Habíamos mencionado hace algunos meses, en el artículo sobre la energía kundalini y el tantién sexual, que el prana que se usa como base para la generación de este flujo vital en el ser humano (la energía sexual) proviene del “chi” que capta el CCU, el centro de consciencia universal, y habíamos dicho que este centro de control tiene muchas funciones muy importantes, algunas de las cuales vamos a explorar un poco más en este artículo.
A modo de refresco, los centros de control son un conjunto de programación, instrucciones y rutinas energéticas que se ubican en el interior de los chakras en el cuerpo mental, pero no son los chakras y no forman parte de estos ni de sus funciones, sino que usan estos vórtices energéticos para obtener la energía que necesitan para funcionar.
En el primer nivel de la formación de la escuela los estudiamos a fondo, ya que son vitales para el funcionamiento de nuestro avatar y, como en otros artículos de años precedentes ya hemos mencionado, tenemos cinco centros de control inferiores y cuatro centros “superiores”. Los centros primarios son el instintivo (con el subcentro sexual a su cargo), el intelectual inferior, el emocional inferior, el espiritual inferior y el centro motor. Los centros superiores son el intelectual superior, el emocional superior, el espiritual superior y el centro de consciencia universal. En paralelo, el programa ego de gestión y coordinación de la psique posee su propio centro egóico de control.
“Uniendo” la consciencia del YS con la consciencia de la personalidad
Centrémonos pues en el CCU.
Grosso modo, el CCU es el centro de gestión de la estructura mental del ser humano que tiene como función principal la conexión del YS hacia la esfera de consciencia, de manera que, “ese nivel de consciencia del YS” se pueda conectar a “nuestro nivel de consciencia de la personalidad”, realizando en este centro el intercambio de información entre la parte de la personalidad y la parte del YS. En este esquema podéis ver esa conexión.
Esto, sin embargo, es solo el principio de una larga lista de funciones que se diseñaron y activaron en el momento en el que el troodón fue convertido en un ser autoconsciente y dotado de alma individual y YS, antes de la llegada de REC al planeta y de la manipulación del troodón para convertirlo en el manu, lhulu, etc.
En aquel momento, se creó este CCU en la incipiente y primitiva esfera de consciencia que aquel entonces tenía el troodón y fue recibiendo múltiples mejoras y cambios cuando se inició el proceso de convertirlo en el modelo de avatar que ahora usamos, tras muchas variaciones y alteraciones por parte de asimoss en todos nuestros cuerpos y fisiología, como ya sabéis.
A medida que asimoss iban creando modelo tras modelo de pre-homos y homos, fueron bloqueando globalmente un gran número de las capacidades innatas presentes en este centro, pero sin eliminarlas, de manera que, tanto a nivel de YS como de supralma, estaba accesible esta conexión, pero se hacía más difícil trabajar con ella desde el nivel “terrenal” de la personalidad y el alma local.
Funciones multidimensionales del CCU
La primera de las funciones primordiales del CCU es la que nos permite conectar con el resto de nuestras vidas paralelas. Ya hemos explicado anteriormente que la Tierra es un planeta multi realidad, en el que coexisten diferentes versiones de nosotros mismos en diferentes “realidades paralelas”, que nos permiten vivir diferentes versiones de nuestras vidas para recoger, así, muchísimas experiencias y aprendizajes que van todas a parar a la supralma y al YS.
Para que cada una de esas versiones “paralelas” de mí mismo esté también conectado al resto de versiones de mí mismo, en esta misma época histórica en la que yo, como David existo, el CCU de cada “David” en cada realidad se encuentra interconectado con el resto de CCUs del resto de mis versiones, como si de una enorme red informática se tratase, donde cada CCU es un nodo de esa red a través de la que comparten información entre todos los “David’s” a niveles profundos de la psique de los que no somos conscientes.
De hecho, la estructura de conexión de todos los CCUs entre sí es parecida a la estructura de una red blockchain, donde cada centro de consciencia universal actúa como un nodo que graba en la cadena de bloques mentales los datos de sus experiencias y, la “cadena de bloques de experiencias”, en su totalidad, se almacena en la supralma sin que se pierda ni un solo bit de información de todo lo vivido, enlazando todas las experiencias entre sí con códigos energéticos entregados por el alma local a la supralma para identificar a qué realidad y versión de mí corresponde cada dato de cada lección y experiencia que vivo y traspaso a mis niveles superiores (el equivalente a la función de hash y a la protección por técnicas criptográficas que blockchain posee).
