Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Ciclos cósmicos y el cierre de la edad, época y era actual

En el anterior artículo hemos hablado de cómo la genética humana será la base del genoma y avatares de las futuras generaciones de miles de especies de nuestra galaxia para su nuevo ciclo evolutivo y, en algún otro artículo, hemos mencionado también que estos ciclos que hacen que todos los sistemas y razas tengan que pasar de “curso” de forma sincronizada estén ya “completándose”, lo que lleva a que todo éste “proyecto” de creación del ser humano, su desarrollo, evolución y su proceso de cambio de nivel esté entrando ya en la fase de «cierre», para permitir el paso de la humanidad a la nT. Desde el punto de vista temporal y lineal del ser humano, esto se mide en décadas y siglos, pero, desde el punto de vista de aquellos seres, grupos y jerarquías que “rigen” y han de supervisar cada cierre de ciclo, esto está ya «pasando» y es a lo que se presta atención inmediata en estos momentos en todo Eur.

Para entenderlo mejor, vamos a hablar de los diferentes ciclos “cósmicos”, galácticos, solares, etc., por los que se rigen los mecanismos evolutivos, al menos para Eur, nuestra Vía Láctea, algo que es más o menos extrapolable al resto de galaxias y clústeres por todo el universo.

Definiendo un «ciclo»

Un ciclo es un proceso energético que tiene un inicio y un fin. Los llamamos en muchas ocasiones octavas porque cada ciclo se puede dividir en fases o estados energéticos, exactamente igual que las octavas musicales desde un DO al SI y vuelta a empezar con el siguiente DO. Todos los ciclos son senoidales, es decir, tienen sus puntos altos y bajos, sus crestas y valles y su velocidad de avance, que se repiten a intervalos regulares, lo mismo que los biorritmos del cuerpo humano, por ejemplo, pero a una escala infinitamente mayor (cuando hablamos de estos ciclos cósmicos o galácticos). Además, en su forma de medirlos no son especialmente diferentes a, por ejemplo, las divisiones geológicas que hacemos de la historia de nuestro planeta para intentar entender qué ha sucedido en diferentes momentos del tiempo desde la formación de la Tierra.

De hecho, los nombres que se usan (o que se pueden usar) para definir ciclos que rigen el desarrollo de un sistema solar, una galaxia o todo un universo son los mismos que los que podemos usar para entender los cambios geológicos de un planeta, es decir, igual que hablamos de Eones, Eras, Épocas y Edades dentro de la escala que mide los cambios físicos en la Tierra, la terminología es idéntica, pero a mayor escala, para los cambios a nivel solar y galáctico. Por lo tanto, existen eones para definir un ciclo mayor de Eur, existen eras para definir ciclos menores dentro de cada Eón, existen épocas y existen edades igualmente para ciclos relativamente más pequeños dentro de cada sistema solar, galaxia, etc.

Veámoslo uno por uno.

Eón

En nuestro planeta y para la forma en la que hemos diagramado la evolución de la Tierra, el eón es la división de tiempo más grande en la escala geológica. Los eones abarcan cientos de millones o incluso miles de millones de años. En nuestros estudios científicos sobre la historia de la Tierra hemos definidos cuatro eones principales: el Hadeico, Arcaico, Proterozoico y el Fanerozoico (el actual) y cada eón puede incluir varias eras, que son ciclos menores dentro del eón.

Así, si extrapolamos esta octava a nivel de nuestra galaxia y de nuestro sistema solar, es el mismo concepto, es decir, existen ciclos mayores que son los que dictan cuando se pasa de «curso evolutivo”, lo cual significa que, cuando está por finalizar un Eón, todos los sistemas planetarios, razas, especies, grupos, jerarquías, etc., han de iniciar la preparación para “subir de nivel”, siempre desde el que estén al siguiente que les toque. Es algo así como que estás en el quinto curso de primaria y antes de que acabe el año escolar ya te dan indicaciones de lo que tienes que preparar durante el verano para empezar en septiembre el sexto curso.

