Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Ábrete corazón…

1239855_10151581317020881_993587256_n

Estirado en el saco de dormir me puse cómodo, habían de pasar unas cuantas horas en aquella cabaña en la montaña, y el trabajo interior que había que hacer requería que todo fuera lo más armónico y confortable posible. La estufa de leña mantendría la temperatura adecuada, pero las sensaciones térmicas nunca son lo que parecen cuando uno está viajando con la conciencia.

Al principio no pasó nada, las dos primeras horas solo rememoraban recuerdos lejanos al son del tambor y la flauta que, por otro lado, recuperaban memorias de tiempos ya vividos, pero enterrados en lo profundo del alma, quizás de muchas vidas anteriores. Yo conozco esas canciones, yo también las cantaba…en aquella ceremonia, en aquella tribu…

Luego, poco a poco, vinieron a buscarme, la conciencia se empezó a expandir y conceptos que a la pura personalidad le parecían complejos y dificultosos, a la luz de la energía que notaba en mi cuerpo supusieron revelaciones sencillas que comprendí sin esfuerzo. Supe quien era, como personaje, supe quien había debajo del personaje, y supe que había en lo más profundo de lo que había debajo de todos los personajes que era y siempre había sido.

Ahí fue directo la oleada de energía que envolvió mi esencia, mi mónada, mi chispa divina, mi espíritu, y lo potenció a un nivel que jamás, la personalidad que gestionaba el cuerpo que esa esencia o chispa divina habitaba, había conocido.

Y empezó el viaje. La esencia, proyectada desde la parte de atrás del ombligo, desde el interior del cuerpo, tomó el mando, relegó a la personalidad virtual a un lado con mucha delicadeza, explicándole su función y su papel, relegó a un lado también a los cuerpos superiores que pertenecían al errante que también era parte de esta encarnación, por debajo de la personalidad humana, y la luz interior se hizo con el control absoluto de la existencia terrenal que seguía yaciendo dentro del saco de dormir.

Y así comenzó la verdadera odisea. La esencia, el espíritu, fue instruido sobre como hacer para liberar a otros hermanos y hermanas. Lo curioso es que la personalidad jamás se dirigió a otras personalidades en esos términos, pero cuando la esencia tomó el mando, no veía a las otras personalidades, sino que solo veía a las otras esencias en el interior de cada una de esas personalidades, y todas eran hermanos e iguales. Y la esencia recibió instrucciones. Una voz de otra conciencia externa le explicó lo que debía hacer. Sanar a otros, le dijo, pero no como lo has hecho hasta ahora, sino desde la esencia que eres, despertando a los otros espíritus que moran en el interior de cada una de las personas y dirigiendo el trabajo de la propia luz de cada uno para que ellos se sanen a ellos mismos.

¡Era tan sencillo! Había tanta felicidad en la luz que se mantenía expandida a un nivel tan alto, que para la personalidad virtual del cuerpo, que solo podía observar desde un segundo plano, le parecía tener una central nuclear en el interior del vehículo físico que siempre había dirigido, funcionando a plena potencia.

La voz de esa otra conciencia que guiaba el trabajo de instrucción mostró entonces a la esencia como se debían hacer las sanaciones. Extiende tu mano, pidió. El cuerpo físico levantó la mano derecha. Ahora, proyecta tu energía por tu mano hacia las personas que tienes alrededor. Tienes que conectar con la esencia de cada uno como primer paso.

La energía salía por la mano como si siempre hubiera estado ahí con esa misma potencia, y un fino hilo de luz se proyectó hacia una persona.

– Está muy bloqueada, no tiene demasiados huecos por donde entrar- dije.

– Busca un chakra que esté más abierto, o usa los orificios de la boca o la nariz – respondió aquello que me guiaba.

Mi esencia entró en el interior del cuerpo de aquella otra persona, ajena a todo esto, que posiblemente yacía en cualquier otro sitio a muchos kilómetros de distancia.

-Ahora, instruyó la voz, tienes que liberar al espíritu de esa persona, atrapado en ese cuerpo, presionado por la personalidad virtual sin saber como escapar. Baja a lo que llamas el núcleo, el Hara, y transmuta todos los bloqueos que encuentres ahí.

– Oh dios, ¡cuantos barrotes, miedos, muros y capas bloquean la expansión de la esencia de esta persona!

– Si, respondió la voz, todos están así. Tus hermanas llevan mucho tiempo deseando salir, pero no pueden hacerlo sin ayuda. Ahora, libérala.

El cuerpo físico, dentro del saco, levantó las manos, mientras la esencia proyectaba más energía y, en la pantalla mental, la personalidad pudo ver como, con un solo movimiento, podía concentrar todos esos bloqueos en una sola bola energética, y, con un soplido, con la intención de que aquello desapareciera, la cárcel que mantenía a la esencia aprisionada se desvaneció.

– Hola hermana- dijo mi esencia a la esencia que acababa de liberar- perdona… que haya tardado tanto tiempo en venir, no estuve listo hasta este momento…

– Hola hermana- respondió la luz que brillaba ahora enorme en aquella otra persona – es una gran alegría verte, no hubo tiempo de espera, todo fue siempre un juego, y llegaste correctamente cuando realmente el juego se está terminando y es hora de salir de aquí ya.

– Si, y ahora tienes mucho que hacer, pues mi cometido solo es liberarte, para que tu puedas sanar tu propio vehículo y el cuerpo que usas con su personalidad.

– Instrúyeme, por favor, no se como hacerlo. Nunca salí de esa prisión que quitaste.

