En la cubierta del viejo barco dos pasajeros hablaban entre ellos, tratando de encontrar respuestas a las informaciones que habían oído sobre la separación de los dos mundos. Nadie entendía, demasiado, como se estaba produciendo el proceso, algo que era difícil de percibir y notar, y ¿cómo saber si uno realmente estaba listo para irse a la nueva Tierra o no? De hecho, nadie terminaba de tener respuestas claras, así que, todo lo que podían aventurar, eran los procesos que, a priori, creían estar viviendo de la forma más objetiva posible.
Viendo aproximarse a uno de los marineros, los dos pasajeros se acercaron a ver si podían hacerle algunas preguntas y solucionar algunas dudas. El marinero les saludó y les escuchó atentamente.
– Verás, – dijo uno de los pasajeros – todos por aquí se preguntan la misma cosa, ¿Qué pasará si uno de nosotros da el salto al nuevo barco? ¿Cómo vivirán los demás si uno que ayuda o sostiene a otros, que forma parte de una familia, de repente decide irse y no volver jamás?
– Bueno – respondió el marinero – eso es algo que todos estamos en proceso de comprender mejor a medida que observamos como se produce el cambio en el que estamos metidos, y lo que sabemos y vemos es que los procesos son dinámicos, ya que, mientras los monitorizamos, vemos que están cambiando y ajustándose constantemente.
Veréis – continuó explicando – actualmente, si uno de vosotros quisiera y se pusiera a trabajar en si mismo para elevar su vibración, conciencia y frecuencia de resonancia al nivel permanente del nuevo barco, de la “nueva Tierra”, efectivamente podría traspasar a ella. A lo largo de la historia ha habido personas que, habiendo alcanzado el nivel adecuado, ya no resonaban más con la vibración del viejo mundo, y han salido del mismo, camino de otros barcos donde el siguiente nivel evolutivo estuviera disponible para ellos. algunos lo han hecho dejando atrás el cuerpo físico, falleciendo, como hacemos todos, y volviendo a encarnar en un nuevo vehículo, pero otros se han desvanecido de la noche a la mañana, en una transición “física en vida” y manteniendo la continuidad de conciencia durante el paso. Pero aquellos que lo hicieron así se cuentan en poca cantidad y no ha sido una forma de transición común entre niveles evolutivos para los seres humanos. Aun así, en estos momentos, esto sigue siendo posible. Todo aquel que, por su propio trabajo y esfuerzo personal, consiga mantenerse anclado al nivel de la nueva realidad permanentemente, podrá transicionar a ella. El nuevo barco ya admite, según percibimos, nuevos pasajeros que vengan de este actual en el que estamos, aunque quizás muy pocos sepan irse definitivamente al mismo en estos momentos.
– Entiendo – respondió uno de los pasajeros – significa eso que el destino parece estar listo, vamos a decirlo así, pero ahora mismo es difícil, para la gran masa, ¿cambiar de forma individual?
– Algo así. Lo que sucede es que, para la mayoría de personas, este tipo de transición individual, por ellos mismos, no va a ser posible, tal cual, al menos hasta que no cambien más las cosas en nuestro entorno. Los seres humanos estamos en general – decía el marinero – todavía en un nivel relativamente básico, hablando a nivel planetario, ya que no llega ni a un cuarto de la población total aquellos que se encuentran en niveles de vibración y de conciencia altos y pertenecientes a la nueva Tierra, por todos los parámetros que ya conocéis y el pirateo del juego en el que estáis metidos. Por ese motivo, la mayoría irá transicionando en bloques, en grupos, que son los que os darán la fuerza, energía y el apoyo para que se formen pequeñas masas críticas “locales” que os vayan haciendo “elevar” y sintonizaros con esa nueva realidad.
Tenéis que pensar que vuestro planeta actual os ama mucho, y que hace todo lo posible para que la mayoría de los que estáis en él le acompañéis al nuevo destino evolutivo. Así, lo primero que está tratando de hacer es aumentar su vibración todo lo posible para que haya mucha más gente que, consciente o inconscientemente, esté siendo traspasada al nuevo barco, aun en la parte solapada entre ambos, pero siempre en la zona que pertenece a la nueva Tierra. Ya se han producido varios de esos ajustes, no hace ni unas semanas que muchos de vosotros os disteis cuenta de un cambio vibracional, donde diferentes líneas temporales se juntaron y unificaron, moviendo mucha gente a líneas más altas. Para los que habéis estado atentos, habréis visto que, desde no hace mucho, el entorno parece, sutilmente, vibrar un poco más “alto”. No es más que uno de los múltiples pequeños empujones que vamos a notar en los próximos años, acercándonos más y más a la frecuencia de resonancia y vibración de nuestra nueva Tierra, los 15.6 Hz que ya conocéis.