Desde el punto de vista evolutivo, y para este eón de Eur en el que estamos, ya hemos ido explicando que el mecanismo de paso de nivel se hizo usando a la Tierra como puntal de apoyo de todos los demás sistemas, que fueron duplicando su frecuencia hasta asentarse en el nivel al que cada planeta, raza y especie le tocaba ir, además de ser la raza humana el “anclaje” energético de todo el proceso de sostén para ello. Todo ello ya lo tenéis en los artículos de años anteriores explicado con detalle.

Este Eón, por lo tanto, ahora que se cierra y se completa este “cambio de curso” para todo Eur, tiene por delante otros pocos miles de millones de años de evolución en el nuevo “nivel” al que cada raza o especie haya llegado, incluido nosotros, que estamos aún “en transición” y, por ese motivo, se está “desmontando” todo lo que en nuestro planeta ha servido como “andamio”, “viga energética” de apoyo y estructura de sostén del “peso” que Kumar ha llevado desde que se ofreció para ello al inicio del eón en el que ahora estamos.

Era

Así, si el eón es la octava al completo, con la duración que sea desde que se inicia en el DO hasta que termina al final del SI (e inicio del DO siguiente), una era es el tiempo que hay o que dura cada una de esas notas que forman la octava, en este caso, periodos de cientos de millones de años dentro del ciclo mayor del eón. Un eón puede dividirse en siete eras, en nueve eras o en doce eras, y diferentes razas y seres usan diferentes divisiones, de la misma manera que nosotros podemos coger la octava y decir que hay siete pasos principales (las siete notas), 9 pasos (las siete notas y los saltos que hay entre MI-FA y el SI-DO) o doce pasos (tomando también los semitonos- o sostenidos de cada nota, tipo DO, DO#, RE, RE#, MI, salto, FA, FA#, etc.)

Esto no significa que la era dure más o menos tiempo según la dividas en más o menos trozos, simplemente hay seres, razas o grupos que dirán que están en la era 4 de 12 del eón actual, para indicar que están en el RE#, y otros que dirán que están en la era 2 de 7 para indicar ese mismo punto del eón actual (siendo el RE# para ellos parte de la nota RE en su conjunto). Como esto puede llevar a confusión en calendarios “galácticos” cuando muchas razas se juntan, colaboran o trabajan en coordinación, o incluso cuando las propias jerarquías logóicas colaboran con diferentes especies en sus procesos evolutivos, existen acuerdos que marcan un estándar a nivel de “tiempos” y “medidas cíclicas” para todo Eur, y es algo así como cuando en series tipo Star Trek  te dicen que la “fecha estelar” es tal o cual, y esa “fecha estelar” es la misma para todas las especies que se adhieren a un calendario y metodología de medidas temporales común para cada galaxia.

Este tema es complejo y ya haremos algún otro artículo detallado al respecto, pero, para que se entienda, es lo mismo que usar el Irdin a nivel de lenguaje para entenderse entre diferentes razas o grupos. Un “esperanto” común que permite que todos sepan o se entiendan entre sí (tecnologías de traducción de idiomas que cada raza tenga aparte claro) vs un calendario común que marca cómo se miden los eones, eras y todo el resto de ciclos menores que dan una referencia temporal para las cosas, siempre desde un punto de vista lineal del tiempo.

Época

En nuestro planeta, para nosotros, una época es una subdivisión de una era. Las épocas son periodos de tiempo más pequeños que duran unas pocas decenas de millones de años, y a veces menos. Tal y como la geología las ha definido, reflejan eventos más específicos, como cambios climáticos importantes o la evolución de especies dominantes. Por ejemplo, en la era Cenozoica actual, estamos en la época Holoceno que comenzó hace unos 11,700 años.

A nivel “galáctico” es más o menos lo mismo, y también se sigue usando una división por octavas, pues la ley de las octavas es la base del movimiento energético y todo se rige por ellas. Así, dentro de una era, existen siete épocas, nueve épocas o doce épocas, ya dependiendo de la interpretación que cada raza dé a este ciclo, que es una subdivisión temporal de cada “nota” (era) de la octava completa (eón).

