Eso es todo lo que venimos a hacer en nuestra experiencia terrenal, en nuestra vida. Eso es todo el propósito de nuestra existencia, de lo que somos, de lo que queremos ser. Somos parte infinitesimal de la gran energía de todo lo que existe, pero aunque parte pequeña, somos poseedores de todo su potencial.
Estamos aquí porque hemos elegido experimentar el Todo, experimentar el placer de la Creación, tenemos el poder para hacerlo y no tenemos porqué renunciar a ello o tenerle miedo o temor.
Nuestro Yo Superior, la parte de nosotros no encarnada, que coordina todo nuestro proceso evolutivo en esta dimensión, puede dirigirnos hacia las experiencias que hemos decidido experimentar en el transcurso de esta vida. algunas pueden que provengan de experiencias pasadas incompletas (el karma, entendido como el principio de causalidad por el cual a cada acción le corresponde una reacción), otras fueron decididas por nosotros mismos antes de encarnarnos.
Así que todo lo que debemos hacer en estos momentos es aprender a crear, a manifestar conscientemente nuestra vida, a ver que todo lo que poseemos y tenemos es porque ha sido creado por nosotros. Dejemos que nuestro Yo superior nos vaya guiando hacia aquellas experiencias que hemos definido de antemano y por el resto juguemos solo a experimentar lo que deseamos ser y vivir.
Es una gran revelación, y es lo que da sentido a todo lo que somos y podemos vivir. ¿Qué quiero experimentar en estos momentos? Tengo que definirlo, y aprender a crearlo, porque una vez entienda e interiorice el mecanismo de forma que me sea automático hacerlo, no va a haber ningún momento en el que no sienta la dicha de haber sido el creador de cada cosa que suceda en mi vida.
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