Todo el mundo se plantea a principios de cada año una nueva lista de objetivos y deseos, y si no es así, es realmente recomendable hacerlo. La razón es muy sencilla, si tenemos claro lo que queremos conseguir tenemos ya mucho camino recorrido para llegar a tenerlo.
La otra razón por la que es importante poner por escrito aquello que deseamos es por el simple hecho de destacarlo sobre todo lo demás que tenemos en la mente. Se calcula que la mente humana genera una media de 60.000 pensamientos cada día. Muchos de esos pensamientos serán deseos, cosas que queremos, ideas para conseguirlas, etc. Escribiendo exactamente aquello que es más importante para nosotros es una indicación bestial de que esos pensamientos son mucho más prioritarios que los restantes 59.900 y pico, de forma que nuestra mente subconsciente empezará a buscar formas de hacer aparecer en nuestra realidad aquello que hemos marcado como más importante. Es prácticamente como un misil guiado, si tiene las coordenadas bien claras, solo necesita que lo lancemos para ir a su destino. Es un proceso muy sencillo del cual la mayoría de nosotros no somos ni siquiera conscientes.
Cómo escribir buenos objetivos
Una de las formas más efectivas que conozco es dividir por áreas de nuestra vida aquello que pretendemos alcanzar. Usando por ejemplo una división parecida a la de la Rueda de la Vida, ponemos en cada una de ellas nuestros objetivos para el periodo de tiempo determinado: amigos, trabajo, familia, finanzas, amor, etc. Yo recomiendo hacer una planificación mínimo a 6 meses y a un año, ya que objetivos a muy corto plazo, a no ser que estén ya en marcha o sean muy específicos, no suelen darnos tan buenos resultados (menos de un mes por ejemplo).
Cada objetivo debe ser algo creíble, que tu subconsciente crea que puede alcanzar. «Hacerme rico en 6 meses y tener 1000 millones de euros en el banco» no es un objetivo válido para ninguno de nosotros pues a menos que resuenes con una situación tal que para tu mente mil millones sea algo normal, tu subconsciente no podrá generar las situaciones necesarias para que se cumpla lo deseado.
Revisa tus objetivos periódicamente
De forma regular, una vez al mes por ejemplo, vuelve a leerte tu lista de objetivos y revísala. ¿Estás en el camino de conseguir alguno de ellos? ¿Han aparecido las oportunidades o has tomado las acciones necesarias para obtenerlos? Refuerza el mensaje a tu subconsciente que lo que hay escrito en esa lista es lo más importante para ti en este periodo de tiempo. Haz pequeños ajustes si lo crees necesario y continua abierto a todo aquello que te llegue y que te acerque un poco más a tus deseos.
Agradeciendo lo conseguido
Cada vez que consigas algo agradécetelo a ti mismo. Felicítate por haber logrado tal y cual. Es un mensaje de autoafirmación personal que refuerza tu confianza y el trabajo de tu subconsciente. Sé generoso, alábate y agradécete haber obtenido aquello que quisiste. Los resultados son espectaculares cuando uno confía en si mismo y en su poder para llegar a conseguir aquello que se propone.