Los que habéis leído y estudiado a Gurdjieff, a través de sus mismos escritos o a través de P.D Ouspensky, os habréis dado de bruces y consumido neuronas (al menos ese fue mi caso) para entender todas sus enseñanzas respecto a las diferentes fuentes de alimento que precisa el ser humano, y su codificación en tres componentes básicos que denominó carbono, oxigeno y nitrógeno.
Con el paso de los años, y tras haberle releído varias veces, entiendo ahora a que se refería y porqué son tan importantes estas enseñanzas en nuestro día a día. Los que ya sabéis de que va el rollo podéis saltaros el artículo, para el resto, os explico a que me refiero.
Alimentos físicos, aire e impresiones
El cuerpo humano, decía Gurdjieff, necesita tres cosas principales para poder funcionar correctamente. Lo primero es la comida física, la alimentación tal cual, lo que entra por la boca y va a parar al estomago. Nada que explicar aquí. A este tipo de alimentación Gurdjieff le llamo “Carbono”.
Lo siguiente es por supuesto el aire, el prana, el chi, lo que entra por la nariz y se procesa en los pulmones. A esto se le denominó Oxígeno, y por supuesto es también bastante obvio.
Al tercer componente Gurdjieff le llamo “impresiones”, y no es otra cosa que las diferentes energías que recibe el sistema no físico del ser humano, desde emociones y sentimientos, hasta ideas, creencias, pensamientos, flujos etéricos del entorno, energías del planeta, energías del universo, etc. Al conjunto de “impresiones” Gurdjieff lo denomino “Nitrógeno”.
¿Cómo funciona el vehículo orgánico que poseemos entonces?
La mezcla de estas tres unidades, Carbono (C), Oxígeno (O) y Nitrógeno (N) dependiendo de como se mezclan entre ellas, y dependiendo de lo que Gurdjieff llamaba “choques”, es decir, puntos de inflexión, puntos de presión, puntos donde se modifican, se juntan, se separan o se mezclan estas energías, se produce la energía final que es la que hace que funcione el organismo físico que usamos como vehículo evolutivo. Así, a la mezcla de estas tres unidades, Gurdjieff la denominó Hidrógeno (H).
Un Hidrógeno de muchas clases
Sin embargo, este hidrógeno, esta energía resultante de la mezcla de las diferentes formas de nutrirnos que tenemos los seres humanos tiene muchos niveles de pureza, muchos niveles de calidad. Como la gasolina, no es lo mismo usar gasolina de 95 octanos que de 98, o gasoil, o combustible para aviones. De igual forma, la combinación de estas tres energías pueden suponer que una persona esté nutriéndose con hidrógeno de una altísima calidad, o con hidrógeno de pésima calidad, ya que el combustible que precisa el cuerpo humano no depende solo de lo que comes o del tipo de alimentación que llevas, sino de la mezcla correcta de los tres factores que producen la energía final que nuestro “coche” necesita.
Por ejemplo, una alimentación (carbono) adecuada, un aire (oxigeno) limpio y sano, y un entorno energéticamente positivo (nitrógeno) produce una energía (hidrógeno) de muy alta calidad, de muy alto octanaje, de forma que el cuerpo humano tiene entonces un potencial impresionante para desarrollarse debido a que tiene la gasolina adecuada para ello.
A partir de aquí todas las combinaciones posibles nos dan todos los tipos de energía que podemos generar (hidrógeno) nosotros mismos. Por ejemplo, comer muy “sano” (sea cual sea tu definición de sano) pero vivir en una gran ciudad y respirar un aire contaminado, además de vivir en un ambiente de estrés y estar todo el día sumido en emociones negativas y pensamientos dañinos produce un carbono de alta calidad, un oxigeno de pésima calidad y un nitrógeno por los suelos. El resultado es un hidrógeno que a duras penas da para mantener el cuerpo humano funcionando.
