Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

La capacidad clariauditiva y los chakras de los oídos

La clariaudiencia es la capacidad de escuchar sonidos fuera del rango auditivo «normal» y natural que tenemos los seres humanos y que viene marcado por una fuerte programación restrictiva presente en las esferas mentales, y en los patrones básicos de conducta y emocional, metabólico y egóico, así como algunos centros de control, para bloquear y filtrar hasta eliminar todo aquello que no caiga dentro de los rangos “aceptables” que asimoss determinaron para el avatar humano en el momento de su diseño y creación.

Sin embargo, es obvio que esta capacidad existe, y que no está tan limitada o bloqueada como pudiera entonces haberse pensado, pues hay muchas personas que, entendiendo o no lo que estén oyendo y su procedencia, la poseen en mayor o menor grado, y con menor o mayor capacidad para su desarrollo. ¿De qué depende pues que se active la clariaudiencia y qué nos puede aportar el tener este potencial inherente al ser humano funcional en nuestro sistema físico y energético?

Inicialmente, la clariaudiencia depende en un alto grado del estado de los chakras de los oídos, situados a nivel físico-energético, etérico y mental principalmente, cerca de los pabellones auditivos, y que son los que regulan el flujo de “datos” relacionados con el sonido, que luego son traspasados por el oído “físico” hacia el cerebro, de ahí hacia la esfera mental preconsciente y de ahí hacia los programes de análisis y decodificación para darle sentido a aquello que hemos escuchado. Cuando alguien nos habla, o vemos la tele, escuchamos la radio u oímos música en el coche, el proceso no pasa por casi ningún filtro, pues las frecuencias sonoras de estas emisiones acústicas están dentro de los márgenes y límites permisibles, así que no es especialmente necesario bloquear o filtrar el contenido de nada de lo que salga por la radio, por la televisión o nos cuente otra persona en una conversación. Sin embargo, esto no es así para las comunicaciones, por ejemplo, que dos entes puedan tener alrededor nuestro, o que dos asimoss que están “de patrulla” por la calle por donde pasamos puedan mantener entre sí. Nuestros ojos no los ven, en general, pero si la capacidad clariauditiva estuviera activa en todos nosotros, nuestros oídos sí que podrían llegar a captar esa conversación.

Esto anterior lo digo de forma muy genérica, la conversación “vocal” y sonora no es siempre la manera en la que entes se comunican entre sí, o la forma en la que miembros de REC se hablan, ya que, muchas veces, se usa la comunicación mental o telepática, siendo “natural” para todos ellos su uso, pero no siempre tienen porqué hacerlo, y, cuando eso sucede, si realmente están “hablando” con el equivalente a sus cuerdas vocales y con el equivalente a su lenguaje, y alguien los “capta”, el susto puede ser monumental, porque realmente los estás escuchando, aunque tus ojos te estén diciendo que no hay nadie alrededor tuyo. De nuevo, no es algo que tenga porque pasar siempre, pero no es una situación extraña o anómala si sucede.

Entonces, ¿Qué hacen estos chakras de los oídos?

Por su composición y regulación, los chakras de los oídos tienen dos mini centros de control como los que estudiamos en el primer nivel de DM, a través de los cuales se programa o regula estos límites «sonoros», que luego están también acotados y marcados en todos los demás componentes que hemos explicado. Sin embargo, si quitáramos por completo los límites de los microcentros de control auditivos, los paquetes de datos que entrarían hacia la esfera mental preconsciente aumentarían con toda la información “sonora” que captaríamos fuera de los rangos frecuenciales “habituales”, y los procesos de filtrado de la mente no se darían especialmente cuenta de que esos “paquetes auditivos” en realidad deberían estar “prohibidos” y siendo filtrados por los oídos antes de llegar a ellos para ser decodificados. Como los procesos mentales asumen que el filtrado se ha hecho anteriormente en los centros de control auditivos, no tendrían mayor problema en decodificar el contenido de los mismos y hacérselo llegar a los procesos de gestión de los «yoes» de la personalidad en la esfera de consciencia, entregándolos al “yo” que esté al mando en ese momento y, por lo tanto, haciéndonos conscientes del contenido de la conversación, sorprendiéndonos mucho porque nuestra personalidad, entonces, de repente se da cuenta que estamos escuchando «algo» pero no somos capaces de determinar la fuente, pues ninguno de los otros sentidos ha captado su origen, y, de ahí, se ponen en alerta otros muchos mecanismos porque “algo” no cuadra en la lógica de la situación y es cuando la personalidad empieza a plantearse cosas como “me debo estar volviendo loco porque oigo voces que no se de donde vienen” y cosas parecidas.

