El Banco de Favores es posiblemente la institución bancaria más poderosa del mundo. Es probable que todo el mundo haya oído hablar del concepto aunque no todos acaban de conocer su gran influencia y lo lejos que se puede llegar sabiéndolo manejar. Varios escritores e incluso políticos han hablado de él (entre ellos, Paulo Coelho en varios libros) y está basado en la ayuda mutua de las personas, en los favores que nos podemos hacer los unos a los otros. No es lo mismo que la película de hace varios años «Cadena de Favores», pero es un sistema parecido y del cual todos deberíamos formar parte.
¿Cómo funciona?
El Banco de Favores funciona de manera muy simple, aunque a la vez requiere de una gran integridad y honestidad para hacer crecer y mantener nuestra cuenta personal. Imaginaros que, por las razones que sea, la gente empieza a hacer pequeñas cosas por ti. Te presentan contactos, te ayudan con tus cosas, te solucionan problemas, etc. Estas personas empiezan a hacer pequeños depósitos en tu cuenta, no de dinero por supuesto, sino de todo tipo de favores, y lo más importante, sin esperar nada a cambio. Nunca.
Sin embargo, un buen día, cuando alguien necesite tu ayuda, te pedirá que devuelvas uno de los favores. Evidentemente que te puedes negar, continuar con tus cosas y pensar que los favores recibidos realmente era porque te los merecías, porque las cosas son así, porque hay que saber aprovecharse de los demás, etc., pero, en el fondo, sabrás que estás en deuda con esa persona. Si le devuelves el favor, continuará ayudándote, y otra gente se dará cuenta que eres alguien íntegro y honesto a quién se le pueden seguir haciendo depósitos tranquilamente.
Una inversión arriesgada
El Banco de Favores es una inversión arriesgada, como en cualquier otro banco. Si te niegas a devolver los favores que te han hecho, simplemente la gente irá a pedírselos a otra persona que también tenga cuenta en el banco, pero a partir de entonces dejarán de hacer depósitos en tu cuenta, y el mundo poco a poco sabrá que no eres alguien a quién pueden confiar sus depósitos. Negándonos a devolver aquellos favores que nos han hecho, solo podremos llegar tan lejos como depósitos hayamos hecho nosotros en otros, quizás quedándonos a medio camino de donde podríamos haber llegado si hubiéramos continuado en nuestra cuenta bancaria siempre recibiendo depósitos y realizando reintegros.
Como todo, el Banco de Favores depende de la gente, y cuando alguien abre una cuenta en él y sabe mantenerla, la rentabilidad es de las más altas del mercado. ¿Ya has empezado a hacer funcionar tu cuenta del banco de Favores?