Un cuento popular extraído de “El Éxito de los Perezosos”.
Un rico hombre de negocios de Nueva York se fue a pasar un par de semanas de vacaciones a una paradisiaca playa de Costa Rica. El primer día de sus vacaciones se quedó impresionado por la calidad y el sabor de un exótico pescado que compró a un lugareño.
Al día siguiente, el estadounidense se topó con el pescador en el muelle, pero este ya había vendido todas sus capturas, aún así entabló conversación y descubrió que el pescador conocía un caladero, que guardaba en secreto, donde el pescado era abundante y de gran calidad. Sin embargo, solo capturaba cinco o seis piezas de pescado al día.
El hombre de negocios preguntó al pescador porqué no permanecía más tiempo en el mar para capturar más pescado:
– Señor – contesto el pescador – porque me quedo en la cama hasta las nueve o las diez de la mañana, juego con mis hijos, salgo a pescar unas horas, por la tarde duermo la siesta, al atardecer ceno tranquilamente con mi familia y por la noche voy al pueblo a beber vino, tocar la guitarra y cantar con mis amigos. Ya llevo una vida relajada, satisfactoria, plena y feliz.
El estadounidense respondió:
– Si, pero si capturas mucho más pescado te labrarías un futuro más prospero. Mire, soy un hombre de negocios y puedo ayudarte a tener mucho éxito en la vida. Sé mucho sobre negocios y marketing. Lo que tienes que hacer es levantarte temprano por la mañana y pasar todo el día pescando, incluso volver a salir al atardecer a por más. En muy poco tiempo, con el dinero extra, podrás comprar una barca más grande. A dos años vista, tendrías cinco o seis barcas que podrías alquilar a otros pescadores. En otros cinco años, con todo el pescado que controlarías, podrías montar tu propia fabrica de conservas y tener tu propia marca de productos.
Si trabajas duro durante quince o veinte años, puedes hacerte multimillonario, y luego ya no tendría que trabajar ni un solo día el resto de tu vida.
– Pero, ¿y entonces que haré?
– Pues entonces estarás en situación de mudarte a un pueblecito en algún país tranquilo, como Costa Rica, donde podrás quedarte en la cama hasta tarde cada día, jugar con tus hijos sin prisas, dormir la siesta por la tarde, cenar tranquilamente con tu familia y salir a cantar y beber con tus amigos.
Moraleja: móntate la vida que quieras tener ahora, no esperes a que pasen 20 años para darte cuenta de que probablemente, tienes ya muchas cosas de todo lo que siempre has deseado tener.