Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

La situación global macro planetaria vs la sensación de falta de progreso en el trabajo personal

Para todos los que estáis inmersos en vuestro propio trabajo de crecimiento personal, haciendo auto-sanaciones, trabajando en los ejercicios y puesta en práctica del propósito o misión en vuestra vida, dedicando cada día ratos a hacer desprogramaciones, etc., y vemos que parece que nos cuesta cada vez más avanzar, que nos «echan para atrás» dos pasos de cada tres que damos o que se hace cada vez más difícil mantener un buen estado energético, vibracional, etc., tenéis que tener en cuenta que no vivimos independientes de la macro-realidad planetaria que nos engloba, y que la situación de la trama sagrada de la humanidad influye, en mayor o menor grado, en el propio desarrollo de nuestra evolución personal.

Por un lado, hemos de recordar que la realidad depende de cada uno de nosotros, ya lo hemos visto en el primer nivel de la formación. Cada ser humano proyecta su propia «burbuja» de realidad, y su propio mundo, usando el «material energético» del plano mental de la zona donde vive. Esa materia prima tiene un nivel de vibración y frecuencia diferente si uno vive en el polo norte, o en la zona más conflictiva del planeta, con todos los grados distintos que existen entre medio.

Además, esa realidad que proyectamos «corre» o se sustenta sobre la realidad global de la humanidad, que se crea por la suma de los 7600 millones de realidades individuales que cada persona emite.

Así, nuestra «burbuja» y realidad personal va por unas «vías de tren» que corresponden a la realidad global: la trama sagrada de la humanidad. Esta trama sagrada macro y global recibe influencias desde todos los niveles posibles de realidad que existen en el planeta, es además manipulada por REC y SC continuamente, está a merced de influencias de otros campos energéticos externos a la Tierra como las emisiones electromagnéticas de otros sistemas planetarios, a las emisiones energéticas desde el Sol, a los egregores y acumulaciones de todo tipo que se asientan en los planos de la estructura de la Tierra, etc.

Si las «vías del tren» por las que «corren» nuestras realidades están llenas de obstáculos, limitaciones, fuerzas contrarias, etc., cuesta mucho más avanzar, aunque pongamos ahínco en hacer sanaciones, desprogramaciones y limpiezas energéticas. No estamos haciendo nada mal, al contrario, estamos echando carbón y manteniendo el motor de nuestra locomotora para que nos no tire hacia atrás la fuerza del viento que viene de cara, pero, a pesar de todo, no avanzamos todo lo que se podría avanzar de no tener estas «tormentas energéticas» rodeándonos por todos lados.

Lo que quiero decir es que la situación planetaria ahora es tan densa, complicada, compacta, confusa, alterada, etc., que estamos rodeados por todo tipo de energías y acumulaciones de las mismas que hacen complicado avanzar al mismo ritmo que, por ejemplo, hace un año. Es como estar andando en el desierto y tener una fuerte tormenta de arena soplando en contra nuestra.

La arena nos trae más bloqueos, complicaciones, dificultades, porque es «global», afecta a toda la estructura humana a nivel planetario, y aunque tenemos herramientas para quitarnos parte de la área que se nos pega (las técnicas de desprogramación y sanación) y gracias a ellas podemos aguantar el tipo de embate que la fuerza del viento (las energías planetarias densas y negativas actuales presentes sobre la humanidad) cuesta mucho dar pasos hacia adelante y sentir que vamos avanzando en nuestro camino personal.

También es verdad que la fuerza con la que esas energías planetarias que ahora circulan por todo el entramado de realidad de la humanidad depende del nivel frecuencial y la conexión con la línea temporal en la que estemos, o hayamos podido estar antes de que entrarán estas enormes fuerzas contrarias a nuestro proceso evolutivo en marcha. Si a finales del año pasado ya estábamos en la línea 42 y subiendo, digamos que hemos afrontado la tormenta de arena por su parte superior donde las corrientes negativas son más débiles, y, por lo tanto, se hace más fácil continuar con el proceso de crecimiento, sanación, desprogramación, avance, etc., ya que hay menos fuerzas en nuestra contra que impactan contra nuestra «burbuja personal de realidad».

Si hemos entrado en esta situación global en la línea 33 y encima en niveles «bajos» de la misma (de los 28 que posee), estamos luchando contra corrientes mucho más fuertes y eso hace mucho más difícil movernos hacia adelante, siendo cada paso ganado una victoria increíble, pues, ahora mismo, todo parece estar en contra de que la humanidad avance hacia el siguiente nivel evolutivo.

Hay muchos parámetros en juego, pero en general, es correcto que todo, en estos momentos, nos echa para atrás y por eso cuesta tanto, o más que antes, tener la sensación de que estamos haciendo progresos, dependiendo también, claro está, del nivel frecuencial dentro de la LT en la que se encuentre cada uno.

En estos casos, y siguiendo la analogía de la tormenta de arena, lo más óptimo sería afianzar nuestra posición, reforzar nuestro anclaje energético, hacer las peticiones a nuestro YS para que nos intente mover a niveles más elevados de la LT en la que estemos para lidiar con corrientes «energéticas contrarias» menos fuertes y esperar a que, poco a poco, se disipe y disuelva esta macro situación global «pandémica» y de manipulación que está ahora atravesando la humanidad y, entonces, el viento vuelva a soplar a nuestro favor para que, en vez de venir de cara, nos empuje por detrás, para que los esfuerzos que hagamos nos hagan dar pasos de gigante hacia una mejoría en todos los aspectos y niveles de nuestra vida.

 

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