– Sígueme entonces. Mi esencia subía por el canal central del cuerpo etérico hacia la cabeza – tienes que liberar a tu vehículo físico de la conexión con el sistema que controla a los humanos. Yo te abriré un hueco en la esfera mental que tienes que desmontar, pero luego yo no puedo hacer nada más, tu misma tendrás que empezar a desprogramar la conexión. Solo introdúcete en la esfera de la parte de atrás de la cabeza, y evalúa cuanto de preparada está tu personalidad para ser sanada. A partir de ahí, es tu decisión como y cuando limpiar, sanar y desconectar tu vehículo hasta que llegues a tomar el mando del mismo. Ahora, debo retirarme, pues no puedo tomar decisiones sobre lo que debes hacer con tu vehículo orgánico ni la personalidad que tiene.

Las manos del cuerpo volvieron a meterse dentro del saco de dormir. Que fácil había sido liberar a esa persona, ¿Cómo no había sido capaz de hacerlo antes?. La voz que me guiaba dijo que antes no había estado preparado para ello, pues el trabajo que había tenido que hacer sobre mi cuerpo físico y emocional,  y la personalidad que lo habitaba era largo, y aun tenía mucho por delante, pero hoy ya estaba lo suficientemente listo para poder hacer esta prueba y recibir este aprendizaje.

– Enséñame a sanar a más personas simultáneamente – dijo mi esencia – aprovechemos esta noche que estás conmigo para instruirme y que no llegue la luz del día sin haber comprendido todo lo que debo comprender.

– Entonces proyecta tu esencia hacia todas aquellas personas que desees sanar.

Dicho y hecho, unas 20 personas aparecieron en la pantalla mental de la personalidad virtual que seguía registrando todo desde un segundo plano mientras dejaba actuar a la esencia. Levantando ambas manos, unos flujos de energía de una luz y pureza enorme fueron atravesando el tiempo y el espacio hacia esas personas.

– Entra en ellas, busca la forma de entrar en ellas, por un chakra, o por un orificio natural del cuerpo, entra en ellas y vete a su núcleo.

Así lo hice, simultáneamente, mi esencia conectó con el núcleo del espíritu de cada una de ellas.

– Ahora, transmuta todos sus bloqueos, barreras y miedos.

– Buf, ¿de 20 personas a la vez? – se oyó decir a la personalidad. Si, yo se como hacerlo. Mi energía se concentró simultáneamente y rodeo cada bloqueo y limitación que la esencia de esas personas poseían. Ahora, ¡transmútalos! – la orden llegó y la orden se ejecutó. 20 esencias se liberaron de golpe.

– Hola hermanas – que felicidad siento al veros libres. Que alegría más profunda al ser parte de este juego y veros por fin listas para terminar con el mismo. Ahora, seguidme.

Mi esencia con autoridad sabia lo que tenía que hacer. Muchas de esas personas jamás habían conectado ni sentido al espíritu de pura luz que moraba en su interior, y ahora ese espíritu estaba libre, no importaba que la personalidad lo notara o no, eso ya llegaría con el tiempo si tenía que llegarles como entendimiento o solo como sensación.

– Debéis sanar vuestros cuerpos físicos y vuestras personalidades virtuales – dije. Empezamos por la esfera mental más importante. venid. Con un movimiento de las manos, mi esencia guió a las esencias de las personas hacia la cabeza de sus cuerpos físicos. Yo os abro el paso, les dije, vosotras decidís que se desconecta, que se sana y que se desprograma, según pueda aguantar cada uno de los vehículos que ocupáis. Ahora, tenéis la entrada libre, y yo me retiro, hermanas.

De vuelta a la sala, la estufa de leña mantenía el calor y mi cuerpo físico se mantenía cómodo. Ahora ya comprendes como debes empezar a hacer las sanaciones, dijo la voz que guiaba la experiencia.

Durante las tres horas siguientes, a pesar de que perdí toda noción del tiempo físico, repetí el mismo proceso, por intervalos, por oleadas, a decenas de personas. Luego, poco a poco, vi disminuir la potencia de mí núcleo, de mí espíritu, de mí esencia.

– Llega el momento de que me retire yo también – dijo la voz de la conciencia que había guiado todo el proceso de instrucción- ahora ya sabes a donde tienes que llegar. Lo conseguirás cuando, terminando tu trabajo personal, desmontes por completo tus propias barreas mentales, tu programación y los miedos que te quedan aun enterrados, y tu esencia tome el control de este cuerpo el 100% del tiempo, con el 100% de su potencial. La instrucción ha sido completada, lo que has hecho hoy no lo olvidarás jamás.

Poco a poco mi esencia perdió energía, y la personalidad virtual notó como volvía a controlar el vehículo físico, con la diferencia que ya comprendía que ella solo era una mera herramienta para que, algo más profundo, en el momento en el que estuviera preparada, tomara definitivamente las riendas de esta existencia.

De fondo, y como había sucedido toda la noche… el tambor seguía sonando, y la canción que ya conocía de antaño resumía con gran sabiduría lo que acababa de suceder… una canción que tampoco olvidaría nunca, pues sus palabras no iban destinadas a la mente, sino a la esencia de quien la escuchaba… unas palabras que solo pedían una cosa: ¡¡ábrete corazón!!

Ábrete corazón
ábrete sentimiento 

ábrete entendimiento
deja a un lado la razón
y deja brillar el sol escondido en tu interior.

Ábrete memoria antigua
escondida en la tierra
en las plantas
bajo el fuego
bajo el agua.

Es tiempo ya
Ya es hora
ábrete corazón
y recuerda como el espíritu cura
como el amor sana
como el árbol florece
y la vida perdura
Que para llegar a Dios
hay que aprender a ser humano

Ábrete corazón
ábrete sentimiento
ábrete entendimiento
deja a un lado la razón
y deja brillar el sol escondido en tu interior.

 

 

Profundiza en este tema y amplia tu conocimiento sobre los diferentes aspectos “del mundo que no vemos”