Hace unos días me propuse a mi mismo un ejercicio, cada vez que oía algo o alguien me decía alguna cosa que en realidad yo no deseaba que fuera parte de mí «mundo», me decía a mi mismo «es posible, pero esa no es mi realidad». Empezó con cosas tan tontas como ir al parking a recoger la moto uno de estos días que ha estado cayendo agua a mamporros y oír como el vigilante me decía «David, ¡que te vas a poner empapado!», y aunque le contestaba amigablemente, mentalmente decía «esa no es mi realidad, no me voy a mojar en este trayecto». O cuando iba a comprar y la gente en la tienda hablaban de lo mal que están las cosas, y yo pensaba «puede, pero esa no es mi realidad», o cuando alguien te decía que era difícil hacer esto o lo otro, siempre pensando «puede, pero no en mi realidad». Llevo un par de semanas con esta mentalidad y la verdad, no me puedo quejar del resultado ni de la sensación de haberme quitado de encima o evitado las proyecciones de los demás sobre cómo ven el mundo, en mi mismo.
Si tu creas tu mundo, ¿porqué aceptamos el mundo de los demás?
Y es que si algo no te gusta o no quieres que a ti te suceda, te afecte o te influya, ¿porque aceptarlo como válido? Rechazar que algo se manifieste en tu vida es tan sencillo como decir mentalmente «esto no forma parte de mí realidad», y se desactiva (dejemos de lado lecciones en la vida y demás eventos importantes). No aceptes las típicas conversaciones, consejos o predicciones de aquellos que hablan por hablar, porque es lo que han oído, han visto en la tele o les han dicho, y sobre todo, de aquellos que están construyendo su mundo en base al mundo de los demás. Si a ti te dicen que la economía está mal, que hoy hace un día de perros, que hay una pasa de gripe y la vamos a pillar todos, que no hay forma de conseguir algo que deseas, etc., bloquéale el paso a esa energía y dite a ti mismo «no lo acepto, para mi, eso no forma parte de mí realidad», y sigue adelante.
Desactivando proyecciones de otros y del inconsciente colectivo
Solo cuando aceptamos la energía que nos envía nuestro entorno con el mensaje que sea, es cuando le damos permiso para que se convierta en parte de nuestro mundo. Si no quieres algo, se consciente de que no lo quieres en tu día a día, y no le des permiso para que se convierta en realidad. Sea lo que sea, desde la cosa más tonta a la cosa más trascendental, si no es de tu interés, ¿porqué ibas a tener que dejar que se manifestara en tu mundo? El «ejercicio» requiere de cierta práctica, pero cuando llevas días haciéndolo, notas que hay cosas que realmente dejan de pasarte, porque tú has decidido que no sea así. Haced la prueba y ya me diréis.