Metafísica - Estructura de la realidad - Mente y Consciencia -  Sistema energético del ser humano 

Solucionando los procesos mentales y emocionales que dan lugar a las adicciones y borrando la programación que las activa

Hace unas semanas tuvimos varias conversaciones y hubo muchas preguntas en X(twitter) respecto al tema de las adicciones. Desde un punto de vista energético y mental, hay muchos componentes involucrados que forman parte de los procesos que terminan por causarnos una adicción, sea del tipo que sea, así que vamos a intentar explicar cómo funciona el proceso desde cero para que, partiendo de la base de que al nacer no somos adictos a nada, se desarrolle algo que puede llevar nuestra vida por caminos y aprendizajes muy duros y complejos.

Entonces, para empezar, hay que entender que la adicción es un programa, no es un tema álmico (en general, si se escoge a propósito para algún aprendizaje importante, bueno, también podría ser), pero más bien es una configuración de la personalidad.

Una programación que viene «de serie»

Todos tenemos un “yo adicto”, pero este yo adicto no tiene la función inicial de que nos hagamos adictos a algo dañino para nosotros, sino que hace la función, genérica, de “anclarnos” a cualquier cosa que pudiéramos necesitar, o con la que hemos de conectarnos fuertemente por cualquier razón o motivo. Es decir, la adicción, como energía “arquetípica”, no es algo negativo, es una herramienta que los niveles superiores usan para conectar “algo” con otro “algo” muy fuertemente, porque durante el tiempo que sea, es importante que esos dos “algos” estén tremendamente unidos.

Como ejemplo un poco extremo, podríamos decir que la Tierra usa la energía de la “adicción” para mantenerse conectada a la Luna, porque la Tierra, como sistema complejo que es, no puede regularse sin la acción energética de la Luna (que no es un satélite natural, y todo eso que ya posiblemente sabéis, pero que, sin su acción gravitatoria y energética, pondría en peligro la estabilidad de millones de procesos que se dan en nuestro planeta). Así, nuestro logos planetario, usa el arquetipo “adicción”, para estar conectado al campo energético de su satélite, sin que, evidentemente, tenga un componente negativo (ese arquetipo) para su logos, Kumar. Es, por decirlo así, un “superglue”, que, combinado con otros procesos y leyes, como la gravedad, permiten que el conjunto Tierra-Luna esté estable y funcional desde hace millones de años (la energía que mantiene a la Luna pegada a la Tierra sale, por ejemplo, como un haz desde el núcleo etérico de nuestro planeta y se combina con la cantidad de corrientes, leyes y energías que cohesionan todo en el sistema solar).

Bien, si ese arquetipo de “adicción” se usa a nivel cósmico más bien como un pegamento extrafuerte, a nivel humano se usa también para pegarnos a algo a lo que debemos estar pegados, pero, en todos estos casos, estamos hablando de temas evolutivos y desde una óptica “positiva”, y aun no han entrado en juego los procesos adictivos dañinos que ahora explicaremos. Así, el programa adicción, que todos tenemos, puede usarse para mantener unida a una familia (sin que el componente “adicción” tenga connotación negativa), puede usar para mantener unido un equipo de personas en un trabajo, puede usarse para “pegar” energéticamente un proceso con otro para que vayan juntos y no se separen dos realidades de dos personas por muchos vaivenes que la vida les pegue a uno u otro, etc.

Como digo, el arquetipo “adicción” es un superglue, y, en esos niveles, no tiene connotación negativa.

Entonces, todo tenemos, como digo, un yo “adicto” que responde a este arquetipo y que puede ser usado para anclarse a más de una cosa a la vez, pudiendo estar conectado “adictivamente” (sin connotación negativa aún) a personas, familiares, trabajos, o lo que sea por decisión álmica y suprálmica y acuerdos entre esas personas o entre las personas y los procesos a los que se está “híper pegado”.

Entra en juego la distorsión del proceso

Ahora bien, ¿Qué sucede entonces que el concepto de “adicción” se “desvía” de su propósito y causa estragos en la vida de muchas personas cuando nos volvemos adictos a algo que es completamente contraproducente para nosotros?

