Dice un antiguo refrán (en inglés)
To read is to learn, to remember
To write is to absorb, to improve
To teach is to master
Muchos de nosotros aspiramos a ser reconocidos por una serie de habilidades o conocimientos en algún campo específico. Quien más quien menos sueña con ser el «gurú» (en el buen sentido del término) de su especialización, la persona de referencia en su campo, su nicho de mercado, aquel al que todos citan cuando hablan de algún tema concreto. Convertirnos en expertos, gurús o especialistas de un área de conocimiento requiere que desarrollemos nuestra habilidad particular en detalle, que adquiramos experiencia, que la dominemos, que la hayamos vivido y comprendido en primera persona. Nadie se puede erigir en experto en algo si antes no ha demostrado que realmente lo es.
Cada habilidad o conocimiento que deseamos dominar ha de pasar necesariamente por una serie de etapas de maduración hasta que lo tenemos tan asimilado y empapado que ya forma parte de nosotros y de nuestro subconsciente. Adquirir esa nueva habilidad o conocimiento, desarrollarla, mejorarla y dominarla es un proceso que puede ser más o menos largo, dependiendo de cuanto nos apliquemos a su integración y aprendizaje, pero es inevitable que pasemos por él.
Leer
Todos hemos pasado por una época de estudiantes en la que nos tragábamos un libro de texto tras otro. Es uno de los métodos más normales para aprender algo nuevo: leer un libro, un estudio, un periódico, un manual. La mayoría de nosotros aprendemos bien leyendo, obtenemos información que asimilamos. Guardamos datos en nuestro interior, conceptos, los procesamos. Leyendo ponemos las bases para el aprendizaje de algo nuevo. Es la primera etapa de adquisición de conocimiento pero también es común sin embargo que nos quedemos en ella tras la finalización de la lectura. Los «expertos» que solo han leído cosas y hablan de ellas se descubren por la falta de orden y claridad en los diferentes conceptos asimilados. Es el estudiante que vomita lo memorizado, o la presentación de un tema que nos hemos aprendido la noche anterior o el profesional que se vende a si mismo con tan solo un par de libros leídos a sus espaldas.
Escribir
El siguiente paso de nuestro camino a ser un gurú pasa por aprender a poner por escrito los conocimientos obtenidos. Escribir sobre algo que hemos aprendido nos obliga a reflexionar, a ordenar ideas, a resumir y a asimilar. Escribiendo sobre un tema mejoramos nuestra capacidad de entendimiento del mismo. Nos damos cuenta si sabemos explicárnoslo a nosotros mismos, y si sabemos transmitirlo a otro medio desde el reino de los pensamientos. Es aquel que ha leído mucho, lo ha entendido y se pone a escribir artículos, libros, ensayos, reportajes para transmitirlo a los demás. Un blog por ejemplo no es más que uno de esos medios para fortalecer la segunda fase, el reconocimiento y la transmisión de información que otros leerán en su primera fase. Aún no somos gurús en nuestro dominio, pero quizás ya podemos empezar a ser reconocidos por nuestra labor.
Enseñar
La etapa de la consagración como experto mundial de los buenos 🙂 solo viene cuando somos capaces de enseñar a otros de forma generalizada lo que hemos aprendido, de forma que podemos considerar si transmitimos el conocimiento con éxito que hemos completado el ciclo de aprendizaje. Enseñar requiere haber asimilado por completo el nuevo conocimiento, saberlo explicar y transmitir, entenderlo profundamente para contarlo de forma coherente. Solo cuando sabemos enseñar algo a otra persona, entonces podemos dar por válido que hemos completado el aprendizaje de aquello que leímos.
Sube un peldaño
Todos podemos llegar a convertirnos en expertos, pero no a través de operaciones de marketing sino a través de demostrar que hemos aprendido y que podemos ayudar a otros con nuestro conocimiento. Todos tenemos un área en la que podemos hacernos un hueco como personas de referencia, ¿ya sabes cual es la tuya? Y si es así ¿sabes en que fase estás? Estés donde estés te animo a que subas un peldaño. Si solo lees, escribe, si escribes, enseña. Si ya escribes y enseñas, vuelve a leer, porque siempre hay un nuevo conocimiento y habilidad que adquirir para nuestro desarrollo y para el de aquellos a quienes buscamos apoyar.