Que todos tenemos la capacidad para ver el aura, el campo electromagnético que nos rodea, es algo que ya sabemos, pero que la mayoría de nosotros la tenemos atrofiada, dormida y sin ejercitar es algo que también tenemos presente. No hace falta ser clarividente para poder percibir los diferentes cuerpos sutiles que poseemos, pero sí que requiere mucho trabajo, paciencia y constancia desarrollar de nuevo el tipo de visión que nos es necesaria para percibir esta energía mucho más sutil.
Viendo el cuerpo etérico
Lo más fácil de ver, cuando empezamos a prácticar el desarrollo de la visión aural, es el cuerpo etérico o vital. Es el primer cuerpo sutil que se visualiza como una capa de unos dos centímetros de grosor y muy luminoso, y realmente sencillo de percibir. Hemos de tratar de evitar dudas tales como «¿realmente esto viendo esto?» ya que nuestro cerebro inmediatamente filtrará esa información, puesto que no cree que lo pueda estar percibiendo, y bloqueará esa parte de «datos» que los ojos le están enviando, por lo que cuando reconstruya la imagen que en principio tiene delante, «no verá» nada.
Para empezar lo mejor es pedir a alguien que nos ayude o ponernos nosotros mismos delante de un espejo con un fondo blanco, para que los posibles colores que tengamos a la espalda no nos confundan o distraigan. Una luz tenue en la habitación donde estemos puede ayudarnos también. La idea es inicialmente activar poco a poco los conos visuales que nos ayudan a percibir la energía, y para ello nos ayudaremos de una vela.
Coge la vela y ponla entre tu y la otra persona, mira a la vela hasta que tus ojos se sientan cansados, y tengas la necesidad de parpadear. Debido a la activación gradual de la visión periférica, la que necesitamos, podrás ver como la llama de la vela parece extenderse, agrandarse o cambiar de forma.
Mirar a la persona
Una vez hayamos trabajado un poco con la vela, podemos mirar directamente a la persona. El mejor lugar es centrar la vista en su tercer ojo, en el entrecejo, y usar la visión periférica para notar como vamos viendo un halo luminoso aparecer alrededor del cuerpo. A más entrenamiento, más relajación y más concentración, más cuerpos sutiles podremos ir viendo con el tiempo y la práctica. Este pequeño ejercicio que os cuento solo es el principio para re-activar la visión aural, ya que luego con el tiempo, puedes empezar a ver los colores, formas, etc. Yo aún sigo prácticando la percepción de las otras capas energéticas, pero no tardé mucho en ver perfectamente el cuerpo etérico de la persona simplemente desenfocando un poco la vista. Es cuestión de paciencia y constancia.