Esta red de CCUs enlazados entre sí es la que permite que, además, el YS pueda decidir si algo que está sucediendo en otra realidad conviene traspasarlo entre versiones de nosotros mismos, por las necesidades que se puedan tener de equilibrio y balance de la carga evolutiva repartida entre las diferentes vidas paralelas que tenemos. Por esta razón y mecanismo, cuando hacemos terapias y sanaciones energéticas, también nos aparecen bloqueos y problemas energéticos que provienen de “realidades paralelas”, de las versiones de mí mismo en alguna de las otras realidades del planeta. Como los CCUs se encuentran en el interior de la esfera de consciencia (ubicada a un metro aproximado de nuestra cabeza), y la esfera de consciencia pertenece al cuerpo mental del ser humano, todo esto se almacena además en nuestro propio “almacén de datos” mental de cada uno (en el plano 3.1 de la estructura energética de la Tierra), y permite guardar en nuestro cuerpo mental en la capa subconsciente del mismo toda la información de todo lo que pasa en todas las versiones de mí (tanto de mis vidas paralelas como de mis vidas simultáneas) de forma sincronizada y permanente.
Recordemos que vidas paralelas no es lo mismo que vidas simultáneas. Todos tenemos múltiples encarnaciones sucediendo a la vez en diferentes épocas históricas, y cada una de esas encarnaciones tiene diferentes versiones, también sucediendo a la vez. Así, tus vidas simultáneas tienen todas vidas paralelas, y estas últimas son las que están unidas y conectadas a través del CCU “local” que tenemos todos en nuestra esfera de consciencia. Esta función de este centro de control, por lo tanto, permite al YS y a la supralma la gestión avanzada de los procesos energéticos que se dan en cada vida paralela, y facilita mover procesos kármicos entre ellas o quitar o poner experiencias de vida según se considere oportuno para el bien mayor del conjunto de todo lo que somos.
Luego, para complicar aún más la cosa, la supralma tiene también un CCU central para coordinar todas las vidas simultáneas, con lo que esta “red de datos” es tremendamente extensa, compleja y difícil de gestionar en su totalidad. El gráfico siguiente intenta mostrarlo de forma aproximada.
Ajustando el nivel de realidad en el que cada uno se encuentra
La siguiente función “oculta” de este centro, y centrándonos ya en la versión de mí que yo soy ahora, dejando de lado la conexión con las otras vidas paralelas que tenemos, es la de gestionar el nivel de realidad en el que cada ser humano existe.
Hemos dicho en muchos artículos anteriores que cada uno de nosotros vibra en una determinada frecuencia, y esa frecuencia, principalmente la del cuerpo mental, es lo que nos marca el nivel de realidad en el que estamos, dentro de la línea temporal en la que nos encontremos.
Así, cuando decimos que yo estoy en el nivel 2 de la LT42 o en el nivel 18 de la LT33 (o en el que sea), nos referimos al nivel en el que se encuentra mi cuerpo mental, pues ya habíamos hablado en años anteriores que cada cuerpo sutil puede estar en un nivel diferente y, si tu cuerpo mental está en el nivel 8 de la línea temporal 42, tu emocional estará en el 6, tu etérico en el 5 y tu físico-energético igual está en el nivel 1 de esa LT42, por ejemplo.
Aun así, cuando le preguntamos genéricamente al YS en qué nivel de realidad dentro de la línea temporal estamos nos devuelve el valor que posee el cuerpo mental, a no ser que especifiquemos cuerpo a cuerpo la pregunta, pues el cuerpo mental es el que se usa para proyectar la realidad y, por lo tanto, el que marca con mayor fuerza el tipo de “mundo en el que vives” y la frecuencia que tienes dentro de ese mundo.
