El último paso de los procesos de creación de la realidad puede ser, para todos nosotros, el que más nos cueste entender, ya que, como habíamos dicho en el artículo anterior, las cosas “están ahí”, son “sólidas”, las puedo tocar, me suceden, me choco con ellas, se cruzan en mi vida, etc. Por lo tanto, es complicado realmente aceptar profundamente y más allá de simplemente darle validez como “teoría”, que vivimos en una proyección holográfica creada por la mente, “bajada” hacia unos moldes y estructuras etéricas, y solidificadas y materializadas a partir de la unión de mónadas en el plano físico.
La ecuación de Einstein que todos habéis visto y estudiado mil veces muestra cómo se relaciona la materia “sólida” con la energía. E= mc2 que dice la ecuación. La E de energía en el proceso de creación de la realidad nos hace referencia al flujo que “baja” desde el plano mental, donde están los “escenarios” y “fotogramas”, que contienen los “datos” con las “cosas” que han de formar parte de mi mundo. Esa energía, desplazándose de forma casi instantánea, entre los planos mental y etérico, y etérico y físico, se densifica a medida que esos “fotogramas” y “escenarios” mentales entran en la región etérica del planeta, pues el sustrato etérico de mónadas adaptan la información que baja del mental y la van compactando en estructuras que se van asemejando a la forma que tomarán en el nivel físico.
Cruce de realidades
Si está planificado un encuentro con otra persona, vuestras dos realidades se entrecruzan primero en el mental, y se dibuja una escena donde os encontráis uno con otro. Este trabajo lo hacen tanto los YS como las supralmas de ambas personas en coordinación con los “guías” de esas personas. Esa escena se desplaza por la línea temporal hacia el plano etérico donde se parametriza con los conceptos de “tiempo” (cuándo se podrá dar ese encuentro dentro de todos los futuros simultáneos y posibilidades existentes), “espacio” (en que contexto y en qué posición espacial dentro de las tramas de los avatares en el plano material podrán cruzarse ambas realidades) y otros parámetros que permiten gestionar la sincronicidad. En el plano etérico, pues, se crean “figuras virtuales” de ambas personas que han de encontrarse y se mapean en sus tramas sagradas los posibles puntos de cruce para ello. Si el encuentro es importante y solicitado por el alma, la supralma o el YS de la persona, se mapean diversas oportunidades y puntos de cruce, por si alguno de ellos no se llega a cumplir, de forma que, en otro “tiempo” y en otro “espacio”, se pueda tener otra oportunidad.
La dificultad de la manifestación de la realidad radica en el paso del etérico al físico, donde las reglas de la materia imponen enormes restricciones al cómo, porqué, cuándo, y dónde de la “aparición” a nivel sólido de todo lo que se encuentra en estado fluido y maleable a nivel mental y etérico (a mayor cercanía con el plano físico, mayor dificultad para convertir un escenario en un elemento de tu realidad).
Se proyectan tantos escenarios como son posibles pero, finalmente, nuestra esfera de consciencia solo termina pasando por uno a la vez, de forma lineal (nos pasa ahora “A”, luego nos pasa “B”, luego nos pasa “C” …etc.), ya que así es como funciona la programación humana. Por lo tanto, para determinar que escenario, evento, situación o “cosa” es la que tiene más probabilidad de convertirse en aquel “fotograma” que marca “lo que me pasa ahora”, se mira qué cantidad de energía tiene cada posibilidad. De esta manera, puesto que la velocidad de propagación de los procesos mentales y etéricos es la misma (la velocidad de la luz), no es una competición de “velocidad de solidificación del evento” lo que determina que algo me pase o no me pase, sino que el evento que “gana” a la hora de manifestarse es el que es más “fuerte” o consigue densificarse “con más potencial” que el resto, lo que implica que, aquel evento que tiene mayor energía, es el que consigue que las mónadas del plano físico se solidifiquen con mayor probabilidad de atraer a la esfera de consciencia hacia ese fotograma y convertirlo en el evento de “esto es lo que me ha pasado”.
