En el primer nivel de DM1 hemos abordado y explicado el funcionamiento del centro intelectual superior, ubicado a nivel etérico y mental en el octavo chakra, un centro energético que se encuentra, aproximadamente, a unos 50cm de la cabeza y cuyas funciones, además de las que ya conocemos respecto al análisis de información para comprobar cuando algo es verdad o no lo es, son muy necesarias para la activación de las capacidades presentes en las runas llamadas “superhombre”, que se encuentran en las filas 7 y 8 del patrón conductual.
Y es que el octavo chakra, además de proveer de energía al centro intelectual superior, y hacer de repositorio para todas las funciones que este tiene programadas, posee unos hilos energéticos de conexión con la esfera mental subliminal, que son los que facilitan que, los programas asociados a las capacidades “extrasensoriales” del ser humano, que hemos explicado que poseemos “dormidas” o “inactivas”, puedan empezar a activarse paulatinamente, a medida que este chakra funciona a su máxima capacidad y “potencia” de procesamiento energético, y a medida que la desprogramación de la esfera mental subliminal, la limpieza del patrón conductual y la eliminación de los “topes” asociados al trabajo en nuestro ADN a través del centro instintivo se llevan a cabo.
Para ello, es decir, para que el octavo chakra pueda activar los programas de la esfera subliminal que regula capacidades como la telepática o la clarividencia, es necesario que un pequeño tantien ubicado en su interior esté siempre a tope y recargado al máximo de su capacidad, pues cuando asimoss “rediseñó” el funcionamiento de las esferas mentales y separó las cuatro inicialmente existentes en seis, como hemos visto en el curso, dejó inactivas las fuentes de alimentación que proporcionaban la mayor parte del “combustible” para que, funciones “superiores” de la esfera supraconsciente y de la subliminal, no se activarán con la energía “normal” del cuerpo, sino que, en todo caso, de hacerse, tuviera que ser a través de una “batería” separada que ubicaron en el octavo y noveno chakra, para que, cuando algún asimoss quisiera un avatar humano tuviera acceso a todos sus potenciales “activándolos” desde los chakras superiores y, cuando no hiciera falta, el avatar humano en su día a día no tuviera estas capacidades “activas” por defecto.
Esta configuración, que se empezó a dar en el paso evolutivo que llevó al Manu a convertirse en Lhulu, no se quiso “desmontar” ni “apagar” al ir evolucionando los avatares hacia diferentes modelos de “homo”, ya que asimoss consideraban que podría serles útil en algún momento que el ser humano pudiera activarlos si a ellos les interesaba (la suposición es que siempre estarían nuestros avatares bajo su control, algo que, con el tiempo, han ido perdiendo más y más rápidamente al potenciarse el trabajo y conexión del alma y del Yo Superior hacia la personalidad en más y más seres humanos).
¿Cómo funcionan estos “hilos” del octavo chakra y qué conectan exactamente?
A través de los filamentos que unen y entrelazan entre sí a todas las esferas mentales, desde la esfera mental subliminal y, en menor medida, desde las esferas mentales supraconsciente y consciente-continuo, nacen unos minúsculos hilos formados por materia etérica y astral que, desde la mente, y siguiendo el “circuito” y “guía” que ofrece el cordón dorado, se “enroscan” al mismo (como una planta trepadora) y “suben” hasta el octavo chakra, conectándose al centro de este. Puesto que todos los chakras están conectados al cordón dorado o línea del Hara, siguiendo la “ruta” que marca este canal, no existe ningún problema o dificultad para que, desde las esferas mentales, se puedan crear los filamentos necesarios para conectarse a los procesos energéticos del octavo chakra, en concreto al mini tantien existente en su interior. Como el tantien del chakra se recarga con la misma energía del cordón dorado que viene desde el YS, pero suele estar inactivo, la esfera subliminal no recibe la energía desde niveles superiores para activarse que sería necesaria, ya que, por la reconfiguración y programación de los múltiples estratos de la misma, hace falta energía de una vibración mayor para activar las capacidades “superhombre” que la energía normal que usamos para el funcionamiento del avatar y todas nuestras funciones biológicas y energéticas “estándar”.
Así, asimoss evitó que la energía de los cuerpos sutiles y de los procesos internos “normales”, aunque llegara a la esfera subliminal, no activara de forma especialmente preocupante todos los potenciales latentes en el ser humano, necesitando una potencia y vibración superior para ello.
Conexión a la programación rúnica
En el otro extremo, puesto que la esfera mental subliminal, como todas las demás, está conectada al patrón conductual y sus runas, tal y como hemos visto en el material del curso, para poner en marcha los programas asociados a esos potenciales que están grabados en las runas de las dos últimas filas es necesario, primero, que los programas de la esfera mental estén “encendidos” y, para que se “enciendan”, es necesario que el mini tantien del octavo chakra les proporcione la energía para ello.
Por lo tanto, como complemento al trabajo de sanación y desprogramación que ya hacemos en el curso para limpiar el patrón conductual, las esferas mentales y el centro intelectual superior, lo que podéis hacer si es de vuestro interés experimentar con la activación de estas capacidades “superiores”, es trabajar en meditación, por ejemplo, en recargar vuestro tantien del octavo chakra, también del noveno, del que ya hablaremos en una siguiente ocasión, a la vez que podéis hacer un trabajo de visualización en el que podéis mover la energía del tantien hacia la esfera mental subliminal con la intención de que se activen los programas presentes en ella.
Se puede hacer también con una petición al YS donde solicitáis que todo lo anterior se ponga en marcha (recarga del tantien, limpieza del octavo chakra, activar los programas de la esfera subliminal a partir de la energía del chakra y activar los programas del patrón conductual correspondientes a las runas “superhombre”). Con la meditación y visualización posiblemente sentiréis más “vivamente” el proceso, y, con la petición, vuestro YS os asistirá a ir reajustando todo este mecanismo para que, según toque, sea oportuno, necesario y sin causar ningún problema en todo el conjunto y equilibrio del sistema energético, vayamos despertando todo el potencial inherente a nuestro avatar, y lo pongamos al servicio de nuestro bien mayor o de aquellos a los que podamos asistir gracias a ellos.