¿Cómo desprogramamos o limpiamos los chakras de los oídos para que se active esta facultad clariauditiva?

En general, igual que lo hacemos con los otros centros de control que vemos en el curso, buscando los bloqueos y pidiéndole al YS que elimine la programación “restrictiva” que tenemos en los mismos y creándonos una petición más amplia si queremos que además limpie el resto de los mecanismos que limitan esta facultad o capacidad innata en todos nosotros. Que se active en mayor o menor grado ya depende de muchos factores. El YS de una persona puede considerar que no está acorde al bien mayor de esa persona en ese momento llegar a una activación de esta capacidad, pues quizás hay muchos miedos subconscientes que podrían activarse y que no hemos tenido en cuenta, o quizás no vale la pena el beneficio que pudiera darnos tener un rango auditivo más allá de la parte “física” si eso nos va a generar ansiedad cada vez que captemos “ondas sonoras” de otros seres comunicándose entre sí. Por otro lado, puede tener beneficios porque tus propios guías también pueden intentar comunicarse contigo mediante este canal, haciendo algo más sencillo el que te puedan dar consejos o te puedan asistir con información que te beneficie cuando lo necesites. Así, no es una capacidad que sea bueno o malo tenerla activa, es un canal más de captación de lo que sucede alrededor nuestro y va a depender de muchos factores que podamos darle un uso que nos convenga y que no nos cause mayores problemas cuando oigamos “otras cosas” que puede no gustarnos tanto.

¿Se puede abrir y cerrar esta capacidad a voluntad?

Inicialmente no es algo sencillo de hacer, pero un desarrollo elevado de la capacidad clariauditiva podría llevarnos a un dominio de la misma para poder “cerrar” su funcionalidad cuando no la necesitemos o no queramos escuchar nada del entorno que nos distraiga o agobie o simplemente nos desconcentre, pero no es algo fácil a priori, pues pasa por aprender a regular los microcentros de control auditivos para que los chakras se abran y se cierren a voluntad, según sea el caso en el que nos encontremos. Igual que a veces una persona aprende a cerrar uno de sus chakras primarios en una meditación, o a abrirlos con el mismo mecanismo, se puede aprender a abrir y cerrar los chakras de los oídos con el mismo tipo de práctica. Si puedo concentrarme en mi cuarto chakra y con un proceso de meditación interior aprender a expandirlo y abrirlo, puedo hacer el mismo proceso para cerrarlo cuando hay sobrecarga energética, y si lo puedo hacer en un chakra tan importante como el cuarto, por ejemplo, también se puede hacer con cualquier otro chakra secundario de los cientos que tenemos por todo el sistema energético.

Como todo, esta habilidad clariauditiva forma parte de la caja de herramientas del ser humano, limitada y acotada por la programación impuesta por asimoss al diseño del avatar que tenemos, pero no eliminada o bloqueada del todo, con lo que es cuestión de cada uno de nosotros el explorar esos potenciales que poseemos y ver si el trabajo para ponerlos en marcha y usarlos nos puede reportar un beneficio y está a favor de nuestro bien mayor o es una “herramienta” que, de momento, no parezca que valga la pena explotar porque no le vamos a dar ningún uso especial si la tenemos a pleno rendimiento.

 

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