Todas las variantes de cualquier cosa
Vamos a explicarlo desde otro punto de vista. Tenemos un tablero de ajedrez infinito. Cada casilla contiene un micro instante de nuestra vida. Las casillas de la misma fila son variaciones del mismo evento, diferentes posibilidades de que algo suceda de una forma A0, A1, A2…hasta An. Así que, si me tengo que levantar del sofá para ir a la cocina, en una fila de mi trama sagrada (el enorme “tablero de ajedrez” que contiene toda mi vida) están, a nivel mental, todas las posibles formas y variaciones y posibilidades que yo tengo para ir desde el sofá a la cocina. Pongamos que hay 10.000 posibles variaciones para este simple suceso, así que, a nivel mental, hay 10.000 fotogramas en la misma fila para el primer paso que tengo que dar para llegar del sofá a la cocina.
De esas 10.000 posibilidades y escenarios “mentales”, se crean 10.000 posibilidades y escenarios etéricos, de forma que tenga los moldes y parámetros y todo lo que sea necesario para que esas posibilidades puedan ser reales. Para hacerlo, mónadas del plano mental transfieren su contenido a mónadas del plano etérico a través del carril temporal en el que esté ubicado la persona. Así, en la misma fila, pero a nivel etérico ahora, tengo ya todo lo necesario para materializar a nivel físico que pueda dar el primer paso para moverme del sofá a la cocina.
Sin embargo, estamos de acuerdo en que yo no me planteo las 10.000 posibilidades que tengo antes de levantarme y dar el primer paso. De hecho, no me doy cuenta siquiera que decido levantarme y mover el pie derecho primero en vez del izquierdo, o primero estirar la pierna y luego girarla antes de dar ese paso. Todo es automático y gestionado por el centro motor (ubicado a nivel mental y etérico en el interior del quinto chakra), por los programas de la esfera mental subconsciente y por el programa ego.
¿Cómo decido entonces cual de esos posibles 10.000 movimientos voy a materializar primero? Como es lógico, solo haré uno de ellos a nivel físico, a pesar de que los 10.000 son posibles y están “disponibles”.
Esto se hace por “densificación” de las mónadas que forman el sustrato de realidad analizando justo el movimiento anterior que tu cuerpo ha hecho, en este caso, o analizando justo el evento anterior para ver (automáticamente), cual es el siguiente paso a materializar más “lógico”. Es decir, las partículas que forman la realidad tienen todas una energía determinada que fluye en la dirección que a nosotros nos permite hablar de pasado-presente-futuro, concentrada en cada “fotograma” con cada posibilidad registrada en el mismo. Así que, si el movimiento justo anterior fue levantar la pierna en un ángulo concreto y a una altura determinada, el siguiente movimiento más “lógico” para los mecanismos de proyección de tu realidad es continuar la secuencia iniciada por el flujo energético de las mónadas del fotograma anterior, y atraer a tu esfera de consciencia al fotograma donde ese movimiento posee continuidad “natural” (mueves la pierna un poco hacia adelante en el mismo ángulo bajándola un poco, que sería lo “lógico”, en contraposición con quedarte con la pierna estirada a 90º en al aire, que es un movimiento también posible de todos los que puedes hacer y presente en otro fotograma mental y etérico, pero no es el que “naturalmente” harías para poder dar un paso que te acerque a la cocina).
Por lo tanto, aunque cada casilla de la fila X del “tablero de ajedrez” tiene la misma probabilidad que el resto de convertirse en algo “real” (a priori), puesto que lo que decide cual de esos movimientos es el que yo voy a percibir como escogido y ejecutado (mover la pierna derecha primero un poco antes de levantar el pie) viene determinado por donde se ubique la esfera de consciencia de entre todas las posibilidades simultáneas. Para ello, mis procesos mentales “leen” con una rapidez increíble que variante tiene más energía de todas las posibilidades, haciendo que la esfera de consciencia se sienta atraída hacia la posibilidad, de las 10.000 simultáneamente latentes a nivel mental y etérico, que posea más “energía” de todas, para, entonces, llegar a ser la que se convierta en la realidad “material” de ese micro momento.
