Ahora que se acaba este año, y como parece que siempre va bien hacer resúmenes y revisiones de cosas importantes de lo transcurrido en el mismo, tras muchos artículos hablando de diferentes elementos, componentes y mecanismos que forman la realidad, los procesos que permiten la materialización de esta a través de la proyección personal de cada uno de nosotros, de cómo la suma de todas esas “burbujas holográficas” crean la realidad común, etc., quizás vale la pena hacer una abstracción de todo ello para poner en perspectiva todos esos ingredientes, al menos los más importantes, que van completamente mezclados e interconectados en la receta que permite al creador que somos cada uno, hornear el mundo en el que vivimos.
Lo primero que os quiero recordar, es que, por mucho que nos parezca algo sólido y tangible, material y relativamente inmutable, la realidad es una construcción dinámica, maleable y multidimensional que se forma a partir de la interacción de la conciencia, la energía y las creencias personales y colectivas de todos los seres humanos. Si alguno de esos ingredientes falla, la receta no permite completar el producto final, que es el entramado espaciotemporal donde el ser que somos tiene la oportunidad de vivir y probar experiencias que no están disponibles en ningún otro sitio de este universo, ni de otros.
La realidad como una proyección de la conciencia
El primer parámetro que se necesita tener claro es que la realidad física no es una entidad fija o externa al ser humano, sino una proyección de la conciencia de este. Cada individuo crea su propia versión de la realidad física a partir de sus pensamientos, emociones, creencias y expectativas. Según la sabiduría ancestral el: “tu creas tu propia realidad” es una afirmación clave, no porque sea muy popular en muchos libros y películas de moda, sino porque es el axioma base de la existencia.
Esto significa que, lo que percibimos como «real», es el resultado de nuestras interpretaciones internas de las energías que nosotros mismos proyectamos sobre el sustrato que el logos del planeta nos pone a disposición para ello, igual que el logos de cada planeta hace para la creación de la realidad de cada especie que lo habite, y que siguen las mismas reglas estén donde estén para dotarse de un entramado espacial y temporal para las vivencias que cada raza haya de experimentar. En este aspecto, las creencias y programación de cada persona actúan como filtros que determinan qué aspectos de las innumerables posibilidades proyectivas se manifiestan como experiencias tangibles y qué aspectos se descartan o se convierten en probables, pero no recorridos por nuestra consciencia.
La multidimensionalidad de la realidad
El segundo ingrediente de la receta que permite la creación de la realidad es que esta no se limita al plano físico. Existen múltiples dimensiones de experiencia, muchos planos y muchos niveles energéticos, etéricos, astrales, mentales, causales, etc., formados por estructuras y elementos inaccesibles a los sentidos físicos. Dentro de esta estructura multidimensional de la realidad humana uno de los más importantes es el plano mental, donde se recogen, crean, cohesionan, elaboran y se exploran las posibilidades de todo lo que va a ser creado antes de materializarlas, incluyendo las realidades probables, que son versiones alternativas de cada cosa basada en las diferentes posibilidades que algo tiene de manifestarse de múltiples formas. Una gran parte de estas versiones se convierten en elecciones no tomadas por ninguna de las versiones de nosotros en las diferentes realidades paralelas del planeta en las que existimos, pero todas ellas (las diferentes versiones de cada cosa) están presentes de forma simultánea dentro de la trama personal y común de la humanidad, como parte de las posibilidades latentes para experimentar cualquier cosa, de cualquier manera, en cualquier formato dentro de las reglas y parámetros (la Rb o Realidad Base y el Paradigma, el conjunto de normas que rigen para todos dentro de nuestra «matrix») que forman el escenario sobre el que estamos actuando en este momento.
Además, cada realidad probable de cada suceso tiene diferentes versiones frecuenciales, desde la versión más densa y «baja» de algo hasta la versión más elevada y «alta» de ese algo, representado por el nivel frecuencial dentro de la línea temporal en la que esa persona se encuentre, sea en la LT33 o en la LT42, y es esa versión la que tu percibes y sintonizas cuando decodificas el mundo en el que vivimos acorde a cómo estamos cada uno en cada momento y en qué nivel de realidad se encuentra principalmente nuestro cuerpo mental.
Por lo tanto, y aunque esto ya lo sabéis, la creencia de que la realidad es únicamente física es una programación limitante y restrictiva, y no un axioma o una regla del funcionamiento de la experiencia humana, pues el plano material es solo una pequeña porción de la vasta red multidimensional que constituye el mundo en el que vivimos.
