Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Manteniéndonos centrados

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El post Dar y absorber energía que publiqué hace varios meses está recibiendo últimamente un montón de comentarios al respecto de personas que se sienten totalmente «vaciadas» cuando se encuentran con otras, y, aunque el término «vampiro energético» solo era una metáfora para explicar este «robo» (intercambio) de energía que se produce cuando nos encontramos con otras personas, siempre a nivel inconsciente, pero siempre de forma sistemática, está dando que hablar por cuanto parece que hay personas que son capaces de «quitar» esta fuerza a otras personas de forma consciente.

En la entrada anterior comentaba alguna forma de protección personal que podíamos utilizar cuando parece que la gente alrededor tuyo te deja completamente exhausta y cansada después de haber interactuado con ellos, pero no había hecho ninguna referencia a cómo mantenernos centrados y tranquilos en todo momento, bien «arraigados» y conectados con nosotros mismos, para que ni personas ni efectos externos (influencias electromagnéticas que provengan del exterior), nos afecten. Una de las «herramientas» que tenemos a nuestra disposición es reforzar la conexión con el campo energético de la Tierra.

El chakra base

Muchos sabéis, y si no lo comento, que el chakra base del cuerpo humano, uno de los 7 vórtices primarios que conforman o mantienen el sistema energético de cada uno de nosotros, es el que nos mantiene unidos y conectados, por decirlo así, a la Tierra, al planeta en el que vivimos. El chakra base es la conexión con la energía de la Tierra, la naturaleza y todo lo que representa nuestra relación con el entorno en el que existimos. La interacción de nuestros sistemas energéticos con el de la Tierra nos produce la sensación de estar centrados, enraizados, bien sujetos, estables (física y mentalmente) y alineados. Cuando uno se siente conectado al suelo que pisa, es difícil que nada que ocurra a su alrededor le haga perder esa sensación de estabilidad y de control.

Canalización de energías

Así como un pararrayos absorbe la electricidad de las tormentas y las entierra en el fondo de la tierra para reconducir esta energía hacia donde no produzca daños, nuestro cuerpo humano puede hacer lo mismo con todo aquello que nos molesta. Ese bombardeo de frecuencias emitidas por otras personas, por aparatos eléctricos, por estaciones de radio y de televisión, en definitiva, por todo aquello que tenemos a nuestro alrededor, puede ser fácilmente reconducido hacia el suelo a través nuestro, donde la consciencia planetaria y su estructura energética ya se encargará de transmutar esas energías y frecuencias en cualquier otra cosa no dañina.

Si os sentís sobrecargados, «atacados» por la presencia de otras personas, machacados por todo tipo de ondas electromagnéticas, no tenéis más que «imaginar» que todo ese batiburrillo de energías que estáis recibiendo lo enviáis hacia abajo, hacia la planta de vuestros pies, y se pierde en el subsuelo del planeta. A su vez, imaginad que la energía de la Tierra se «ancla» a vosotros a través de vuestro chakra base, que os mantiene bien equilibrados y que esa «conexión» imaginaria es de doble sentido.

Por un lado,  visualizad que entra en vosotros fuerza y energía proveniente del planeta que os ayuda, y por otro,  imaginad que enviáis hacia este todo aquello que es nocivo. Lamentablemente en nuestras ciudades, el espectro electromagnético que nos rodea es tan potente que todos cada día estamos siendo «atacados» por estas miles de radiaciones, así que usad este método para libraros de ellas y para volver a equilibrar vuestro sistema energético con otro tipo de energía más pura y más beneficiosa.

Transmutación de energía

Que nuestro planeta es capaz de convertir cualquier tipo de frecuencia energética en otro totalmente inocuo para nosotros es la base de muchas terapias y prácticas «espirituales», de sanación o de ayuda personal. Por ejemplo, es común que personas que practican la sanación por imposición de manos, puedan «absorber» a través de su sistema energético la «energía dañina» que ha provocado la enfermedad en otra persona (se parte de la premisa de que en la enfermedad hay elementos negativos en el sistema energético de la persona que provocan que el cuerpo humano no pueda sanar por si mismo, por supuesto dejando a un lado que la ayuda que el cuerpo físico pueda recibir de la medicina tradicional). Este sanador, no puede de ninguna de las formas quedarse con ese residuo energético «negativo» en su cuerpo, por lo que normalmente visualiza y ejecuta un «envío» de esa energía al suelo, para que sea absorbido por el planeta.

Échale imaginación

Cada vez que puedas, o cada vez que lo necesites, imagínate tus piernas y tus pies como esos conductos que te conectan con la Tierra. Envía hacia abajo todo aquello que pueda estar molestándote, esas sensaciones, esos agobios (puedes por ejemplo usar la respiración y pensar que con cada espiración todo lo que no necesitas se pierde en el subsuelo, y, con cada inspiración, llega un puñado de energía fresca desde el planeta hacia ti). Primero, te sentirás liberado de cargas, segundo, te sentirás reconfortado, centrado, alineado y con un sentimiento de estar fuertemente arraigado al planeta. Y eso es una sensación magnifica cuando podemos mantenerla todo el día.

 

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