En artículos de años anteriores, hemos ido explicando que la realidad humana está “construida” encima de la realidad que asimoss, y REC, crearon cuando se instalaron en el planeta inicialmente, y, que ésta, a su vez, está construida sobre la realidad “sustrato” que el propio planeta proyecta desde su mente-consciencia-plano mental, y que es, este motivo, por el cual las fuerzas de la naturaleza, la flora, la fauna y todos los seres que existen en la Tierra, y que no pertenecen ni a la humanidad ni a REC, tienen un entramado espacial y temporal para existir y proyectar sus vidas, experiencias y aprendizajes.
Por lo tanto, ¿Cómo se construye una realidad “sustrato” y luego otras dos realidades “encima”? Cuando no hay realidad “sustrato” en un planeta ¿Qué hay entonces?
Pues empecemos por los orígenes de la Tierra y a ver si vamos explicando el proceso paso a paso.
Los proto-planos superiores del planeta
Inicialmente, la Tierra, como planeta, se empezó a formar desarrollando primero los planos superiores (como se hace en todos los planetas, estrellas, etc.,), y fue el logos solar quien dio estructura a las primeras capas energéticas que formarían el embrión de esta nuestra futura Tierra.
Una vez los proto-planos espiritual superior, mental superior y etérico superior estuvieron “diseñados”, Kumar, como el futuro logos del planeta que iba a ser, tomó las riendas para iniciar la proyección y diseño de la parte “inferior”, y cada vez más densa, del resto de planos que conforman la estructura de su avatar.
Así, y esto es igual para todos los demás planetas de, al menos, todo Eur, el logos de ese planeta crea primero el plano causal, siendo “el mismo”, ese plano causal. Es decir, el SER que hace o va a hacer de logos se «convierte» en un plano completo en sí mismo, y se coloca “por debajo”, frecuencialmente hablando, de los planos y estructuras que el logos solar ya ha creado pero dejado sin completar, para que el regente futuro del planeta decida los detalles de cómo este terminará siendo (algo así como que te pongan el armazón de una casa únicamente para que los elementos importantes ya estén fijados y tu ya luego te encargas del resto).
Con esto en marcha, y una vez los tres planos superiores y el plano causal están asentados, entonces, el propio logos, desde su consciencia e intención, proyecta el plano mental con todos los elementos internos que necesita para funcionar: crea las líneas temporales, diseña las zonas que los seres y razas que lo vayan a habitar van a usar como repositorio de sus realidades personales, ubica la zona donde estarán fijos los inconscientes colectivos de quien use ese planeta, escoge y decide los puntos donde los SERES que usarán (o quieran usar) la Tierra a nivel de raza para la evolución de sus avatares (como el SER de la Humanidad) podrán ubicarse y gestionar los procesos que sean para las realidades inferiores que proyecten y creen, etc.
Mecanismos automáticos para manifestar la parte etérica de cualquier cosa “mental”
Tras lo anterior, cuando todo el plano mental está medianamente listo, entonces se ponen en marcha mecanismos automatizados asistidos por millones de miembros de las jerarquías logóicas para crear el plano etérico y sus estructuras.
Para ello, en este punto de la creación del planeta, se diseñan procesos y reglas para que todo lo que existe a nivel mental, creado en este momento únicamente por el logos, se duplique y replique a nivel etérico, pero de forma automatizada, insertando y programando los filtros que hayan de decidir qué se deja pasar «hacia abajo» para su materialización o se descarta y desecha porque no toque, no sea apropiado o sea un producto «desecho» de otros procesos mentales que no requiere estructura etérica ni física.
Así, una vez los procesos anteriores se han diseñado y están en marcha, desde ese mismo momento cualquier pensamiento, idea, concepto, información, dato, programa, arquetipo, etc., que se imbuya en el plano mental, ya automáticamente empieza a proyectarse, moldearse, y densificarse para crear su replica etérica, y lo hace bajando ese “molde mental” y su contenido por alguna de las líneas temporales asignadas para ello, densificando el molde mental con partículas etéricas para fijarlo en la estructura etérica de la realidad y creando, así, la replica etérica de la realidad mental de cualquier cosa que ya se diseñe para ser manifestado.
