Hoy una persona cercana me ha comentado un sueño que ha tenido, en el cual le decían en un mensaje que “vivimos en un juego de terror psicológico personalizado”. Y cuanta razón tenía ese mensaje. No solo cada uno manifiesta su vida según sus deseos, también manifiesta su vida según sus miedos.
Un escenario personalizado y flexible
El escenario en el cual representamos esta obra que llamamos encarnación es tan flexible y maleable que se adapta como un guante a todos y cada uno de nosotros, haciéndonos creer que somos realmente el protagonista principal de todos los actos. Y es que es tal la magia y el poder del juego, que, en realidad, no existe otra cosa que nosotros mismos y los diferentes actos y papeles que representamos. Hay otros actores, es cierto, pero son solo figurantes en nuestra obra particular, aunque en otros niveles, ellos nos perciban a nosotros como figurantes en la suya.
Pero esta vida es tan personalizada y está tan enfocada a hacernos crecer y evolucionar que da prioridad a la manifestación de aquello que más tememos, en muchos casos, porque es lo que emitimos con más intensidad, para que nos enfrentemos a ello (al menos en el plano negativo, evidentemente emitimos y manifestamos también muchas cosas positivas). Y además es que no hay dos obras iguales, y si un mismo escenario se puede reutilizar para dos actores diferentes, en realidad cada uno será adaptado a la medida de aquello que sea necesario ejecutar para que cada actor de un pasito más en su camino evolutivo.
Soltar lastre
Nuestros miedos aparecen por todos lados porque son una carga de la cual debemos desprendernos, y no hay más remedio que enfrentarse a ellos, porque de lo contrario cobran más fuerza, al querer enterrarlos más en nuestro interior, y entonces generan su señal manifestadora de forma incontrolada e inconsciente.
Solo verás en tu vida representados aquellos miedos y temores que poseas personalmente, tu Yo Superior, las reglas del juego y el sistema evolutivo en el que estamos personalizarán tu situación de forma inequívoca y sin puerta traserá de escape en muchos casos. Por eso lo que a uno le aterra y ve todos los días, jamás aparece delante de la persona que convive al lado, y viceversa. Hay que sacar miedos y temores, desterrarlos, y entonces más que en un juego de terror personalizado, podremos decir que vivimos en una película de aventuras a medida, la aventura de la vida.