Energéticamente, el mundo en el que vivimos no es otra cosa que trillones de ondas, vibraciones de diferentes frecuencia, potencia, amplitud y fase que se combinan entre si, se transmutan a través de nuestro sistema energético, nuestros sentidos y nuestra mente, y se convierten en la realidad exterior que percibimos como el mundo.
Si pudiéramos enchufar un osciloscopio a estas energías universales que componen toda nuestra existencia, veríamos, de alguna forma, la típica onda que todos conocemos, con sus crestas y sus valles (la parte más alta y la parte más baja), y que, combinadas entre si, dan como resultado unas energías o vibraciones que llegan a nosotros y se manifiestan en nuestra vida como “altos” y “bajos”. Es conocido el estudio de los biorritmos del cuerpo humano en los cuales pasamos por diferentes fases, puntos “altos” de vitalidad (por ejemplo) y puntos bajos. A nivel de todas las áreas de nuestra vida, el principio es el mismo.
Estudiando nuestros ciclos
Hagamos lo que hagamos no podemos escapar de esta fase cíclica de la energía que nos envuelve, entre otras cosas porque somos parte de la misma. Pero si que podemos aprovecharla a nuestro favor, estudiando y analizando cuando llegan esas crestas, cuanto duran, cuando se inicia el descenso y cuando estamos en el valle. La idea es analizarlo cada uno para si mismo, pues aunque este mismo concepto se aplica también a nivel macro, no estamos tan en disposición de estudiar las diferentes fases al no disponer de la visión completa y la perspectiva global que necesitaríamos para comprender los ciclos y fases a esa escala.
Pero hacerlo en tu día a día no es tan complicado. ¿En que fase de cada área de tu vida te encuentras ahora? La idea no es otra que analizar para diferentes apartados de vida si crees que estás en un punto álgido, subiendo hacia uno, estancado en la cresta, bajando de la cresta, entrando en el valle, en el punto más bajo del valle o recuperándote hacia arriba de nuevo. Todo esto se puede anotar en un cuaderno, y empezar a afinar para descubrir tus ciclos.
Todo tiene su ciclo
Diferentes energías y áreas de vida tienen diferentes fases, de hecho, por ejemplo en el área de la abundancia (la más fácil de estudiar), hay momentos de influjo de recursos económicos, momentos de estancamiento, momentos de pérdida, momentos de recuperación. Todas las áreas funcionan igual. Sabiendo que energéticamente estos conceptos globales se manifiestan a través nuestro (mediante los chakras, aura y cuerpos sutiles), podemos prepararnos para manejar mejor los efectos del paso cíclico de la energía a través de nuestra vida. Por ejemplo, si estamos en una fase de crecimiento, es bueno estar limpios energéticamente y a tope para no bloquear ni uno solo de los recursos que nos están llegando, de forma que podamos transmutar el máximo posible de estas energías. Si estamos en fase de estancamiento, es necesario despejar el camino para la nueva recuperación (creando o trabajando para crear nuevos canales de manifestación, o limpiando obstáculos en nuestro camino que puedan retardar que nos enganchemos a la onda “creciente” que sube de nuevo).
Planificando los recursos y herramientas
Si detectas que te encuentras en un momento de subida, que pronto vas a llegar a la cresta en un área de vida concreta, prepara los recursos que necesites para capear luego el paso por el siguiente ciclo descendente, ten presente que luego se inicia ese pequeño descenso, que te llevará luego a un pequeño valle, y ten las herramientas para poder propulsarte y subir más rápidamente de nuevo al siguiente ciclo ascendente. Aunque esta explicación que os doy es teórica, es muy fácil observar estos ciclos en cualquier momento de vuestra vida. En muchos casos, no se trata de ciclos donde los cambios son enormes, muchas veces son pequeñas modificaciones, pequeñas subidas y pequeñas bajadas. El punto más alto y mejor de un área de vida no es tan “guauuuu” ni el punto más bajo es tan “desastre”. Puede ser que en ciertos momentos estas ondas y energías tengan una gran amplitud (diferencia muy grande entre la cresta y el valle) pero en la mayoría de los casos no se perciben excesivas variaciones, o estas serán desiguales (en un área habrá una gran diferencia y en otras serán casi imperceptibles).
No es sino un grado más de control sobre los procesos y leyes físicas del mundo en el que vivimos. Entender cada vez con más detalle todo el sistema que representa nuestra realidad exterior y ver como podemos acoplarnos y fluir con esas leyes de la forma más armónica y beneficiosa posible.