin embargo, esto no es suficiente, parece ser, y cuesta entender porque las personas no son más conscientes de este tipo de informaciones. La respuesta, posiblemente, está más que perfectamente explicada en un artículo del periodista Don Harkins, publicado en el año 2001, que he traducido y usado como colofón precisamente a esa parte del libro donde me servía para dar esa respuesta que tan elusiva se me hacia.
Este es el artículo:
Slavery and the Eight Veils (La esclavitud y los Ocho Velos), por Don Harkins
A lo largo de los últimos años he desarrollado y descartado diferentes teorías en un intento de explicar cómo es posible que la mayoría de personas no puedan ver la verdad, incluso cuando la tienen delante de sus narices. Aquellos de nosotros que podemos perfectamente ver la “conspiración” hemos participado en innumerables conversaciones para compartir la frustración de constatar la imposibilidad para la mayoría de personas de comprender los tremendamente bien argumentados, demostrados y probados argumentos que usamos para describir y explicar el proceso de la explotación y la esclavitud global a la que estamos sometidos. La explicación más común a la que llegamos es que la mayoría de la gente, simplemente, no quieren ver lo que realmente sucede en el mundo.
Personas extremadamente negativas, que conforman la élite del poder en el planeta han cultivado, muy inteligentemente, un prado de hierba tan verde y frondoso que poca gente, raramente, se molestan en mirar con detenimiento, el tiempo suficiente, para darse cuenta que no es más que un campo de hierba artificial. Las mismas personas que no son capaces de ver el sistema de esclavitud no declarada en el que viven tienen una tendencia a tachar de “teóricos de la conspiración” insanos, aquellos de nosotros que podemos no solo ver la hierba, sino la granja y el castillo de los señores feudales que controlan todo desde lejos.
Y finalmente he entendido el porqué.
No se trata de que aquellos que no se dan cuenta de que su libertad se está desvaneciendo bajo el liderazgo de esta élite “no quieran verlo” – es que simplemente no pueden ver lo que les sucede porque poseen, poseemos, una serie de velos sin penetrar que bloquea su visión real del mundo.
Todas las experiencias y sensaciones externas pasan por un proceso de filtrado en el ser humano. Y de esos filtros, tenemos al menos 8 de ellos.
· Antes del primer velo: Hay casi 7 billones de personas en el planeta. La mayoría viven y fallecen sin haber contemplado seriamente, jamás, nada que no tenga que ver con aquello que les mantiene vivos y les da la posibilidad de gestionar un poco cada día sus vidas. Casi el 90% de la humanidad vivirá y morirá sin haber penetrado nunca el primer velo que les separa de la percepción real del mundo.
· El primer velo: Poco más del 10% restante son personas que ha conseguido romper ese primer velo, y se encuentran con el mundo de la política. Son personas que intentan ser activas, tomar decisiones, participar en las reglas del juego para intentar mejorarlo. A pesar de eso, las opiniones de estas personas están marcadas por lo que dictan nuestros gobiernos, según sus tendencias partidistas, por la opinión de los expertos, y por otras voces con autoridad. De este 10% restante, el 90% fallecerá sin haber conseguido penetrar el segundo velo.
· El segundo velo: El 10% de los rompen el primer velo y penetran en el segundo serán capaces de explorar las mentiras de la historia, la relación entre el hombre, sus formas de gobierno y el significado de las leyes [como medida de control]. Otro 90% de estos vivirán y fallecerán sin haber llegado a penetrar el tercer velo.
· El tercer velo: El 10 % de los que penetran el tercer velo serán capaces de percibir que los recursos del planeta, incluidos la gente, están controlados por un grupo de personas y familias muy poderosas, cuyas posesiones, manipulaciones y extorsiones, han servido para fundar la economía global actual basada en la deuda. El 90% de aquellos que rompan el tercer velo no llegarán nunca a penetrar el cuarto.
· El cuarto velo: Los pocos que van quedando, aquellos que llegan a romper el cuarto velo, descubrirán el mundo de los Illuminati, de la Masonería, de las sociedades secretas. Estas sociedades usan símbolos y celebran ceremonias que perpetúan la transmisión de conocimiento arcano que es usado para mantener a la gente ordinaria en una esclavitud política, económica y espiritual, por los linajes y familias más antiguas del planeta. El 90% de los que penetran el cuarto velo, no llegarán nunca a penetrar el quinto.