Leyendo en un cómic solo las viñetas que más destaquen
Si estuviéramos viendo la situación desde fuera, como leyendo un tebeo, podriamos asimilarlo a que solo leemos las viñetas del tebeo cuya energía es tan alta que ejerce una atracción sobre nuestra atención, de forma que solo prestamos atención a la viñeta que, “ahora”, ejerce más poder de influencia sobre nosotros. Cuando hemos “leído” esa viñeta, nuestra consciencia busca que otra viñeta del comic le llama “la atención” (por la energía que desprende) y, entonces, se focaliza en ella, y con ello ya hemos leído “dos eventos” uno tras otro, de forma lineal, enfocándonos en aquellos que tenían más energía de todos los que estaban dibujados a la vez en el cómic y esperando a ser leídos (recorridos por nuestra consciencia y, por lo tanto, materializados).
De esta manera es como nuestra realidad se forma continuamente. Las mónadas se aglutinan en todas las posibles variaciones que presenta cada instante de nuestra vida, pero alguna de esas variaciones tiene un pelín más de energía que el resto y actúa de imán para la esfera de conciencia que, entonces, se ve “obligada” a enfocarse en esa “variación” o posibilidad de entre todas las demás. Al focalizar la consciencia (automáticamente) sobre una de las variaciones, esa “posibilidad” se convierte en fija, y entonces es la que marca “lo que me ha pasado a mi esta mañana” que, cuando me he ido a levantar del sofá, primero he movido la pierna derecha, luego he estirado un poco el pie en un ángulo concreto durante una duración determinada, luego he activado ciertos músculos de la pierna de una manera específica (de entre todas las posibles maneras que tengo disponible) y así, fotograma a fotograma, paso a paso, he creado mi realidad y he ido desde el sofá a la cocina.
Creando los elementos no “vivos” de la realidad
Ahora bien, yo he podido ir del sofá a la cocina porque hay un sofá, hay un suelo, hay unas paredes, hay una alfombra por la que he pasado, una puerta que cruzar y una cocina a la que llegar. ¿Qué crea esos elementos en mi realidad y que los mantiene estables?
La creación de los elementos “materiales”, cuando aún no existen, siguen el mismo camino y proceso que todo lo demás: “alguien” diseña mentalmente una silla o un sofá y, de su idea “mental”, nace su estructura y molde “etérico”, y eso termina creándose en una fábrica de muebles “física” usando millones de veces el mismo diseño “energético”. Luego, se introduce en la realidad humana y ya forma parte del “holograma” de todos aquellos que cruzan ese elemento con sus vidas, incorporándolo a sus burbujas holográficas personales por asimilación de la octava presente en el IC donde ese elemento ha quedado registrado (como cuando el bebé acepta que existe una cuna en su mundo que no ha proyectado él, pero si sus padres). Por lo tanto, ¿quién mantiene la estabilidad de la realidad de los objetos y elementos no “vivos”?
Las “tramas sagradas” de los elementos y “cosas” inorgánicas que forman parte de la realidad humana son mantenidas por fuerzas planetarias que rigen los procesos de equilibrio y mantenimiento de esta misma realidad planetaria. Es decir, el sustrato donde las realidades humanas se apoyan es la trama sagrada de REC que ya hemos explicado, y la trama de REC se sostiene sobre la trama planetaria. Imaginemos por un momento que no existe ese entramado “monádico” intermedio que es la realidad asimoss, y que la humanidad se sustenta directamente sobre la realidad de nuestro logos. Todo lo que son “cosas” y no seres vivos, dependen de fuerzas y energías externas a nosotros para poder “existir” y, para garantizar su existencia, decenas de grupos de asistencia logóica velan porque los “fotogramas” de las “cosas” que les dan existencia, una vez han sido creados, sigan “existiendo”, aun cuando no haya ningún ser humano o ningún ser vivo proyectando su consciencia sobre ellos. Así que, una farola, no se descompone en sus partículas constituyentes cuando no hay nadie prestándole atención y se vuelve a reconstruir cuando alguien focaliza su consciencia en ellas, sino que “existen” de forma continua porque hay campos de “consciencia” que mantienen el sustrato de realidad estable, para que los seres vivos tengan un escenario “permanente” que no se “deshaga” sobre el cual construir sus propias realidades. Así, el escenario de las “cosas” siempre está mantenido por grupos y jerarquías que asisten al logos planetario, y que se aseguran, focalizando ellos sus consciencias sobre estas, de que ningún elemento desaparece cuando no hay nadie “prestándoles atención”. La farola sigue existiendo aún cuando nadie la está “proyectando” porque hay seres que se encargan de mantener su consciencia sobre ella todo el tiempo que sea necesario.