Como además, y en paralelo con todo ello, el propio logos solar ya ha creado el sustrato astral que une todos los planos y niveles anteriores, se amalgama todas las estructuras que existan y se estén creando en ese momento y se usa el SER de la Coherencia como mecanismo de control para que todo lo que existe en ese momento en el planeta, desde el plano etérico hacia el espiritual superior, esté acorde a las necesidades logóicas según el rol que tenga cada planeta y los tipos de vida que deba albergar.
Creando la capa “física”
Entonces, para el último paso, la creación del nivel más sólido, se ponen en marcha también mecanismos automáticos de “absorción” y atracción de la materia física que exista en el sistema solar y que estén disponibles para tal función: polvo, rocas y materia de otros planetas vecinos, asteroides, partículas de la franja más densa donde vaya a estar el plano físico de ese planeta, etc. Y se empieza a aglutinar esta materia alrededor del plano etérico, por la interacción de la consciencia del logos con las estructuras del sistema solar, recubriéndolo con una capa de esta materia física y sólida que va creando la estructura más “tangible” que ese planeta va a tener. En esto poco más que decir, la geología, la astrofísica y las teorías de creación de la Tierra que tenemos sobre cómo se formó nuestro planeta a nivel material más o menos nos sirven para entender el proceso.
Bien, ahora ya tenemos el planeta, la Tierra, con sus planos y principales estructuras creadas, y, a partir de aquí, durante millones de años, se deja todo en automático y se va consolidando todo poco a poco; la estructura física se va transformando según las directrices del logos, la parte etérica se va adaptando y haciendo de puente entre lo mental y lo material, las formas de vida/seres que han de trabajar y vivir en los planos superiores van llegando y adaptándolos a sus requerimientos, etc. Tras ello, una vez ha transcurrido el tiempo necesario para cohesionar todo, se inicia el proceso de crear las estructuras de realidad para flora y fauna (que no la flora y fauna física, solo sus estructuras de soporte), ya que, normalmente, muchos planetas siempre tienen algo de ambas (hay planetas que no tienen nada de ninguna, pero vaya, sigamos con la Tierra como ejemplo).
Así, antes de que ninguna planta o ningún animal pueda caminar o crecer en el planeta se tiene que montar la realidad “sustrato” para ello, y, esa realidad “sustrato”, se monta entonces primero en el plano mental y se replica luego en el plano etérico. Ídem para las estructuras del reino mineral.
Soporte energético para la vida animal y vegetal
Esa realidad «sustrato» para el planeta es el tapiz energético, cuántico, vibracional, etc,. que contiene una serie de reglas y una serie de estructuras que permitirá a todo lo demás existir.
Primero, para ello, tiene que estar formada por una capa de partículas astrales que hacen de “suelo” para todo lo demás. Así, en el plano mental de la Tierra, “abajo del todo”, Kumar tiene el equivalente a una capa de partículas astrales donde se pueden anclar “cosas”, estructuras, moldes, energías, etc. Esta capa sustrato es maleable, y facilita que, el SER de cualquier «cosa» (el SER de los robles o el SER de las ardillas), pueda “anclarse” para fijar su residencia en la realidad sustrato del planeta, e interactuar con el resto de SERES del resto de especies de flora y fauna.
Para “invitar” a estos SERES/almas grupales de flora y fauna, y aquellos que rigen los campos de energía de los diferentes minerales, el logos de un planeta simplemente hace un llamamiento al resto de logos del resto de planetas, y se corre la voz de que hay un nuevo lugar para la vida natural en tal sitio de tal sistema solar. Estos SERES se “desdoblan/duplican a sí mismos” (por mitosis), y se trasladan al nuevo planeta, tomando residencia en el plano mental de ese nuevo lugar donde tengan previsto hacer florecer y ver evolucionar sus contrapartidas físicas (las diferentes especies de flora y fauna).
