Entendiendo las relaciones con los Registros Akáshicos

Leer dos archivos akáshicos, conectando con dos Yo Superiores simultáneamente para encontrar la información común y los bloqueos o problemas existentes entre  las dos personas implicadas es una de las cosas que más me fascina últimamente. sobre todo por lo que uno aprende acerca de lo que son las relaciones entre personas, no solo de pareja, sino entre familiares, colegas de trabajo, socios de negocios, amigos, etc. Y es que si alguna vez esa idea de que estamos conectados a muchos más niveles de lo que nos pensamos tuvo cierta validez, hoy en día tenemos más que pruebas de que en realidad así es.

Lo más interesante, personalmente, es conocer que existen lecciones y enseñanzas pre-determinadas que uno aporta al otro, no importa cómo de larga o fugaz sea una relación. No he visto ninguna relación que haya comenzado o terminado por casualidad. A nivel físico el motivo para empezarlas o terminarlas puede ser cualquier cosa, pero a nivel de «alma», o a nivel de Yo Superior, son todo acuerdos. Acuerdos puros y duros para hacer algo en conjunto, para aportar algo uno a otro, para avanzar en un camino por el cual es más fácil ser dos que uno o simplemente para aprender algo en base a lo que la otra persona es experta en enseñar, y nosotros necesitamos comprender. Luego, por supuesto, están los sentimientos que tenemos hacía una persona, que no son sino el reflejo de la energía, el «cariño» y la afinidad que pueda existir entre esos dos Yo Superiores trabajando juntos.

Parte buena, parte mala

Puesto que la mayoría de lecturas de relaciones que hago son de pareja, suelen servir para conocerse mejor y desbloquear cualquier problemilla que pueda estar existiendo entre ambos componentes. Lo curioso es que esos problemillas muchas veces no representan un inicio de ruptura porque lo que estaba acordado se ha finalizado (que suele ser la preocupación con la que se viene a la lectura), sino porque es otro de los eventos por los cuales se pone a prueba a uno de los miembros, o a los dos, para que obtengan un cierto tipo de experiencias. Siempre suelo comprobar que % de experiencias positivas y que % de experiencias negativas componen esos acuerdos, pues de alguna forma, también está «pre-fijado» si el aprendizaje de ambas encarnaciones tenderá más a ir por el camino de situaciones negativas, que por el camino de situaciones positivas. Hay que decir que en la mayoría de los casos la cosa está siempre equilibrada más o menos al 50%, o por el estilo. Esto significa que los desafíos que se les presenten en la vida, comunes para las dos personas, estarán bastante bien equilibrados en cuanto a que la mitad serán eventos positivos y gratificantes, y la mitad serán situaciones que les pondrán a prueba y les harán crecer superando obstáculos (no tienen por qué ser respecto a la relación específicamente, sino a cosas que le puedan pasar a uno de sus integrantes pero que afecten a ambos y por ende deban asistirse mutuamente).

Historia combinada

La mayoría de almas que entran en una relación con otra han tenido una historia común que se puede remontar a muchas vidas, aunque no es siempre el caso. Almas que han compartido varias vidas tendrán un sentimiento de familiaridad y confort con la una con la otra y a veces puede ser que te parezca conocer mucho mejor a un amigo que a tu propia pareja. Podemos haber tenido desde una sola vida con nuestra pareja actual hasta cientos de ellas, lo cual indica que no «existe» realmente el concepto de nuestra «media naranja» a lo largo de la historia evolutiva, aunque si que existen almas que van a trabajar juntas muchas encarnaciones en varios papeles. Quien hace el rol de nuestra mujer, novio, padre o hermano, ha podido tener el papel de mejor amigo, tío lejano, amante, esposo, primo, o lo que sea, anteriormente. Estas almas siempre estarán presente en nuestra vida, pero no tiene porque ser la misma «alma» con la que tengamos siempre nuestra relación principal.

Relaciones limpias, o con cuentas pendientes

Aunque el concepto de karma no es del todo acertado y correcto en este caso, si es que posible decir que podemos traer deudas pendientes de otras encarnaciones con esas otras almas y que por ello entramos de nuevo en una relación con ellos para cubrir esas deudas. Pero las deudas no significa haber hecho algo que ahora deba ser «pagado», significa no haber aprendido una lección que estaba programada, no haber cumplido uno de los acuerdos pre-fijados, o no haber deseado ayudar tal y como habíamos prometido a cierta otra alma. Eso es parte del «juego» y del libre albedrío, si nuestro papel en esta vida en esa relación es ser el punto de apoyo de nuestra pareja, y lo que hacemos es huir y mirar hacia otro lado cada vez que nos viene a pedir ayuda, evidentemente ambos Yo Superiores decidirán de nuevo encarnarse juntos para tratar esta vez de completar ese aprendizaje que se habían propuesto con esa misma lección. Por eso conocer aquello que hemos pre-acordado con la persona con la que estamos actualmente nos facilita las cosas, pues nos hace entender porque son recurrentes tantas situaciones de las que vivimos con ella.

Bloqueos más comunes en la pareja

En una de las últimas entradas sobre enganches energéticos entre personas hablábamos de ello. La mayoría de problemas (a niveles no-físicos, por decirlo así) en las relaciones son las proyecciones de los miedos, preocupaciones, sentimientos y estados anímicos de un miembro en otro, convertidos en enganches y transformados en formas de pensamiento negativos en la persona que los recibe y que empieza a ejecutarlos como si fueran propios. Personalmente yo creo que son casi inevitables, pero no por ello hemos de dejar de ser conscientes de lo que está pasando. Que luego esos intercambios energéticos y demás se transformen en situaciones reales de enfados, malentendidos, falta de comunicación, problemas de cualquier tipo, eso es otra cosa, y de ahí pueden surgir los problemas que se manifiestan en nuestra realidad y que achacamos a que la otra persona es así, o es asa. Puede tener una parte de verdad, pero la otra parte es que siempre hay algo, en otros niveles, que está intentando marcar el ritmo de lo que hacemos, porque de ello depende gran parte de nuestra evolución personal y espiritual y de lo que muchas veces no nos damos cuenta.

Echa un vistazo a como percibes tu rol dentro de tu relación. Las situaciones que más se repitan entre vosotros son probablemente el tipo de situación en el cual estáis trabajando conjuntamente, sin prejuicio de las lecciones individuales de cada uno. Si siempre os veis envueltos en el mismo tipo de papel/rol con vuestra pareja, probablemente eso es lo que le habéis venido a enseñar, y viceversa. Nadie mejor que quien tenemos al lado para ser nuestro mejor maestro espiritual, ¿verdad?

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