También habíamos comentado anteriormente que la mayoría de los seres humanos en estos momentos están en los niveles medios de la LT33, y que no queda absolutamente ninguna persona que tenga una vibración por debajo del nivel 8 de la LT33, que son niveles que están siendo ya limpiados y sanados por parte de las fuerzas de la naturaleza y jerarquías logóicas.
Esto va a ir haciendo que, paulatinamente, todos los seres humanos se muevan a niveles más elevados de realidad a medida que se hace necesario limpiar los estratos más bajos y, así, facilitar la regeneración completa de la Tierra. Cómo os decía en Telegram hace unos días, se han tardado un par de años en mover a las personas que tenían sus “proyecciones de realidad” por debajo del nivel 8 hacia frecuencias de vibración por encima de este, por parte de sus YS, y quizás, si sigue este ritmo de trabajo, cada tres o cuatro años se pueda vaciar un nuevo nivel haciendo que quien se encuentre en él se mueva a estratos de realidad superiores, hasta que toda la humanidad se encuentre en los niveles más altos de la LT33 o ya en la LT42, y se puedan limpiar y regenerar por completo las estructuras de realidad del planeta allá donde ya no haya ningún ser humano “proyectando su vida”.
Fijando y anclando cada nuevo nivel de realidad conseguido
Para fijar entonces ese nivel de realidad, que depende de la vibración del cuerpo mental, como hemos dicho, y que no haya demasiados altibajos aunque subamos o bajemos un poco nuestra energía y estado anímico y energético, el YS fija el nivel de realidad “que nos toca” según nuestro estado global, en el CCU, haciendo que este centro actúe como un ancla para que, si hemos afianzado con mayor o menor consistencia un nivel de realidad correspondiente al 23 de la LT33 por ejemplo, nos quedemos ahí todo lo que sea posible a pesar de que la vibración del cuerpo mental suba o baje un poco a lo largo del día.
De esta forma, el YS usa el CCU para conectar la esfera de consciencia a ese nivel de realidad, y aunque fluctúe un poco la vibración del cuerpo mental por las influencias externas, podamos existir en ese nivel de la línea temporal al que hemos llegado con mayor comodidad y parte del tiempo posible. Si no es posible, porque los cuerpos sutiles, y el mental principalmente, cambian mucho de frecuencia, entonces el CCU se ajusta de nuevo al nivel que le corresponda, y decimos, por lo tanto, que, o bien hemos subido a otro nivel de realidad y ahora existimos en una realidad “superior” o bien bajamos de nivel de realidad y existimos en una “inferior”.
Como el CCU es simplemente un mecanismo de ajuste y anclaje para esta función, no juzga si bajar es “malo” o subir es “bueno”, simplemente ancla nuestra consciencia (y por lo tanto la forma en la que percibimos la vida) en un nivel de existencia o en otro. Con esta función de anclaje, si estamos conectados a un nivel de realidad muy alto, hay días que vemos todo de color de rosa, todo es estupendo y tenemos una visión super positiva y elevada de todo, ya que el CCU, por la razón que sea, nos ha conectado con un nivel de realidad más alto donde “eso” es la tónica normal y predominante, luego, como suele pasarnos a todos, por mil factores externos e internos, perdemos ese nivel de realidad y “bajamos” a otro inferior, simplemente por las vicisitudes del día a día y las “cosas de la vida” y, entonces, nuestra consciencia se conecta a otro nivel de realidad más bajo y desde ahí percibimos y analizamos “el mundo de ahí fuera”.
Como todos los niveles coexisten simultáneamente y nosotros proyectamos nuestra realidad en muchos niveles a la vez y proyectamos varias versiones de cada cosa a diferentes frecuencias, “eso” que hemos creado para nosotros mismos se percibe y vive de una determinada forma si el CCU conecta nuestra esfera de consciencia a su versión más “elevada” o se percibe de otra forma si el CCU mueve nuestra esfera de consciencia a una versión más “baja”.
