Como veíamos en el artículo anterior, según las enseñanzas pitagóricas (al menos las que han trascendido), un cosmos o universo está formado por una estructura que puede dividirse principalmente en 7×7= 49 niveles o planos frecuenciales, y, a medida que se van reduciendo las escalas (universo, galaxia, sistema solar, sistema planetario, etc.), se van reduciendo el número de planos en los que se manifiestan estas sub-divisiones de la Fuente primaria.
Puesto que cada plano está compuesto de partículas primordiales de energía combinadas del plano inmediatamente superior, nuestro plano 49 (el físico) está siendo constantemente llenado con átomos primordiales de un nivel más alto, que es lo que hace “crecer” el espacio que vemos como el universo físico, y darnos la sensación de expansión del mismo. El universo se expande, y las galaxias se separan entre si (genéricamente, otras se atraen por otras fuerzas), porque el espacio “vacío” entre ellas constantemente está recibiendo un influjo desde planos superiores que las aleja como si de un globo siendo hinchado se tratase.
Los planos del sistema solar
Nuestro sistema solar, y por extrapolación, imagino, todos los sistema solares de nuestra Vía Láctea, está compuesto solo por los siete últimos planos o niveles frecuenciales, aquellos que van desde el plano 43 al 49 de esta escala, desde el plano llamado normalmente ádico al plano físico. Puesto que la composición energética de estos últimos siete niveles es la más densa de los 49 en existencia en el cosmos, las partículas primordiales que los componen, las mónadas o unidades de conciencia, son también las 7 últimas más densas de la tabla o estructura del universo. La combinación de estos 7 tipos de partículas o bloques formativos de los planos 43 a 49, cada una con sus correspondientes características y nivel frecuencial, es lo que da lugar a los diferentes estados de la materia existentes en el sistema solar y, de nuevo, que la mayoría de escuelas llaman de la siguiente forma:
1 (el más sutil):. estado atómico, 2. estado sub-atómico, 3. estado súper-etérico, 4. estado etérico, 5. estado gaseoso, 6. estado liquido y 7 (el más denso): estado sólido.
Puesto que Pitágoras y sus enseñanzas lo basaban todo en números, cuando querían referirse al estado sólido de la materia en el plano más denso de todos, el número 49 de la escala, lo designaban como 49:7, mientras que si por ejemplo, querían hacer referencia al estado vibracional del plano etérico lo designaban como 49:4 (recordad que, en este esquema, el plano etérico se considera la capa superior del plano físico, siendo 49 el plano físico, y 4, el estado etérico de la materia que existe en él). Además, conectaban también la vibración o energía de las fuerzas elementales (tierra, agua, aire, fuego y “akasha” o éter o azoth – que tiene tantos nombres…) con los cinco últimos estadios de la materia, tal que:
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7. Estado sólido –> elemento tierra
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6. Estado líquido –> elemento agua
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5. Estado gaseoso –> elemento aire
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4. Estado etérico/plasma –> elemento fuego
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3,2, 1. Estados súper-etérico, sub-atómico y atómico –> akasha o azoth o éter
Los planos de los sistema planetarios
Siguiendo con la estructura de niveles, dentro de un mismo sistema solar, y para cada planeta perteneciente al mismo, los tres primeros niveles (planos 43, 44 y 45) son usados para aquellas formas de vida que han trascendido toda forma de materia física y se mueven solo en niveles de vibración por encima del estado etérico. Así, los planos que llamamos ádico (43), monádico (44) y átmico (45) son el “hogar” o el plano base de existencia para aquellos seres, grupos, razas o jerarquías que se encuentran en niveles evolutivos muy superiores al estado actual de la raza humana. Por otro lado, los otros cuatro planos del sistema solar, en cada uno de los planetas que lo componen, son los que sustentan la vida tal y como la raza humana la experimenta ahora, y a donde estamos conectados, por diferentes partes de nuestra composición energética. Así, todo ser humano, tiene algo de si mismo, esté más o menos desarrollado, en los planos 46 (búdico), 47 (mental), 48 (astral como sustrato que amalgama todo el resto de planos) y 49 (físico).
División de los planos inferiores
Cuando nos centramos en la composición energética y de capas vibracionales de nuestro planeta, y de la evolución de la conciencia tal y como está diseñada por estos lares (posiblemente en otros sistema planetarios también), estos planos se han sub-dividido para poder ser estudiados por los seres humanos, a lo largo de la historia, por diferentes escuelas, en otras 7 partes más pequeñas, haciendo que, por ejemplo, el plano mental tenga 7 sub-regiones, el emocional otras 7 y el físico otras 7 más.
La conciencia de las especies
Con la división anterior en mente, y si ahora hablamos de nivel de conciencia de los habitantes y seres que existen en estos planos inferiores del sistema solar y ya hablando concretamente de la Tierra, el reino mineral posee su cuerpo físico (los minerales) en el plano físico (49:1), pero su conciencia en el plano mental. El reino vegetal posee su vehículo evolutivo en el plano físico, pero las mentes grupales o campos morfogenéticos de cada especie se encuentran en la parte baja del plano mental también, mientras que el reino animal posee sus vehículos evolutivos en el plano físico, pero sus mentes o espíritus grupales se mueven entre la parte alta del mismo plano mental.
Por otro lado, la conciencia del ser humano se mueve en el plano mental a nivel de inconsciente colectivo, y es ahí donde estamos desarrollando ahora los últimos estadios de nuestro crecimiento como especie y raza, ya que con los cambios que se están dando en el planeta, dentro de cierto tiempo, empezaremos a existir en los planos superiores a los que ahora aun no llegamos.