Sucede que el yo «adicto» gana mayor jerarquía que los otros yoes que lo deben controlar y que regulan a qué, y cuando, nos enganchamos a algo, haciendo que este yo adicto se libere de los controles que el programa ego le impone para que solo se “pegue” a aquello que viene decidido por niveles superiores.

Estos topes y “controles” no dejan de ser otros programas que filtran los deseos de alma y supralma para decidir cómo se usa el arquetipo adicción,  a qué se dirige su proceso de anclaje, y bajo qué condiciones, pero, si por situaciones como traumas, shocks emocionales, problemas de múltiples indoles, mucha presión externa, influencias de todo tipo, etc., se debilitan esos topes y programas de filtrado, y/o casi desaparecen, entonces el yo adicto se expande y se engancha con más facilidad a cualquier cosa que le genere atracción, del tipo que sea, sin que otros yoes que podrían limitarla o bloquearla, puedan hacerlo, al no tener energía o jerarquía suficiente o más flujo de voluntad en ellos para controlar al yo adicto. Puesto que el yo adicto es un yo con mucho poder, cuando está “libre” es muy difícil de controlar por el resto de los yoes y partes de nuestra psique, programación y personalidad.

¿Cómo se inicia la adicción a algo?

Inicialmente, el yo adicto solo se puede conectar a algo con lo que resuene de algún modo. Es decir, para que esa adicción se produzca, tiene que haber una resonancia entre la energía de la persona y aquello a lo que se es adicto, aunque sea poca o mínima, pero, si «eso» no resuena contigo de algún modo, no se puede iniciar el proceso de ser adicto a ello. Por lo tanto, si, por ejemplo, nos gusta mucho el dulce, sin ser adictos al mismo, pero tenemos una época en la que comer mucho dulce nos calma emocionalmente, el yo adicto detecta la necesidad de “pegarse” al dulce, y, como está “suelto”, sin demasiados controles, entonces inicia, por resonancia, la conexión neuronal y energética de “adicción al dulce” (o a lo que sea).

Así, una vez esa conexión se ha dado, débil al principio, pero ya establecida, esa resonancia empieza a generar deseo por incrementar la energía de aquello a lo que uno se está volviendo adicto, y, ese deseo, empieza a hacer que te sientas bien si estás haciendo, consumiendo o teniendo «eso» que ya te empieza a generar adicción.

Como te sientes bien con ello, tu programación pide más, así que el yo adicto se sigue desarrollando y cogiendo más y más poder para ser el que dirija el comportamiento de la personalidad, y se asegure de que te mantienes pegado a aquello que te genera el sentimiento de bienestar, placer, seguridad, tranquilidad, o lo que sea que la persona sienta con «eso».

Puede ser que seas adicto a comer caramelos, por decir algo simple para este ejemplo, solo porque eso te relaja, pero llega un momento en el que el yo adicto hace que la programación completa de la psique no pueda vivir sin un caramelo en la boca. En este caso, digamos es más o menos inocuo, con otros temas, como la adicción a sustancias que ya tenéis todos en mente, o a cualquier cosa que nos puede alterar la vida, ya es un problema enorme.

Eliminando las adicciones de la parte mental y energética

Para trabajar en eliminar una adicción hay que eliminar los componentes y programas que te hacen resonar con aquello a lo que uno se ha hecho adicto, y es algo que habría que trabajar a varios niveles. Por lo tanto, necesitamos primero entender la causa mental de la adicción, si ha sido detonada por un trauma, por un problema gordo, por una pérdida emocional, por un shock, por un lo que sea.

Una vez entendemos el origen que causó la necesidad de comer dulce (usemos un ejemplo un poco menos drástico), necesitamos entender su parte emocional, qué emociones o sentimientos se quiere tapar con ello, qué es lo que te hace olvidar o esconder o qué tapa la sensación de comer dulce, etc. Es decir, si usamos otro ejemplo común, mucha gente se vuelve adicta al tabaco por una necesidad de calmar la ansiedad, por ejemplo. Así que lo que hay que tratar es la ansiedad, y la causa inicial que llevó a ello. Es correcto que montones de veces te vuelves adicto a algo porque tiene componentes adictivos a nivel químico, así que el placer que genera el consumo de eso no viene siempre dado por un trauma ni nada por el estilo, sino porque eso que consumes activa programación de placer y bienestar, y, entonces, quieres más, pero, de nuevo, entonces el problema subyacente es que no nos sentimos bien ni sentimos bienestar en nuestra vida, y ahí está la causa emocional subyacente que se suple (o se pretende suplir) con el consumo de ese elemento o producto.