Esto sucede por dos razones, primero, porque es necesario para acelerar la separación de ambos mundos, y para consolidar el camino hacia la nueva realidad, y, segundo, porque puesto que la mayoría de personas no están por la labor de trabajar en si mismos, no queda más remedio que simplemente arrastrarlos al cambio por los ritmos que el planeta imponga, y por el trabajo de aquellos pioneros que tiren del carro, para lograr la creación de masas críticas que arrastren con ella al máximo número de personas posible, que resuenen mínimamente con esta vibración y se enganchen a ella. Así, creemos que, de esta forma, se podrán ir produciendo saltos en pequeños grupos y conseguir que una gran parte de la raza humana transicione en este fin de ciclo. Desde ahora, la humanidad que esté vibrando ya con la nueva Tierra irá experimentando una transmutación sin precedentes y los cambios energéticos y frecuenciales serán más y más aparentes, siempre hablando en términos de procesos vibracionales, y a lo largo de los próximos años que tenéis por delante.
– Quieres decir que, de alguna forma, con que estemos resonando un mínimo con la vibración de esa nueva Tierra, ¿ya se nos irá “moviendo” automáticamente hacia la nueva realidad?
– Si, más o menos. Quiero decir que habrá diferentes “ventanas de paso” porque las personas se irán agrupando, separando, uniendo y moviendo de un sitio a otro según su frecuencia de resonancia con otras personas y con diferentes entornos. Por esa razón, no vas a dejar a nadie atrás que en estos momentos no estés ya dejando atrás. Aquellos que ya no resuenan contigo son personas que dejan de estar presentes en tu vida, y esta separación se irá incrementando gradualmente. Llegará un momento que ya no recordarás a personas que eran parte de tu vida hace 3 o 4 años, porque estaremos en niveles de vibración distintos, cada vez más dispares entre si. Posiblemente llegue un momento en que no tengamos conciencia de la vieja Tierra en absoluto, de igual forma que ahora mismo, posiblemente, no tienes conciencia de lo que le está sucediendo a aquellos que pasaron por tu vida hace 10 años y desaparecieron de la misma. Ni aunque te pusieras a tirar del hilo y de tus contactos para volver a saber de ellos, no podrías, pues de alguna forma, para ti, “han desaparecido” de tu realidad. Quizás alguno, sin tu saberlo, ya esté en ese nuevo barco.
– Entonces el proceso de transición es relativamente largo – razonaba uno de los pasajeros – y no todos van al mismo ritmo por lo que veo.
– Correcto – respondió el marinero – al menos así parece que van las cosas en este momento, ya veremos más adelante que sucede, pues es la propia humanidad la que tiene el mando del acelerador o del freno, en el sentido de que cuanta más gente se ponga las pilas y se prepare, más fácilmente se llegan a las masas criticas necesarias para influir en el entorno donde esas personas se encuentren, haciendo que, aquellos que están cerca, automáticamente se vean arrastradas a un nivel superior correspondiente al alcanzado por la masa crítica con la que están sintonizados. Puesto que diferentes zonas, grupos y regiones funcionan a diferentes velocidades, habrá quien esté listo para sintonizar permanentemente la nueva realidad antes que otros, y, si la cosa sigue como hasta ahora, será así, por grupos, grandes o pequeños, como se irá produciendo el paso.
– Ya lo entiendo, o al menos ya me hago una idea genérica de lo que quieres decir. Ayer intentaba explicárselo a otros pasajeros amigos míos pero me miraban como si me hubiera bebido todo el ron de las bodegas y estuviera soltando tonterías.
– Si, lo sé, jeje – rió el marinero – no te preocupes, hay muchas personas que siguen con la mirada puesta en el viejo barco, y eso es lo único que les preocupa. No intentes forzar el camino evolutivo de nadie, respétalo, y trata de entender que cada ser humano tiene un ritmo distinto. No dejes que te afecten sus opiniones, tampoco, pues si tu estás listo para el cambio, te verás abocado al mismo y lo irás notando cada vez de forma más aparente. Recuerda que una de las reglas principales para ayudar a los demás es no infringir nunca su libre albedrio, y que todo, siempre, nos sucede de acorde a nuestro plan evolutivo.
Y así pasajeros y marinero se despidieron, prometiéndose volver a quedar para seguir charlando y tratando de comprender mejor lo que estaban viviendo y experimentando, y sabiendo que, de alguna forma, todo llega cuando tiene que llegar y de la forma en la que tiene que llegar. Y es que, como dice un refrán entre marineros, “quien buen Norte tiene, seguro va y seguro viene”.
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