Agosto es un mes particularmente mágico para aquellos que siguen, por interés o por tradición, alguna de las culturas paganas, y sus calendarios, que aun perduran en nuestro planeta. Hoy, día 1, por ejemplo, se celebra el LUGHNASADH, festividad celta que marca el comienzo de la época de la cosecha, la maduración de las primeras frutas, y fue tradicionalmente un tiempo de reunión de la comunidad, ferias, y reuniones con familiares y amistades distantes. Se celebran también este mes las fiestas en honor a la diosa Atenea y Venus, la fiesta del dios Wotan y la runa Yggdrasill (el árbol de la vida que simboliza la “red” de la Wicca), y la fiesta de todos los dioses, el día 10, por poner las más destacadas especialmente en las tradiciones célticas y gaélicas.
Por otro lado, este calendario anual no es solo una guía para celebrar grandes fiestas enraizadas en nuestras tradiciones ancestrales, sino que, por parte de aquellos que conocen el poder de las energías que se mueven en momentos determinados del año, es también el calendario de “cuándo” hay que ejecutar ciertos eventos y hacerlos pasar por lo que no son.
Una gran parte de accidentes y catástrofes humanas y naturales que suceden en el planeta en una época determinada del año, tienen, desde un punto de vista simbólico y esotérico, una lectura muy diferente a la de “puro accidente”, por casualidad, estupidez o incompetencia humana. Quizás no están del todo provocados, quizás algunos son realmente puros accidentes, pero, otros, puesto que el componente sincronístico, místico y simbólico, es tan elevado, es difícil no ir más allá de las explicaciones oficiales para entender por qué suceden estas cosas.
El periodo de sacrificios para obtener buenas cosechas
Por ejemplo, si recordáis el derrame de petróleo ocurrido en el golfo de México en el año 2010, concretamente el 20 de Abril, sabréis que fue una de las catástrofes ecológicas de nuestra historia reciente más terribles, posiblemente junto con la de Fukushima, por la repercusión que tuvo, y sigue teniendo, en todo el ecosistema planetario y la vida que nos sostiene.
Lo curioso, o lo que llama la atención para empezar, es la fecha en la que sucedió. El 20 de Abril se encuentra justo en el medio del periodo o estación llamado “de los sacrificios” en las mismas tradiciones paganas que hemos mencionado al inicio. Este periodo, que tiene una duración de 40 días, un noveno del total de la duración del año, va desde el equinoccio de primavera, aproximadamente el 20 de Marzo, hasta el primero de Mayo. Según las tradiciones paganas ancestrales, durante estos 40 días, los practicantes de aquellas antiguas (y no tan antiguas) culturas y tradiciones ofrecían sacrificios con sangre a la Tierra, como medio para asegurarse una buena cosecha en la temporada de recolección, sacrificio dedicado también al Sol, ya que este periodo coincide también con el inicio de la temporada de siembra.
Este tipo de ritual se hacía así porque es cuando el Sol inicia su ascenso por el hemisferio norte, a partir del equinoccio de primavera, surgiendo desde la línea del horizonte y siguiendo su camino hacía el punto más alto de la bóveda celeste en el solsticio de verano, allá por el 21 de Junio más o menos. El punto medio entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano cae el día 1 de Mayo, y es llamado Beltane, a partir del nombre que los fenicios usaban para denominar al astro rey, Bel. La noche que lo precede, es denominada la noche de Walpurgis, cuyo significado es doble, pues era tanto el día del mundo de los muertos, como el día del mundo de los vivos, ya que esa noche se podían hacer los viajes chamánicos para pasar de un mundo a otro, de un plano a otro, y eso congregaba a todos los magos y brujos en grandes encuentros y rituales.
Sangre a la Tierra, peticiones al Sol
Los antiguos paganos creían que ofreciéndole a la Tierra durante este periodo un sacrificio que incluyera sangre, el dios del Sol, Bel, sería apaciguado, y, por lo tanto, aseguraría a la comunidad una buena cosecha, de ahí que cualquier tipo de ceremonia con este objetivo debía hacerse principalmente en esta “época de sacrificios” si se deseaba que tuviera algún efecto o resultado.
Volviendo a tiempos más modernos, a nuestra historia reciente de las últimas décadas, aproximadamente por el medio de ese periodo de 40 días, se celebra también desde 1970 el Día de la Tierra, que suele caer entre el 20-22 de Abril cada año, y donde por todo el planeta se pueden ver iniciativas para ayudar a concienciar a la gente sobre el mismo, sobre la importancia de cuidar la naturaleza, el ecosistema, etc.
Básicamente, y actualmente, todo lo que ocurra en ese periodo de 40 días donde haya algún tipo de sacrificios, simbólico o real, y especialmente alrededor del día de la Tierra, y esté relacionado, simbólica o realmente con la sangre, no es más que una ofrenda al dios Bel para que provea y les sea favorable a aquellos que lo realizan por aquello que pidan.
El derrame de petróleo en el golfo de México el día 20 de abril del 2010 tuvo unas connotaciones simbólicas tan grandes que es difícil no buscar otras explicaciones más allá del puro accidente. Realizado el día de la Tierra, en medio de la sesión de sacrificios, y “provocándole” a la misma un derrame de su sangre, el petróleo, el ritual de Beltane quedaba realizado. No nos olvidemos que el petróleo es el equivalente a la sangre para el planeta, y durante muchas semanas, Kumar estuvo derramando de su cuerpo “físico” (el planeta), miles de barriles de su sangre en una herida que no suturaba nunca, o que los que la provocaron no quisieron cerrar hasta ver vertida la cantidad suficiente para sus propósitos.
Tradiciones ancestrales que se han convertido en eventos planetarios
Lo que antes se hacía y abarcaba a una comunidad, ahora se hace a nivel planetario. Ha habido tantos eventos durante fechas clave de los calendarios paganos y en periodos como este de los sacrificios a la Tierra, que cada vez que se acerca una festividad mayor uno (servidor) no deja de prestar ojo a los titulares de las noticias a ver si es que se cuece algo por ahí. Quizás todo sea fruto de la casualidad, aunque, por ejemplo, la masacre de la escuela en el estado de Columbia, que también recordareis por su repercusión mediática (y que dio lugar al documental Bowling for Columbine de míchael Moore), ocurrió un 20 de Abril en 1999, siendo la “Columbia”, la paloma, el símbolo de la paz, siendo “asesinada” literalmente en el mismo día en la misma época y periodo de sacrificios. Es sencillo hacer estos análisis con la perspectiva del tiempo, es difícil predecir que estas cosas van a pasar y porqué van a pasar. Esperemos que el hecho de que se haga público este tipo de sucesos y el porqué de los mismos, haga que, aquellos que las ejecutan, por la simple razón de que es algo conocido a nivel “macro”, ya no tengan poder para hacerlos.
Feliz LUGHNASADH, y que sea un día de encuentro entre familias y amigos, y tengamos todos un buen inicio de la cosecha de aquello que cada uno sembró en su día.