Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

La energía del Sol y el despertar de la conciencia

En línea con lo que comentábamos sobre las influencias de grupos negativos y cómo no dejarnos “manipular” para caer en la generación de emociones que creen esos campos energéticos que les nutren, decíamos que solo cuando “despertemos” y nos demos cuenta de lo que hay detrás de todo lo que nos quieren hacer creer que pasa en el mundo, habremos conseguido destruir en cierta forma el método de control en el cual se basa todo el sistema mundial de poder en estos momentos.

La buena noticia es que ese despertar ya se está dando de forma “natural” debido principalmente a los impresionantes cambios que está sufriendo el Sol, la Tierra, y todo el sistema y estructura energética en la que nos movemos.

El papel del Sol en la evolución de la conciencia

La expansión de la conciencia humana y su “despertar” está fuertemente ligada a lo que llamamos la frecuencia de Schuman, que es la frecuencia base a la que “vibra” nuestro planeta. Si no recuerdo mal, en estos momentos estamos en torno a los 12 o 13 Hz, cuando hace 30 años no pasábamos de los 8 Hz (ciclos por segundo). ¿Esto que significa? Significa que cuanto más rápido vibra la Tierra, más rápido vibramos nosotros, menos “atrapados” estamos por lo que percibimos como la realidad de los “cinco sentidos”, y más fácil no es darnos cuenta que somos algo más que un simple cuerpo físico (por ponerlo en corto).

Los cambios en la Tierra están a su vez fuertemente influenciados por los cambios en el Sol. El incremento de la actividad solar ha sido espectacular en los últimos años. Las tormentas solares se han disparado en intensidad y en número, hasta tal punto que son responsables de algunos de los movimientos internos del planeta que están causando desastres naturales (otros, personalmente, sigo creyendo que son provocados, pero eso es opinión para otra entrada otro día).

Conciencia, ADN y fotones de luz

La energía de la vida la trae el Sol. Lo que recibimos de nuestro astro rey es lo que nos define como seres vivos, y nos mantiene en ese “estado”. Las frecuencias y la energía que los fotones de luz traen a nuestro planeta son captados por los receptores internos que todos llevamos dentro y que llamamos ADN. El ADN tiene entre sus funciones decodificar esta información y realizar o adaptar al ser humano en consecuencia, es decir, evolucionar, según lleguen las directrices evolutivas desde el Sol.  A medida que decodificamos la información que nos llega, se van produciendo estos pequeños cambios paulatinos en nosotros. El “despertar” o expansión de la conciencia es la respuesta a la nueva energía que llega desde el sistema solar, y es un proceso que no tiene marcha atrás.

Cambios en la galaxia

¿Y qué es lo que está provocando los cambios en el Sol? Entre otras cosas, las nuevas oleadas de energía cósmica que llegan desde el centro de la galaxia y el paso de nuestro sistema solar por bandas de energía tremendamente potentes. Ya sabéis que nuestro sistema solar no es estático, no estamos en una posición espacio-temporal fija en el universo, sino que también orbitamos alrededor del centro de la galaxia (orbitamos en torno al núcleo central de las Pléyades que a su vez orbita alrededor del agujero negro que es el centro de la Vía Láctea).

Es un juego cósmico en el cual somos muy poca cosa, pero del cual nos vemos altamente afectados en todos los sentidos, y que en principio provocará un cambio altamente positivo en la raza humana en su conjunto. Por eso tarde o temprano no habrá “manipulación” posible que pueda afectarnos, pues nuestra percepción de la realidad, gracias a la nueva información que llega desde el Sol, que recogemos y traducimos a través del ADN, nos hará ver las cosas de otra forma. Que nos resistamos o no a ello es otro tema, pero que lo que llamamos “despertar” es inevitable y que además está relacionado con cambios reales en todo el Universo no deja ninguna duda hacia dónde “vamos”.

 

Profundiza en este tema y amplia tu conocimiento sobre los diferentes aspectos “del mundo que no vemos”