Por otro lado, comer regular, respirar un aire más o menos limpio, y vivir en un entorno positivo, con una visión optimista de la vida, con alegría, etc., produce un carbono aceptable, un oxígeno bueno y un Nitrógeno excelente, haciendo que el hidrógeno resultante sea de muy buena calidad. La salud de esta ultima persona será mil veces mejor que la salud del ejemplo anterior, porque su vehículo físico estará siendo nutrido por un hidrógeno de un octanaje mucho más alto.
La gran manipulación del hidrógeno
Sabiendo esto, realmente es muy fácil entender que se puede hacer, por parte de nuestras “élites” y gobiernos en la sombra varios para mantener a los seres humanos en mediocre estado.
Cuando deseas que el “hidrógeno” producido por la humanidad sea el de peor calidad posible, debes actuar simultáneamente sobre todos los elementos que lo componen. Para el carbono, el primer componente, la acción es tomar es muy obvia, se actúa sobre la comida física. Nada que no sepáis ya.
El segundo paso es actuar sobre el aire, reduciendo la calidad del “oxigeno”, de ahí que las grandes ciudades sean un cúmulo de contaminación terrible. Todo esto es físico, es fácil de generar y manipular, así que no les cuesta mucho trabajo mantener una atmósfera respirable pero lejos de ser “sana”.
Por el contrario, lo que si que les cuesta mucho más trabajo es el manipular el nitrógeno, pues es un compendio de energías que posee el potencial de anular los efectos negativos del carbono y del oxigeno. Es decir, si te alimentas mal o regularmente mal, y tu aire que respiras está viciado y semi-contaminado, pero tu entorno energético es sano y positivo, tu hidrógeno tiene la suficiente calidad como para darte un buen combustible para tu día a día.
Manipular las emociones y el entorno energético
Así que para actuar sobre el nitrógeno hay que actuar en muchos frentes, pues hay que mantener al cuerpo humano constantemente en una frecuencia muy baja. Aquí vienen los maravillosos inventos de la televisión, la telefonía móvil, el wi-fi, etc. No me malinterpretéis, son muy útiles, yo soy el primero que está todo el día trabajando con un ordenador, simplemente os cuento como nos manipulan el nitrógeno para que se reduzca el octanaje de nuestro hidrógeno. Todo lo que se transmite por la televisión y los medios de comunicación en general, TODO, sean noticias o programas de entretenimiento, salen de una pantalla que emite una frecuencia de unos 60Hz que nos semi-hipnotiza, abriendo paso a las emociones negativas asociadas al temor, la impotencia y la preocupación que contienen luego esos programas y telediarios. Básicamente no hay nada que venga de la tele que os pueda elevar vuestra frecuencia de resonancia, por mucho amor que salga en las películas que veáis, pues está siendo modulado por otro tipo de frecuencia que ni de lejos se convierte en un nitrógeno de calidad. De todas maneras, quien dice la tele dice cualquier cosa de nuestro entorno, pues la mayoría de personas viven estresadas por su trabajo, su hipoteca, sus problemas, sus crisis, su dolores varios, sus enfermedades, sus sueños no cumplidos, etc. Nitrógeno de pésima calidad, que mezclado con oxigeno regular, y carbono así así, da lugar a un hidrógeno que realmente lo único que hace es mantenernos “vivos”, lo justito para que las funciones físicas estén más o menos en marcha, pero no permite el desarrollo interno de la persona, pues no suele haber energía suficiente para poder trabajar en despertar otras funciones y partes del ser que permanecen “dormidas” ya que necesitan energía de mayor potencia y calidad para poder ser despertadas.
Así que, dentro de las posibilidades de cada uno, habría que mirar de incrementar la calidad de nuestro carbono, de nuestro oxigeno y sobre todo de nuestro nitrógeno, de forma que el hidrógeno producido no sea simplemente gasolina barata, sino realmente combustible para cohetes, y de ahí, a cambiar el mundo personal de cada uno, no hay más que un paso.