El tiempo y el espacio como constructos psicológicos
El tercer ingrediente de la receta que permite la manifestación de la realidad es que el tiempo y el espacio no existen de manera objetiva. Lo que percibimos como tiempo lineal (pasado, presente y futuro) es en realidad una construcción psicológica creada por nuestra mente para organizar experiencias y el resultado del movimiento y desplazamiento de nuestra esfera de consciencia sobre la trama espacial simultánea donde coexisten todos los fotogramas con el contenido que forma ahora el salón de tu casa, la calle que ves desde tu ventana y la secuencia de movimientos que ocurren mientras que tomas ese café con ese amigo.
En su verdadera esencia, todo existe simultáneamente en un “eterno ahora”. La programación que nos obliga a percibir el tiempo como lineal forma parte de la esfera mental consciente-continuo, y, aunque es necesaria en cierto modo para la organización objetiva de las experiencias de vida y por las reglas que rigen nuestra “matrix”, no es algo que aplique de forma universal a otros planos, otras razas u otros sistemas planetarios.
De hecho, en las proyecciones de consciencia («viajes astrales») donde podemos movernos a planos superiores del planeta, especialmente el mental, la mayoría de los escenarios y “momentos de realidad” se perciben coexistiendo todos simultáneamente unos con otros, y no hay una distinción real al respecto de que unos sean el pasado de otros que son el presente de los que han de venir en el futuro. Todo está organizado simultáneamente y las relaciones causa efecto que conectan esos escenarios son los que otorgan a la programación de la psique la experiencia de vivir uno tras otro, a pesar de que los proyectemos todos a la vez y los vayamos sobrescribiendo todos a la vez con cada cambio en nuestras “onda de manifestación”.
Por lo tanto, esto implica que:
- El pasado no está “fijo” y puede reinterpretarse o cambiarse energéticamente.
- El futuro ya existe como un campo de probabilidades que se activa según nuestras decisiones y creencias en el presente, porque obligan a nuestra esfera de consciencia a conectarse a uno de esos eventos probables y materializarlo como un conjunto de fotogramas físicos con un formato espacial tridimensional y una secuencialidad temporal lineal.
La energía como base de la realidad
El cuarto ingrediente de la receta de la realidad es que la energía es la esencia fundamental de todo lo que existe. La materia física es simplemente energía que ha sido moldeada por la conciencia en formas que nuestros sentidos pueden interpretar, se ha reducido en frecuencia, se ha densificado y ha solidificado aquel contenido que esa energía había imbuido con el objeto, situación, trama, evento o parámetro del mundo físico a nuestros sentidos corporales. Por lo tanto, la materia no es algo sólido, es energía compactada que vibra en ciertas frecuencias, y las restricciones a percibirla como tal también forman parte de los programas de nuestra psique y estructura mental.
Como además, los pensamientos y las emociones son también formas de energía que interactúan con la realidad, son parte de los contenidos necesarios para darle forma al mundo en el que vives cada día, pues, aunque no seamos generalmente conscientes, se proyectan continuamente hacia el mundo y lo transforman acorde a estos.
El papel de las creencias en la configuración de la realidad
Y como los pensamientos y emociones son parte de los elementos que indican como ha de ser el mundo en el que cada uno existe, uno de los principios más importantes es que nuestras creencias fundamentales son las arquitectas principales de nuestra realidad. Lo que creemos en el nivel más profundo de nuestra psique determina cómo percibimos y experimentamos la vida. Puesto que, a la hora de la verdad, ninguno creemos tener nada que ver con el proceso de haber creado lo que está pasando en nuestra realidad común, hemos de separar este sistema de creencias en:
- Creencias conscientes: Son aquellas de las que estamos suficiente o plenamente conscientes y que usamos para interpretar el mundo. Por lo tanto, son más fáciles de cambiar y eliminar porque las reconocemos como parte de lo que vemos en los demás, en lo que nos pasa, en lo que vivimos, etc.
- Creencias inconscientes: Son ideas profundamente arraigadas que influyen en nuestra experiencia sin que nos demos cuenta, y forman parte de la naturaleza de las situaciones que vivimos pero que parecen completamente ajenas a nosotros, porque no sabemos reconocer que también salen de algún nivel de nuestra programación, contenido y estructura mental tan oculto, escondido e inaccesible que no reconocemos que forman parte igualmente de aquello que emitimos para darle forma y color a la experiencia de vida.
