Si en el artículo anterior habíamos explicado mediante la GS que, en la Creación, efectivamente, todo empieza por un punto, por una singularidad que se expande, ¿qué modelo, patrón o proceso sigue esa singularidad para dar realidad a la manifestación del universo tal y como lo conocemos?
Para poder encontrar una respuesta a esta pregunta, vamos a recurrir al mapa de la Creación representado por el llamado “Árbol de la Vida”, una construcción geométrica basada en proporciones matemáticas concretas y cuya progresión se sustenta en la raíz cuadrada del número tres, siendo este representativo de las tres fuerzas primordiales que gobiernan toda manifestación física: una fuerza activa, una fuerza pasiva, y una fuerza neutra. No existe creación sin estas tres fuerzas o energías, y, por ello, es la base para todo desarrollo geométrico y matemático de los modelos sobre la estructura de esta Creación. Este “árbol de la vida” se inicia con la figura que se denomina la Vesica Piscis, una de las formas geométricas más importantes para entender los patrones geométricos de todo lo que existe.
Un Vesica emerge de la intersección de dos círculos de igual radio, puestos de tal forma que la circunferencia de uno se encuentra en el centro del otro. Primero, simplemente dibujamos un único círculo y construimos nuestra circunferencia. Luego, para dibujar el segundo, ponemos el compás, sin modificar su apertura, en cualquier punto de la circunferencia del círculo dibujado, asegurándonos que tiene el mismo radio:
El área donde ambos círculos se sobreponen, o se intersectan, es llamado la Vesica, cuyo ancho puede ser calculado haciendo una línea de extremo a extremo, como vemos en la figura número 3. Según las tradiciones místicas y esotéricas que tienen como base la geometría sagrada, la Vesica Piscis es una llave geométrica muy poderosa para sacar a la luz el significado críptico de algunos de los símbolos ocultos más potentes.
La Vesica Piscis representa la interrelación de dos entidades distintas, la complementariedad de los opuestos, y la necesidad que tienen ambos uno del otro para existir. Uno de los círculos hace referencia al aliento del ser, que es eterno, mientras que el otro hace referencia a la creación de la materia, siempre cambiando y adaptándose, de forma que la Vesica Piscis, como la intersección de ambos, simboliza aquello que media entre el espíritu, el alma y la psique.
Y cuando uno se pone a observar libros de arquitectura, lo que sí que está claro, es que, a lo largo de la historia, todas las grandes obras, construcciones y diseños que comprendían las reglas de la manifestación de la realidad, han tenido la Vesica Piscis como figura primordial para ello, tanto es así, que para Platón y sus profesores en Egipto era un arquetipo de la belleza ideal, o incluso en culturas orientales, con un rombo en el interior, era usado como el símbolo del útero materno.
El hecho de que la Vesica Piscis sirva de base para crear muchas otras figuras geométricas, es lo que le da el carácter tan místico y profundo. El escritor esotérico y anticuario John Michell estudio largamente el significado arcaico de este símbolo y su conexión con la mayoría de templos sagrados del mundo, y escribió al respecto:
“La reconciliación del 6 con el 5 [refiriéndose a objetos con ese número de caras o planos], así como otros muchos objetos en la geometría sagrada, puede ser alcanzada mediante el uso de la Vesica Piscis. Esta figura es la más simple y a la vez más informativa de todas las figuras geométricas, el “útero” de donde nacen todos los números y relaciones de los templos y construcciones. Gracias a su reputación entre los constructores de catedrales medievales, la Vesica siempre se ha considerado un símbolo esotérico alrededor del cual representar los grandes misterios, teniendo, además, continuidad, pues influyo notablemente en los arquitectos y estudiosos del Renacimiento…”
El hecho de que a partir de la Vesica se puedan desarrollar polígonos de cinco y seis lados, así como otros muchos, constituye una propiedad formidable para este símbolo, que desde siempre se ha mantenido asociado al matrimonio sagrado entre las esencias espirituales, representadas por el círculo de la derecha, penetrando el mundo de lo material del círculo de la izquierda, mientras que los ejes largo y ancho se han considerado respectivamente el aspecto positivo y el aspecto negativo de esta interpenetración y sobre posición de ambos mundos. El rombo, compuesto por dos triángulos equiláteros que puede ser dibujado en el centro de la Vesica Piscis, representa de nuevo la dualidad de la existencia, el triángulo superior el aspecto positivo, y el triángulo inferior el aspecto negativo.
Así, en el Vesica tenemos un potente símbolo, representando en general el proceso de nacimiento de la Creación, la unión de los mundos, la dualidad del proceso y la influencia de la energía o espíritu sobre la material, además de, geométricamente, ser la clave para la creación de todas o casi todas las figuras geométricas, hecho que le valió el ser usado en todo aquello que tenía que ver con el simbolismo esotérico de la Creación, y como base para todas las construcciones y estructuras sagradas de la historia, usando también, como base, las propiedades armónicas que existen en la relación de su alto con su ancho. Ahora, nosotros, llegados a este punto, que espero os haya hecho entender brevemente el porque de la GS, nos pondremos a usar el poder de la misma y su simbolismo asociado para evocar en nuestro subconsciente diferentes arquetipos asociados a la Creación, de lo que hablaremos en el siguiente artículo.