Esto es bastante complicado en sus detalles, y hemos de tener en cuenta todas las leyes que entran en juego para mantener el entramado de la realidad. El SER de la entropía, por ejemplo, que explicamos cuando vimos los conceptos de numerología y hablamos del número 1, se encarga de transformar todo y disolver todo para que se pueda volver a construir “cosas”, pero otros seres se encargan de la estabilidad, de la robustez, de la reparación, de la consolidación o de la actualización de cada fotograma de cada cosa que existe en cada planeta.
Esto no quita que todo siga siendo holográfico, esto no quita que la realidad sea una enorme proyección cuántica (o monádica, mejor dicho) y que todo pueda cambiar continuamente, pero estas proyecciones holográficas están sostenidas por las consciencias planetarias, por las consciencias de los grupos de asistencia logóica, por las fuerzas de la naturaleza y por la humanidad, más por las consciencias del resto de entes, seres y energías que coexisten en la Tierra (incluidos todos los miembros de REC, que también proyectan sus propias realidades sobre la realidad planetaria y bajo la realidad humana).
Luego, y ya sin entrar en detalles, a los seres humanos se nos creó con todo tipo de ralentizadores, filtros, topes y distorsionadores mentales para que nuestra proyección de la realidad fuera lo más caótica posible, para que el sustrato de mónadas que usamos como materia prima para las ondas de proyección estuviera lo más alterado y negativo posible, para que aceptáramos las proyecciones macro planetarias diseñadas por REC y SC, para que hubiera miles de ralentizadores que hicieran mucho más complejo la cocreación de la realidad, etc. Así que, en general, el proceso por el cual algo mental termina siendo algo realmente sólido es complejo, pero sigue siempre los mismos pasos que hemos explicado, a pesar de las distorsiones y filtrados que se imbuyen en el camino.
Focalizarse y esforzarse por las cosas
Bien. Imagino que se intuye entonces porqué, en general, conseguimos con más facilidad aquellos objetivos sobre los cuales ponemos “energía” para conseguirlos y en los que nos focalizamos. “Enfócate en lo que quieres conseguir y trabaja para ello” es un mantra de cualquier coach de crecimiento personal. “Enfocarse” en algo es ponerle atención y consciencia, trabajar en ello es dedicarle esfuerzo para que “eso” tenga más “energía” para ser la posibilidad que se “materialice”.
Consciencia-energía-materia, como veis, ya tenemos la tríada completa de los elementos que forman las mónadas y, a partir de ellas, la creación de la realidad.
Así, al poner energía sobre “algo”, ese “fotograma” y sus variaciones tienen más posibilidades de “atraer” a la esfera de consciencia para que pase por “él”, de manera que, al concentrarse la atención de la consciencia y focalizarse en “ese algo”, fuerza a todo el mecanismo de creación de la realidad a “densificarlo” sobre el resto de posibilidades y alternativas también existentes. La energía de la voluntad que fluye desde el YS hacia el alma por el cordón dorado potencia que la personalidad y el programa ego mantengan la esfera de consciencia focalizada en “eso”, y la concentración y trabajo puesto en ello lo dota de la energía necesaria para que las mónadas que han de materializar “eso” se aglutinen y densifiquen con mayor “poder” que el resto de posibilidades (las posibilidades de “algo” también incluyen que “algo” no exista, que exista a medias, que se consiga materializar parcialmente o se consiga de mil formas diferentes a como lo habíamos pensado o querido inicialmente).