Cuando las contrapartidas mentales (los SERES que rigen cada especie de planta o animal) de todas las especies de flora y fauna que van a tener “residencia” en el ecosistema planetario están instaladas, entonces se pueden empezar a traer avatares físicos de esas mismas especies, que, normalmente, ya existen por muchos otros planetas de la galaxia.
Para la Tierra, como su propósito inicial era ser un arca de vida y un repositorio increíble de toda la diversa biosfera galáctica, existen millones de SERES de todo tipo de especies animales y vegetales que se instalaron en el plano mental y etérico, y, de ahí, se invitó a todas las especies de Eur que tuvieran plantas y animales de estos SERES en sus planetas a traerlos y crear el ecosistema físico y natural que la Tierra iba a tener. Por lo tanto, la Tierra fue, físicamente, terraformada y “sembrada” de vida animal y vegetal una vez sus contrapartidas “mentales” y etéricas ya estaban instaladas en nuestro plano mental.
Y es que, como ya hemos explicado anteriormente en la monografía sobre la creación del ser humano, centenares de razas trajeron cientos de miles de tipos de plantas y animales, que, una vez arraigados a sus mentes grupales, y con los mecanismos de coordinación creados por el logos planetario y las fuerzas de la naturaleza, pusieron en marcha un proceso de evolución de la biosfera natural de la Tierra para ir dotándolo de la enorme biodiversidad que poseemos/hemos tenido desde la formación del planeta.
Los pilares de la “matrix” sustrato del planeta
Entonces, ¿Cuáles son esos pilares de la realidad “sustrato” que permite la vida natural? Pues, primero, como hemos dicho, la capa sustrato de partículas astrales para la realidad planetaria.
Luego, los puntos de conexión de las líneas temporales para flora y fauna y otros seres que forman parte de las fuerzas de la naturaleza. Luego, los ICs y mentes grupales de cada tipo de planta, animal y mineral, luego, los repositorios de datos con la programación automatizada de cómo ha de coordinarse y evolucionar la biosfera (los acuerdos entre animales y plantas, por ejemplo, para ver “quién se come a quién”, para alimentarse entre reinos, quién hace qué para quién – las abejas polinizarán las plantas y los monos esparcirán las semillas de las frutas que se coman, y cómo se complementan entre especies para mantener el equilibrio en conjunto). Una vez esto está ya fijado y decidido para cada especie, el siguiente paso es fijar los mecanismos climáticos para cada región, en el plano mental primero, y luego en el plano etérico.
Así, las reglas de cómo y cuándo tiene que llover o hacer sol, las reglas de cómo y cuándo tienen que circular las corrientes marinas, las reglas de cómo y cuándo tienen que florecer las plantas o cuándo tienen que caerse las hojas, las reglas de cómo y cuándo puede nevar o tiene que haber sequía, etc. Todo lo relativo al clima, se programa de forma automatizada, y el logos, hasta cierto punto, ya se desentiende, dejando a los elementales y fuerzas de la naturaleza la supervisión de estos mecanismos, y la capacidad de alterarlos o interactuar con ellos, o modificarlos, si es necesario para corregir desequilibrios o para lo que toque hacer cuando toque hacerlo.
Con esta introducción inicial, en el siguiente artículo entraremos entonces a ver cómo construyó REC su realidad y cómo se construyó la “matrix “ humana encima de la realidad asimoss, y, con ello, aprenderemos un poco más sobre el funcionamiento de las estructuras que nos permiten estar aquí y ahora, juntos, en esta experiencia, y creando nuestra propia realidad a partir de unos instrumentos y mecanismos puestos como soporte para tal propósito, y que iremos ampliando en la siguiente publicación.