Por lo tanto, podríamos poner el ejemplo de decir que la humanidad, desde sus inicios, se encuentra en su primer eón de existencia, en su tercera era (nota MI pasando al FA) y dentro de la época que corresponde a SOL entrando en SOL# (es solo un ejemplo). No es algo que nos indique nada que para nosotros tenga una especial relevancia o podamos hacer un paralelismo con algo que nos sirva como referencia, pero sí que es un “marcador” que Kumar, por ejemplo, como logos planetario, o el SER de la Humanidad, tiene señalado en su «calendario» igual que nosotros en el nuestro de la nevera tenemos señalado que hoy es 11 de octubre, por ejemplo.

Edad

Finalmente, dentro de una “época” existen divisiones más pequeñas llamadas edades. Estas subdivisiones representan intervalos de tiempo aún más detallados dentro de una época y suelen estar definidas por eventos geológicos o paleontológicos más específicos, como cambios climáticos, la aparición o desaparición de especies clave o eventos geológicos locales.

En este aspecto, la edad es la unidad de tiempo más pequeña dentro de la escala geológica, pudiendo durar incluso menos de un millón de años. Por ejemplo, el Pleistoceno (una época) se subdivide en varias edades, como la Calabriense o el Gelasino.

Extrapolando esta última subdivisión a nivel galáctico, solar, y planetario, tenemos el mismo concepto. Según la ley de las octavas, cada época se divide en siete, nueve o doce edades, y estos sub-sub-sub-ciclos permiten a múltiples razas, especies, seres, logos, etc., definir “eventos” y crear referencias temporales comunes para todos ellos dentro del eón en el que se encuentran, la era en la que están, la época en curso y la edad actual.

Si un historiador contase un evento sucedido en cualquier punto de Eur en algún momento de su historia, pues usaría, al menos, esos cuatro marcadores para fijar la referencia temporal de lo sucedido, tipo… “Hace mucho tiempo, en un planeta del cuadrante alfa de Eur, en el cuarto Eón de existencia de esa galaxia, nació una nueva raza en la tercera era, segunda época y quinta edad que llevo a….” y cosas así :-). Y todas las razas, especies, grupos, seres, logos, etc., etc., que usen el mismo “calendario galáctico” sabrían en qué momento del tiempo “lineal” sucedió tal o cual cosa. Para nosotros, es el equivalente a decir que tal evento pasó en tal milenio, tal siglo, tal año, tal mes y tal día de nuestra historia común como especie.

La situación “actual” para la Tierra y la humanidad

Así que, resumiendo y concluyendo, el proceso actual de paso evolutivo de todo lo que existe en Eur ha concluido, y se cierra una era con ello (la era «RE» de este eón). Además, en la última nota de esta era, estamos nosotros, la humanidad, cerrando nuestro ciclo como “apoyo” y “sostén” a nuestro planeta de todo lo que este tema ha supuesto. Por lo tanto, en estos momentos, se cierra y concluye (está en proceso) la finalización de nuestra época (última nota de la era, dentro del eón en curso), y el papel que Kumar y nosotros hemos tenido en este «proyecto» de «cambio de nivel» para todo Eur.

Dentro de esta época, aun no hemos cerrado ni completado las “edades” que la componen, de ahí que estamos en proceso de «recoger nuestras cosas» (temas evolutivos pendientes, cierre de procesos kármicos, limpieza y regeneración de las estructuras de la Tierra, etc.).

Cuando la humanidad se haya movido a la nT, entonces habrá concluido al 100% la edad final de esta época (edad que va del SI al DO) de la época final de esta era (época que va del SI al DO) de la era RE del eón en curso. Y tendremos el resto del eón para desarrollarnos como Hesiels, antes de que, dentro de mucho mucho tiempo, en términos lineales, se vuelvan a dar las instrucciones para iniciar el siguiente paso de curso cuando lleguemos a la era SI de este eón, desde donde estemos como Hesiels en ese momento hacia el siguiente nivel al que tengamos que ir. Pero ese tema ya es algo fuera de nuestro alcance actualmente y quien sabe dónde andará la humanidad cuando eso llegue.

 

 

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