Trabajando la programación de la adicción

Una vez se comprende, o al menos tenemos una cierta idea de la causa emocional que nos ha llevado al desarrollo de esa adicción, hay que tratar los yoes que se activan en la mente para consumir eso cuando algo te activa la necesidad emocional y mental de ello. Por lo tanto, no solo hay que reducir el poder del yo adicto volviendo a instaurar los topes y programas que lo controlan, sino que hay que tratar con el yo “triste” si es un problema de tristeza por una pérdida, o hay que tratar con el yo ansioso si se trata de un problema de ansiedad, o el “yo” que sea que esté relacionado con la causa de la adicción.

Finalmente, la parte fisiológica

Una vez lo anterior ya está identificado, viene también la parte difícil, pues, finalmente, habría que tratar la parte física, pues el patrón metabólico de nuestra psique y nuestro cuerpo ya se han acostumbrado a aquello a lo que somos adictos, y se encuentra necesitado de la sustancia, o de lo que sea, y, el propio cuerpo, por lo tanto, será el que estará pidiendo su dosis regular a la que ya se haya acostumbrado.

Luego, también hay que tener en cuenta el síndrome de abstinencia cuando uno deja o intenta dejar la adicción a «x», que ocurre porque el cuerpo ya está acostumbrado a la introducción y presencia de ese elemento, el que sea que causa la adicción, y ya forma parte de los parámetros de funcionamiento del patrón metabólico, y la misma programación de la psique empieza a pedir la «dosis» de «eso» que hasta ahora llegaba con regularidad y que ahora no viene, generando ansiedad, estrés, todo tipo de sensaciones y malestar, etc., porque aún no se ha limpiado la programación de la adicción y el cuerpo sigue pidiendo que se le dé lo que antes se le estaba dando

Aquí, obviamente, toca la parte de desintoxicar y limpiar el organismo, pero esto no tendrá éxito, o será relativo, si no se ha trabajado todo lo anterior a nivel mental y emocional.

Iniciando los procesos necesarios para empezar a eliminar una adicción

Entonces, para empezar a trabajar la parte mental y emocional, hay que hacer todo el trabajo de análisis que os he puesto anteriormente, y también se puede empezar a pedir ayuda al YS para ir desprogramando y sanando todo aquello que se pueda en paralelo, y, facilitar, así, que cuando ya entendamos el origen de la adicción, y hayamos restaurado los “controles” sobre el yo adicto que os pongo en la petición siguiente, la parte física se pueda llevar a cabo con mayor éxito y menos resistencias por parte de todo el sistema biológico y sutil de nuestro avatar.

Así, podemos usar una petición del tipo:

Solicito a mi Yo Superior y le doy permiso permanente para que ponga en marcha la restauración de todos los mecanismos de control y gestión del “yo adicto” y de toda la programación asociada a la adicción de … (lo que sea que consideremos que es nuestra adicción) presente en mi avatar y sistema energético. Solicito que se borren los traumas, situaciones, eventos, bloqueos y cúmulos emocionales y aquellas energías que han dado lugar a la activación del yo adicto, y a la resonancia con … (aquello a lo que seamos adictos) y que se eliminen por completo de mi sistema físico y energético.

Solicito que se pongan en marcha todos los procesos necesarios para reprogramar mi patrón metabólico y procesos mentales y hacer desaparecer esta adicción a… (lo que toque) y limpiar mi organismo de todo resto de esta y de su programación asociada, agradeciendo las experiencias, enseñanzas y lecciones que haya adquirido a través de esta adicción y cerrando por completo este ciclo en mi vida. Gracias.

 

Esto empieza a poner en marcha la limpieza mental y emocional y nos ayudará a trabajar la eliminación de la adicción poco a poco. Espero que ayude.

 

Profundiza en este tema y amplia tu conocimiento sobre los diferentes aspectos “del mundo que no vemos”