· El quinto velo: El 10% de los que llegan aquí, aprenderán que estas sociedades secretas y familias poderosas están tan avanzadas tecnológicamente y tienen tantos conocimientos a su disposición, que cosas como viajar en el tiempo y las comunicaciones interestelares no suponen ningún problema para ellos, y mucho menos, controlar las acciones de la gente común a través de estos medios. Sus miembros tienen la capacidad de manipular a las masas con la misma facilidad con la que nosotros mandamos a nuestros hijos a la cama. El 90% de aquellos que penetran el quinto velo, no serán capaces de romper el sexto.
· El sexto velo: Aquellos que rompen el sexto velo se encontrarán en un mundo de alienígenas, entidades negativas y reptoides, seres que parecen sacados de cuentos de ficción y literatura infantil, y que son la fuerza real detrás de las sociedades secretas y los que dictan las ordenes a las mismas. El 90% de este grupo no será capaz de penetrar el séptimo velo.
· El séptimo velo: No sé lo que hay detrás del séptimo velo. No lo he podido penetrar. Pero creo que es la percepción que tiene el alma de la persona, libre de todo filtro mental, que ha evolucionado hacia un estado tal que ve la realidad de forma muy diferente a los demás, una especie de Gandhi iluminado que se pasea por el mundo despertando a todos a su alrededor sin restricción alguna.
¿Y el octavo velo? Romper el octavo velo probablemente significa ver la revelación de Dios y la energía pura detrás de la fuerza viva que impregna todas las cosas. Y si mis números son más o menos correctos, no llega a unas 60.000 personas en el planeta aquellos que a lo largo de su vida serán capaces de penetrar hasta el sexto velo.
La ironía aquí es increíble: aquellos que ven la vida detrás de los velos 1 al 5 no tienen ninguna otra opción que percibir a los que han roto el velo número seis como locos, insanos, y paranoicos. Con cada filtro roto, exponencialmente una gran cantidad de gente que empieza a ver la realidad “real” es declarada paranoica, pues pasan al otro lado de la barrera de la forma en la que ven el mundo. Y para añadir más a la ironía, cuanto más intenta alguien que ha conseguido eliminar el velo número 6, explicar lo que ve a aquellos que no han llegado a eliminar ese filtro de sus vidas, más insano y loco aparece ante ellos.
El enemigo, el estado y los gobiernos
Detrás de los dos primeros velos se encuentra la mayor parte de la población del planeta. Son herramientas del gobierno y del sistema de control, votantes cuya ignorancia justifica las acciones de los políticos, que envían a los del primer velo a luchar en sus guerras y contiendas.
Los que rompen los velos tres, cuatro, cinco y seis son herramientas de cada vez menos utilidad para el sistema, por su habilidad decreciente para ser usadas para consolidar el poder y la riqueza de muchos, en las manos de unos pocos en la elite del poder. Es algo normal ver cómo estas personas sacrifican parte de sus relaciones con amigos y familia, sus carreras profesionales y sus libertades personales a medida que rompen más y más velos, dejando atrás todo lo que deja de resonar con ellos.
Creo que el artículo no podría ser más explícito. Quien escribe ha roto muchos velos en los últimos años, algunos de golpe. El sexto, el más reciente, a raíz de mí trabajo haciendo terapia energética y tener que lidiar con entidades no corpóreas, y a raíz de encontrar más y más información sobre el control no “humano”, pero aún es un tema del que cuesta hablar abiertamente. En todo caso, pocas personas que no hayan roto el mismo número de velos que tu podrán entenderte, por lo que cualquier esfuerzo de explicación es fútil a no ser que esas otras personas deseen hacer el esfuerzo para quitarse vendas energéticas y mentales que bloquean la percepción de su realidad a niveles mucho más profundos. Quizás cada vez haya más gente que cruce al otro lado de la barrera del velo número 6 y quizás poco a poco se elimine la etiqueta de “paranoico” (por decir alguna de ellas) que acompañara a este tipo de información cuando la discutes. En todo caso, siempre va bien saber que a más velos eliminas, menos útil le eres al sistema de control aunque menos gente podrá entender tu nueva visión de la realidad.