Desviando la esfera de consciencia hacia otras variantes del mismo evento
Luego, en el lado opuesto, están todas las fuerzas que buscan desviarnos de focalizarnos en ese “algo” y conseguir que nuestra esfera de consciencia se conecte a otra de las posibilidades (el que ese “algo” no salga adelante, por ejemplo, que está dentro de los parámetros de “algo” también).
Aquí podemos incluir las distorsiones provocadas por los entes que entran y salen de nuestros sistemas energéticos para bloquearnos, manipularnos o desviarnos, los ataques psíquicos, las manipulaciones y envenenamientos metales para que pensemos en cualquier otra cosa que, entonces, otorgue “energía” a cualquiera de las otras posibles situaciones que puede que no estén tan acordes a lo que nosotros queríamos, pero que también están disponibles para ser materializadas. También entran en juego las influencias y dinámicas familiares, profesionales y sociales que nos influencian hacia unas de las posibles “variantes” de “eso”, alejándonos de otras variantes (la opinión de tu pareja puede influirte en que tu consciencia se focalice en materializar la posibilidad “A2” de algo en vez de la posibilidad “A6” que está más acorde a tu visión de lo que realmente quieres).
En la imagen anterior, por ejemplo, tenemos unos cuantos fotogramas estáticos que representan diferentes posibilidades de “algo”, todas simultáneas a la vez a nivel mental y etérico. Luego, dependiendo de en cual de esos fotogramas se focaliza tu esfera de consciencia, para ti, lo que formará parte de tu “realidad” en ese micro instante será solo uno de ellos y la imagen estática señalada en el círculo rojo de la imagen inferior es la que tu ves en tu “burbuja holográfica”, tu realidad.
Luego, también, la realidad macro al superponerse sobre tu realidad particular, le da energía a la posibilidad “A236” de “algo”, que es una variante más negativa que la posibilidad “A12” de ese mismo “algo”, con lo que la realidad base de REC y SC mueve tu esfera de consciencia hacia la posibilidad menos atractiva de todas las posibles que tienes simultáneamente disponibles para ser densificada. Luego están las influencias de los inconscientes colectivos, todos los que tienes por encima, que dan más energía a unos fotogramas respecto a otros y, entonces, atraen tu consciencia (automáticamente) hacia la posibilidad “A864” en vez de la posibilidad “A312” que era mejor para ti a nivel individual. Luego, las influencias planetarias, de los astros, del sol, de la energía que llega de nuestra galaxia, que “choca” contra todas las realidades a la vez y carga unas variantes y posibilidades más que a otras, etc., hacen el mismo efecto, “cargan” de más energía a unos fotogramas que a otros por mil circunstancias diferentes y, de todos ellos, el que tiene más “carga”, es el que finalmente “gana”, atrae a la esfera de consciencia hacia sí mismo, y eso se convierte en tu realidad.
Siempre se manifiesta aquello que posee más energía
Imaginaros lo complicado que es todo esto, y aunque me salte los detalles, básicamente funciona así. Vives como “tu realidad” aquello que tiene más “peso” en tu abanico de posibles “realidades”, que es aquel “fotograma” en cada instante (la duración de un fotograma más aproximada que tenemos se mide por el llamado tiempo de Planck) que tiene más energía acumulada en sus mónadas dentro del conjunto de todos los fotogramas que existen con todas las posibles variaciones de cada micro instante de tu vida.
Ese fotograma ha ganado energía más que los demás debido a la influencia de todo lo anterior y, como lo que decide que es “real” y que no lo es para cada uno de nosotros es nuestra consciencia, solo cuando nuestra esfera de consciencia (ubicada en la parte alta del cuerpo mental, a un metro sobre nuestra cabeza) se “conecta” a un fotograma determinado de todos los posibles y existentes simultáneamente, entonces “eso” es lo que es real para mí.
