Cuando un Yo Superior encarna lo hace de forma simultánea (todas nuestras “vidas” a la vez), se suelen generar encarnaciones de varios niveles en los cuales, algunas, suelen ser lo que llamamos encarnaciones “básicas”, mientras que a medida que este Yo Superior recoge más y más experiencia, sus encarnaciones son más complejas hasta llegar a lo que seria la encarnación “final”, que no es otra cosa que la ultima “vida” de ese Yo Superior en un traje físico (co-existiendo simultáneamente con otras encarnaciones del mismo Yo Superior de niveles evolutivos y de consciencia inferiores).
Parámetros a tener en cuenta
La programación y preparación de los parámetros para vidas simultáneas tienen en cuenta tantos detalles que no solo no basta con escoger una fecha de nacimiento y un lugar geográfico, sino que además se han de tener en cuenta lo que está haciendo en ese momento, cada una de las encarnaciones simultáneas que están activas y las lecciones que están aprendiendo, como lo están “haciendo” y que tipo de experiencias están proporcionando al Yo Superior.
Puesto que las primeras encarnaciones de un YS están enfocadas en “conocer” el entorno físico, el traje (cuerpo humano) en el que nos metemos, lo material de la vida, etc., basta inicialmente con programar un lugar de entrada, una fecha propicia, y el entorno más o menos adecuado para recoger simplemente experiencias “básicas”. A medida que más y más encarnaciones se van generando (más proyecciones del Yo Superior van encarnando), cada nueva vida debe añadir experiencias que proporcionen al YS información y conocimientos más complejos, en lo que llamamos encarnaciones medias, avanzadas, muy avanzadas, dominantes y para completar, la final.
A más nivel, más complejidad
Cuanto más % evolutivo acumula un YS, más difícil se hace evaluar “todo lo que queda por aprender“ y parametrizar las siguientes vidas para conseguirlo. Se han de comprobar todas las lecciones que todas las vidas están experimentando (y pueden ser cientos a la vez), los acuerdos que se han de llevar a cabo con nuestro grupo primario de almas (que también estarán encarnando simultáneamente y gestionado sus cientos de vidas a la vez) , las “deudas” pendientes entre ellos (“deudas” entendido como enseñanzas pre-acordadas que no se llevaron a cabo), las nuevas enseñanzas que cada uno de los actores de nuestra vida debe recibir por parte nuestra, y nosotros por parte de ella, el trabajo que vamos a hacer en los planos no físicos para completar ese aprendizaje y decenas de cosas más.
No es de extrañar que tengamos un velo en la memoria (por la programación de las esferas mentales que nos limita nuestra capacidad de recordar y mantener la conexión con el resto de nuestras encarnaciones) cada vez que encarnamos, si tuviéramos que nacer con plena conciencia de la organización de nuestra vida en relación al resto de nuestras existencias, y de todo aquello que se ha parametrizado para que podamos completar nuestro proceso de “graduación”, incluyendo la gestión de las realidades “múltiples” y líneas temporales en las cuales existimos, nos volveríamos locos. Dudo que ni el mejor ordenador del mundo sea capaz de gestionar tantas variables, y además hacerlo tan bien, con sentido del humor y estando además siempre disponible para echarnos un cable a las encarnaciones que, desde aquí “abajo”, tratamos de investigar como diablos se hace todo eso, “allá arriba”.