Ya hemos hablado alguna vez de cómo la planificación de los objetivos es un proceso formal y necesario para la gestión personal. Todos sabéis que al fijar metas de manera regular, decides lo que quieres alcanzar y avanzas gradualmente hacia el logro de estas metas, así que permitirme que vuelva al tema para proporcionar una guía que os pueda ser útil para ello.
Consiguiendo una visión a largo plazo
El proceso de fijar metas y objetivos (inteligentes) centrado en lo que puedes alcanzar en tu vida personal nos va a ayudar a saber con exactitud lo que quieres hacer, saber en lo que tienes que concentrarte para lograrlo y distinguir lo que es simplemente una distracción. Esto nos da una visión a largo plazo y una motivación a corto plazo. Enfoca nuestra adquisición de conocimiento y nos ayuda a organizar nuestros recursos. Fijando metas, reforzarás la confianza en ti mismo, puesto que reconoces tu habilidad y capacidad en la realización de las metas que te has fijado.
Las metas se fijan a diversos niveles: primero decides lo que deseas hacer con tu vida y qué metas a gran escala quieres alcanzar. En segundo lugar, las divides en objetivos más pequeños que debes alcanzar durante el curso de tu vida. Finalmente, una vez tienes el plan, comienzas a trabajar hacia su realización.
Fijar objetivos personales
El primer paso en la fijación de objetivos personales es considerar lo que se desea alcanzar durante el curso de toda tu vida, pues esto nos da una perspectiva total que cubre el resto de los aspectos relacionados con la toma de decisiones. Para dar una cobertura amplia y equilibrada de todas las partes importantes, intenta fijar metas en algunas o todas las siguientes categorías:
- Artísticas: ¿Deseas alcanzar metas artísticas? Si es así ¿qué metas?
- Actitud: ¿Tienes algún bloqueo mental que te está deteniendo? ¿Hay partes de la forma en la que te comportas que te enojan? Si es así, fija una meta para mejorar tu comportamiento o para encontrar una solución al problema.
- Carrera: ¿Qué nivel deseas alcanzar en tu carrera?
- Educación: ¿Hay algún conocimiento que desees adquirir en detalle? ¿Qué información y habilidades necesitarás para alcanzar otras metas?
- Familia: ¿Deseas ser un padre/madre de familia? Si es así, ¿cómo vas a ser un buen padre/madre de familia? ¿Cómo deseas ser visto por tus socios o por los miembros de tu familia extendida?
- Financiero: ¿Cuánto deseas ganar en qué etapa de la vida?
- Físico: ¿Hay alguna meta atlética que desees alcanzar o quieres tener buena salud cuando seas mayor? ¿Qué medidas vas a tomar para alcanzar esto?
- Placer: ¿Cómo deseas disfrutar la vida? Asegúrate de que parte de tu vida es tuya.
- Trabajo voluntario: ¿Quieres hacer del mundo un lugar mejor a través de tu existencia? Si es así ¿cómo?
Una vez que hayas decidido tus metas en estas categorías, asígnales una prioridad. Luego revísalas y dales de nuevo una prioridad hasta que estés satisfecho con la forma en que reflejan la vida que quieres llevar. Asegúrate además de que las metas que has fijado, sean las metas que deseas alcanzar, no lo que tus padres, esposo/a, familia o jefes quisieran que fueras.
Algunos consejos más
- Señala cada meta como una declaración positiva. Expresa tus metas positivamente “Hacer esta técnica bien” es una meta mucho mejor que “No cometer esta estúpida equivocación”
- Anota las metas. Esto las cristaliza y las fortalece.
- Fija puntos de acción, no puntos de resultado: Debes fijar metas sobre las cuales tengas tanto control como sea posible. No hay nada más deprimente que fallar en alcanzar una meta personal por razones fuera de tu control tales como malos ambientes de negocios, análisis pobre de la situación, mal tiempo, lesión o simple mala suerte. Si basas tus metas en función del desempeño personal, entonces puedes mantener el control sobre el logro de las mismas y la satisfacción que traen.
- Fija metas realistas: es importante fijar metas que puedas alcanzar. Cualquiera (padres, medios, sociedad…) puede fijar metas poco realistas para ti y lo harán ignorando tus propios deseos y ambiciones.
- No fijes el nivel de tus objetivos demasiado bajo: las personas tienden a hacerlo cuando temen fallar o son perezosas. Debes fijar metas de modo que estén levemente fuera de tu alcance inmediato, pero no tan lejos que no haya ninguna esperanza de lograrlas.
Con esta pequeña ayuda en forma de guía nuestra planificación de objetivos es mucho más fácil y acertada, y con ello, la consecución de los mismos.