Si queréis entender como sería una experiencia vivida en un nivel altísimo, por ejemplo, el nivel 15 de la LT42, que es de una vibración brutal, imaginaros que cada cosa que os pase durante el tiempo que estáis ahí sale “perfecta”, todo fluye extremadamente bien, todo está tan bien coordinado, sincronizado y funcional que cada paso que dais, cada experiencia que tenéis y cada cosa que os pasa, viene y va con una armonía, un buen feeling, una sincronización y un proceso impecable. Además, cuanto más altos estáis, menos gente hay en el mundo, literalmente, y en ese nivel 15, por ejemplo, todo está bastante vacío de personas, y notaréis que es así, que no parece haber gente por ningún sitio, ya que, evidentemente, la mayoría de la humanidad está en niveles (mucho) más bajos y tu realidad no se puede cruzar con la de ellos, con lo que, literalmente, no existen en tu mundo mientras permanezcas en ese nivel energético. Este es el nivel más elevado al que yo he conseguido llegar durante unas 10-12 horas, y es asombrosa la diferencia con los niveles “normales” de realidad en los que estamos regularmente.
Como esto de subir y bajar de realidad puede pasar de forma regular y continua, y puedes tener un pico de energía que te suba mucho temporalmente o puedes caer a otros más bajos también, pues hay días que vivimos todo en un entorno muy positivo porque estamos en niveles de realidad más altos y hay días que vivimos todo de forma más negativa porque estamos en hologramas de realidad más bajos. Como además hay biorritmos y ciclos energéticos que mueven nuestra energía para arriba y para abajo regularmente, y la influencia de los demás amplifica esos cambios, el CCU es el mecanismo que va ajustando nuestra conexión y anclaje a la realidad según estemos y según la frecuencia y vibración que tenga el cuerpo mental en cada momento.
Proyección y desdoblamiento mental
La tercera y última función importante de este centro de control que vamos a explicar está relacionada con un tema que ya habíamos tocado anteriormente, y es el proceso conocido como “proyección astral”. Habíamos explicado que, en realidad, no existe un cuerpo astral como tal que se proyecte, sino que lo que percibimos cuando hacemos este tipo de proyección es el desdoblamiento de uno de nuestros yoes (el yo proyectado) desde la esfera de consciencia, y que el astral como tal tampoco es un plano, sino el sustrato donde se asientan e interconectan todos los planos y elementos de la estructura del universo, de manera que hay sustrato astral en el plano físico, en el etérico, en el mental, causal, etc.
Así, cuando a través de ejercicios de proyección “astral” conseguimos que una parte de nuestro cuerpo mental se “desdoble” para explorar otros niveles y realidades, la gestión de todo el proceso pasa a estar a cargo del CCU, que, monitorizado en todo momento por el alma, supralma y por el YS, regulan el proceso de proyección de la consciencia a través de este “yo” (que es una copia exacta de la imagen física que tenemos de nosotros mismos y, por lo tanto, por eso nos vemos como si estuviéramos fuera del cuerpo con nuestra misma imagen).
El CCU, así, es quien permite y regula la conexión de la consciencia con los niveles de realidad y/o dimensiones y/o estratos frecuenciales que el YS haya designado para esa experiencia proyectiva, sintonizando, como si del dial de una radio se tratara, el plano o nivel al que se va a realizar la proyección, que entonces es anclado a la consciencia del yo proyectado y este toma el control del “viaje” y de la experiencia percibida como un desdoblamiento, asistido por los mecanismos de sintonización del CCU y la guía del YS y, si es necesario, los guías y seres que asisten a la persona.
Muchas más cosas en el tintero
Existen otras múltiples funciones que exploraremos en otros momentos y que también forman parte de la caja de herramientas y capacidades que este centro de control posee, ya que, siendo uno de los más importantes a la hora de regular nuestras conexiones con planos y niveles superiores, es uno de los que presenta más potenciales latentes para todos nosotros cuando también lleguemos a tener activas las funciones mentales que rigen todas estas habilidades y capacidades presentes en el ser humano. Como siempre, todo esto se irá dando una vez hemos logrado eliminar y desprogramar la enorme complejidad de topes que asimoss insertaron en nuestro avatar para evitar, precisamente, algo que tarde o temprano tendremos activo por defecto, pudiendo disfrutar de los mecanismos de exploración de otros niveles frecuenciales y energéticos a voluntad, los cuales, de momento, seguiremos conociendo y explicando su existencia y funcionamiento para quien vaya estando preparado para disfrutar de ellos.