Hoy tengo el día inspirado, además llevo dos días haciendo largos cafés hablando de viajes astrales, de las técnicas del Gateway Voyage y de los libros de Bruce Moen así que parece que ando sobrado de temas sobre los que pensar y cosas sobre las que meditar.
En fin, ayer, en una de esas conversaciones volvió a salir el tema de los problemas de concentración y de creación consciente. Me hablaron de la diferencia entre “contemplar” y “crear”. Cuando yo espero a que me caiga un trabajo del cielo estoy contemplando, cuando yo me pongo activamente a visualizar el trabajo que quiero, como me siento en él, etc., estoy creando.
La forma en la que entiendo que funcionan las cosas es como sigue:
Basados en nuestra libertad de elección y pensamiento, tenemos el poder de crear las situaciones que deseamos formen parte de nuestra vida. Todo pensamiento lanzado al «universo» (los planos no físicos y dimensiones superiores) con suficiente energía se convierte en un deseo recogido por «allá arriba» que se pone en marcha para hacerlo realidad. Si cambiamos a medio camino de idea muchas de las cosas que ya estaban preparadas para ocurrir se cancelarán o ocurrirán de otra forma, y nuestro deseo original simplemente no sucederá ya que hemos cambiado de idea y los procesos, octavas y energías puestas en marcha serán canceladas.
Me explico con un ejemplo. Fastidiado por tener siempre gente alrededor en la oficina (mi zona está bastante concurrida), quise cambiarme (mentalmente) a otro lugar más tranquilo donde pudiera hacer mis cosas (como por ejemplo escribir este blog sin que la gente mirara que estaba haciendo). Desee mentalmente que me cambiaran de sitio y ese deseo se convirtió en una energía recogida por el «universo» (más adelante le cambiaremos el nombre a esto, pero de momento llamémoslo así) que empezó a preparar los cambios necesarios: por ejemplo, un problema en las máquinas de aire acondicionado que exigiera un traslado, una excusa para que yo pudiera pedir el cambio de mesa, una reorganización del equipo, cualquier cosa que físicamente hubiera dado ese resultado podría haberse puesto en marcha.
Días después, tras pasar un día sin que nadie me molestara decidí que tampoco estaba tan mal y que no necesitaba cambiar…. ahhhh! – dijeron por «ahí arriba» – ¡habíamos empezado a planificar las acciones que habrían de ocurrir para que pudieras cambiarte y ahora lo cancelas! Osea, que no me he movido de mí sitio y si quiero hacerlo será mejor que lo decida y mantenga mi deseo.
Con todo esto quiero decir que lo que deseas es lo que se acaba materializando en tu vida si de verdad mantienes tu deseo. Nuestro problema cotidiano es que no sabemos que somos capaces de crear nuestra propia vida y por eso cambiamos tan a menudo lo que queremos. Vivimos en actitud “contemplativa” y no “creativa”.
¿Qué pasa cuando queremos crear algo que no podemos tener / no es el momento / no estamos preparados? El tiempo que tardará ese deseo o necesidad en convertirse realidad será proporcional a lo fácil/difícil, preparado/no preparado que uno esté. Digamos que ahora quiero ser astronauta, con todas mis fuerzas. ¿Qué hará el universo para que yo sea astronauta? Probablemente pondrá ante mis ojos algún anuncio de algún periódico sobre la carrera espacial, caerán en mis manos libros al respecto “por casualidad”, encontraré gente que me hablará de ello, me apuntaré a cursos, me meteré de lleno en la carrera espacial, aparecerán los profesores adecuados y las oportunidades adecuadas y quizás en 10 años pueda hacer mi primer viaje espacial. Bien, mi deseo se ha cumplido porqué durante estos diez años he mantenido mi intención y se lo he puesto fácil al universo para que pusiera delante de mí las puertas abiertas que tenía que cruzar. Pero he tardado 10 años en materializar mi deseo. Nada hubiera ocurrido si al mes y medio hubiera dicho “ahora quiero ser bombero”. Otro grito allá arriba por el trabajo hecho en vano…
La parte difícil viene ahora. ¿Cómo saber que es lo que uno quiere de verdad? ¿Cómo saber en que enfocar tu energía para materializar tus verdaderos deseos? Ahí entra la parte del guía, ahí es donde los guías espirituales y nuestro Yo Superior nos asisten. Pueden ver más allá del día a día y son capaces de ver los posibles resultados de cada una de tus decisiones (recuerda, tenemos libertad de elección) y de orientarte. Lo que aprendí ayer es que tu guía puede sugerirte que es aquello que puedes/deberías crear en estos momentos en tu vida, que es más beneficioso para ti y tu evolución.
Hablando de evolución, si no crees en la reencarnación y que en esta vida venimos a aprender un conjunto de lecciones que nosotros elegimos previamente todo esto no tiene mucho sentido. Uno nace con un objetivo a cumplir preestablecido por uno mismo, por nuestro Yo Superior y nuestra alma, antes de nacer. Venimos a este mundo con un escenario ideal por cumplir, por ejemplo, aprender lo que es el amor (tarea nada específica pero puede que muy dura de realizar). Así, elegimos una vida y un entorno que nos puedan ayudar, en esta vida, a aprender lo que es el amor. Que decidamos ir al cine a ver la película A o película B no está predestinado, ni tampoco que decidamos no aprender nada del amor, todo es pura decisión nuestra. Cuando en el primer caso no hay ningún tipo de consecuencia (quizás un mensaje sobre el amor que nos perdemos, pero que seguro será puesto ante nosotros en otra ocasión), renunciar a realizar la misión que nosotros mismos nos hemos impuesto es como perder una vida entera encarnados en un cuerpo con el que no vamos a experimentar nada.
Las consecuencias se notarán a nivel inconsciente en esta vida, estaremos deprimidos sin saber porqué, quizás sintamos que debemos hacer algo o que estamos actuando en la mala dirección, etc. Ir en contra de lo que uno siente tiene repercusiones negativas mucho más allá del día a día. Por eso el mensaje más repetido que he tenido desde que empecé este camino es el de: sigue a tu corazón, busca en ti mismo, solo eso hará tu vida perfecta.De todo lo demás, ya se encarga el universo que lo tengas cuando lo necesites.