Cuando te das cuenta de que en realidad lo que somos, si pudiéramos vernos actualmente, sería algo como esto:
Enfrascados, metidos, encarnados actualmente en un envase como este:
Que existe en un entorno físico, que llamamos planeta Tierra, en un nivel evolutivo que llamamos tercera densidad:
Flotando en la inmensidad del espacio:
Siendo un diminuto planeta, perteneciendo al conjunto que llamamos Sistema Solar:
Viajando por el espacio, alrededor del SOL, a nada más ni nada menos que a 107.000 km por hora.
Girando en una inmensidad de sistema estelares en nuestra galaxia, del cual no somos sino uno de los millones de sistema solares que formamos parte de ella:
Que no es sino una pequeña galaxia dentro de un clúster de galaxias:
Formando parte de un universo donde míllones de galaxias se dejan llevar por las fuerzas y energías del espacio:
Formando parte de posibles multiversos…
Pues oye, quizás tendríamos que empezar a relativizar algo más todos esos problemas, preocupaciones, y dilemás, y reducir un poco nuestro sentimiento general de grandeza, a la vista de que en realidad, y objetivamente, ¿son más bien poca cosa? ¿no os parece?