La lucha por conseguir que la esfera de consciencia de cada ser humano se conecte a los fotogramas decididos por REC y SC es enorme, casi eterna, lleva en marcha desde el momento de la creación de nuestra especie. El alma, la supralma y el YS buscan ayudar para que la esfera de consciencia se enfoque en los fotogramas más alineados con el bien mayor de cada uno de nosotros, pero, como quien decide a qué nos conectamos es el mecanismo automático creado por asimoss de la psique (el programa ego, la personalidad y los programas de las esferas mentales), solo poniendo dosis altísimas de consciencia y voluntad para decidir cuál es el siguiente paso que quiero dar, y darlo conscientemente, es como podemos dejar de vivir en modo “automático” y decidir qué realidad queremos tener.
Haciendo la prueba
Imagino que lo querréis intentar. Presta atención al siguiente movimiento que vas a hacer, piensa si quieres hacerlo, sopesa las alternativas y, entonces, decide. Así se tiene que hacer en todo momento. Pero, también es cierto que, en unos 5 minutos como mucho, ya te habrás cansado, como es normal, pues hacer este trabajo para cada acción que debemos ejecutar consume muchos recursos energéticos y mentales, y por eso es mejor que sean los mecanismos automáticos de la psique los que se encarguen de ello.
Piensa ahora que estás terminando de leer este artículo, ¿Cuál es tu siguiente movimiento? ¿Moverás la mano para cerrar la página y hacer otra cosa? ¿Quieres hacer ese movimiento o quieres hacer otro? ¿Qué alternativas tienes después de terminar de leer el artículo? ¿A cuál de ellas quieres darle energía para focalizarte y que sea la siguiente acción que materialices en tu realidad de todas las que tienes esperando ya a nivel etérico para ser solidificadas?
Para las pequeñas cosas, afortunadamente, muchos programas mentales nos ayudan y no hay que preocuparse de los movimientos del cuerpo necesarios para ir del sofá a la cocina, pero, por otro lado, ese mismo mecanismo a nivel más amplio es el que define que tampoco necesito preocuparme por decidir que me sucede en mi día a día y, a nivel mucho más amplio, es el mismo mecanismo que decide lo que me sucede en mi vida.
Y es que los mecanismos de creación de la realidad no varían, no importa que sea una decisión micro, que macro que trascendental, al final todo se reduce a que manifestamos, de todas las posibles variantes de cada cosa que queremos manifestar, aquella que tiene más energía en las mónadas que la forman, y aquella a la que conectamos nuestra esfera de consciencia, con lo que, si retenéis estos conceptos y tratáis de ponerlos en práctica, al menos en aquello que os sea más importante, podréis evitar algunas de las influencias “negativas” comentadas antes para realmente “escoger”, en vuestra realidad, aquellos eventos más acorde a vuestro bien mayor. Al fin y al cabo, todos están simultáneamente esperando a ser “escogidos”, simplemente no estamos programados para escoger los “mejores” para nosotros, sino los que nos mantienen dentro del sistema y bajo el sistema, buscando que les demos más fuerza a estos, dotándolos de más energía para que, entonces, el mecanismo de la esfera de consciencia que decide a que “fotograma” se va a conectar a continuación automáticamente lo escoja como el siguiente “evento” a materializar en mi realidad.
No es lo más óptimo, digamos, para poder salir de este show de Truman pero, si vamos comprendiendo cómo funciona el sistema, empoderaremos nuestra consciencia para poder evitar parte de la manipulación que sufre. Iremos trabajando en este y otros aspectos poco a poco, hasta que sea algo más natural para cada uno de nosotros poder escoger de forma rápida y consciente que micro-evento queremos densificar en cada micro-instante de nuestra vida y que esté acorde a nuestro bien mayor, o lo más alineado posible con este en todo momento.