Como ya sabéis, el trabajo con nuestro YS nos ayuda a examinar nuestras creencias, miedos, programas, etc., regularmente y cambiar/desprogramar/eliminar aquellas que limitan nuestra capacidad de experimentar una realidad más plena y expansiva. Solo haciéndonos conscientes de que cada mota de polvo que hay en tu mundo ha salido de ti, es como podemos llegar a tirar del hilo hasta encontrar muy escondido en nosotros la idea, creencia y patrón que hemos emitido para llegar a formar “eso” que ahora vemos reflejado como parte del holograma personal o común que captan tus sentidos.
La realidad como un sistema de aprendizaje
Y, de algún modo, está hecho a propósito. Los YS y las supralmas transmiten que el propósito de la realidad física es ofrecer un entorno en el que las almas puedan experimentar y aprender, independientemente de cómo se haya creado, quien la haya creado, la razón de que nuestra realidad sea así o la complejidad de esta. Cada situación que encontramos, ya sea positiva o negativa, es una oportunidad para el crecimiento espiritual, evolutivo, para el conocimiento de algo, para obtener una vivencia de otro algo, etc. La realidad física en la franja energética en la que estamos es como un espacio «reservado» donde las supralmas y almas exploran conceptos como:
- “Dualidad” (“bien y mal”, “luz y sombra”, lo positivo y lo negativo, los extremos de todo lo que se puede vivir y aprender).
- Libre albedrío, decidir y aprender de ello.
- Consecuencias de nuestras decisiones y creencias, y aprender los mecanismos a partir de los cuales creamos todo lo que vivimos y aprendemos a cambiarlo.
Con ello, todo lo aprendido por cada individuo permite a la psique común recoger algo más de experiencias y conocimientos que se aglutinan en el SER de la Humanidad (que se autodenomina Junán, en Irdin) y que determina el grado evolutivo que tenemos como especie consciente.
La interconexión de todas las cosas
Otro ingrediente básico de la receta de la creación de la realidad común a todos nosotros es que no estamos aislados unos de otros, y que cada persona contribuye a un tejido colectivo de experiencias y energías que forman la realidad «compartida”. Esto significa que las acciones, pensamientos y emociones de cada individuo afectan al colectivo, y viceversa. Siempre es así porque está diseñado así como mecanismo para que podamos ver el poder que tenemos como especie a la hora de moldear todo un mundo entero en el que podemos cohabitar.
No somos conscientes de ello aún en este momento de nuestra historia evolutiva y no poseemos una cohesión y unión social, energética y mental que nos permita “ordenar” y decidir psíquicamente qué tipo de mundo queremos formar entre todos, de manera que hay cierto caos en la manifestación de escenarios porque todo tiene cabida en un sistema donde cualquier pensamiento y sistema de creencias global con suficiente fuerza y potencia puede manifestar eventos completamente dispares entre sí, opuestos entre sí, aparentemente incompatibles entre sí y muy extremos en muchas ocasiones. Al no existir cohesión psíquica ni social por muchos motivos (intervenciones de otras razas que ya conocemos entre otros), cualquier cosa es posible en un mundo donde los proyectores del mismo (nosotros, a través de nuestra glándula pineal y con el contenido del cuerpo mental) emitimos todo tipo de situaciones de todo tipo de conceptos y con todo tipo de matices y polarización, extrema, como hemos dicho, en algunos casos.
El poder de la imaginación en la creación de la realidad
Y esa proyección de la que hablamos se realiza gracias al mecanismo de la imaginación, que no es solo un acto mental pasivo, sino una herramienta activa para crear la realidad. El hecho de controlar el proceso, e imaginar conscientemente lo que queremos experimentar, es el primer paso hacia la manifestación (creencias, miedos y programación que bloqueen o alteren o lo impidan aparte) de las cosas que uno quiere.
En resumen, y esperando haber reactivado ese recuerdo de todo lo anterior que ya tenéis presente en vosotros mismos, la realidad se crea a partir de un conjunto de elementos que da como resultado un sistema fluido, energético y multidimensional al que respondemos y moldeamos con nuestras creencias, emociones e imaginación.
Comprender y cambiar nuestra perspectiva sobre la realidad nos da acceso a un poder creativo ilimitado, aunque aun no hayamos llegado, en general, a la capacidad como raza de hacerlo de forma coherente y unida. Pero es algo que vamos aprendiendo, ya que, en cierto modo, para eso estamos aquí, y para eso hemos tomado estos avatares en este sistema y con las características y reglas del juego que tiene, sabiendo que, no porque sea de los más difíciles de toda la existencia, va a ser una partida que vamos a dejar de probar y disfrutar de todo lo que esta nos ofrece.